Empiezan a ocurrir cosas importantes y clasificadoras en la
investiduras regionales que estaban pendientes porque Vox ha tumbado la
del candidato del PP a la presidencia de Murcia, Fernando López Miras,
acusando a Cs de no querer pactar con ellos. La decisión del partido de
Abascal, que ha impedido la presidencia del PP y su gobierno de
coalición con las huestes de Rivera, se proyecta como una clara amenaza
sobre el futuro gobierno de Madrid.
Y también se convierte en precedente para la investidura de Pedro
Sánchez porque si Vox ha roto el pacto de las derechas, en el bloque de
la izquierda Pablo Iglesias puede hacer lo mismo en contra del PSOE si
finalmente no se aceptan sus exigencias de que Podemos entre en el
gobierno de Sánchez.
De momento Sánchez ya ha dado por perdida su negociación con Cs y PP y
buena prueba de ello es que ayer ha dado luz verde para el pacto del
PSOE de Navarra con PNV y Bildu para presidir la Comunidad foral.
Con distintos argumentos y desde posiciones diferentes Vox y Podemos
tienen su parte de razón, porque si aportan diputados decisivos para las
mayorías en juego lo lógico es que reciban compensaciones de algún tipo
por parte del partido y de los líderes gobernantes.
Pero Rivera se ha negado a pactar con la derecha populista de Vox,
máxime después que este partido lo insultara llamándole ‘acojonado,
sinverguenza y lameculos de Macron’. Sin embargo esos indecentes
insultos y lo ocurrido en Murcia dan fe de que Cs no pacta con Vox, como
Rivera tampoco pacta con Sánchez.
Y menos aún cuando existe la amenaza de una repetición electoral
nacional, si fracasa la investidura de Sánchez. Repetición que también
podría ocurrir en Murcia y en Madrid si de aquí a septiembre no se han
restablecido los puentes y los pactos entre PP, Cs y Vox.
Quien más ha perdido en Murcia y puede que en Madrid es el PP que ve
muy difícil su posición y la oportunidad de seguir gobernando en estas
dos Comunidades. Lo que constituye una pésima noticia para Pablo Casado,
al tiempo que ubica al PP en las proximidades de la extrema derecha
mientras Cs se apuntala en el centro de la política.
Vamos a ver qué ocurre el próximo martes en La Moncloa durante el que
será el quinto encuentro entre Sánchez e Iglesias desde que acabaron
las elecciones generales del 28-A. Y vamos a ver qué ocurre el miércoles
en la Asamblea de Madrid con la candidatura de Isabel Díaz Ayuso
porque, visto lo ocurrido en Murcia, lo lógico será que Vox también vote
‘no’.
Eso sí, en el caso de unas repeticiones electorales nacionales,
murcianas y madrileñas, estas minorías radicales y exigentes de Vox y
Podemos van a sufrir un duro castigo del electorado. Y es ese riesgo
evidente lo único que podría hacer cambiar de opinión a Iglesias y
Abascal en próximas semanas y meses, aunque de momento se resistan a
pactar.
(*) Periodista
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