Comienzan las consultas del rey Felipe VI con los líderes de los
distintos grupos parlamentarios para ver si en este caso el candidato
obvio, que es Pedro Sánchez, puede tener mayoría suficiente para
alcanzar la Presidencia del Gobierno. Si así parece el Monarca propondrá
a Sánchez a la Cámara baja para que se someta a la votación de
investidura para lo que necesitará una mayoría absoluta (176 diputados)
en primera votación y mayoría simple en la segunda.
El Monarca, al que la Constitución otorga el mandato de ‘arbitrar y
moderar el funcionamiento regular de las instituciones’, recibirá a
partir de mañana a los líderes de las distintas formaciones políticas,
explorará las posibilidades de pacto de investidura y de Gobierno y
podrá transmitir a sus interlocutores su opinión y valoración de la
situación española y del interés general del país. E incluso sugerir
algún modelo de acuerdo.
Las entrevistas del Rey con Pablo Casado, Albert Rivera y Pablo
Iglesias, son las más importantes porque estos tres lideres podrían
concertar con Pedro Sánchez los suficientes apoyos para gobernar, aunque
en el caso de Podemos harían falta también ayudas o la abstención de
otros partidos.
El Monarca conoce bien a Pedro Sánchez, a quien propuso a la
investidura tras las elecciones de 2015 después que Mariano Rajoy
‘declinara’ ser el candidato a la investidura como líder del partido más
votado, el PP. Pero la investidura que Pedro Sánchez creyó al alcance
de su mano, tras un pacto de Gobierno con C's -por ello fue propuesto al
Congreso por el Rey-, fracasó con los votos en contra de PP y Podemos.
Y este fracaso condujo a la repetición de las elecciones generales en
julio de 2016, y a la posterior investidura de Rajoy en diciembre de
ese año una vez que se produjo la dimisión de Sánchez en el PSOE
presionado por barones y dirigentes de su partido. Lo que luego facilitó
la investidura de Rajoy con los votos favorables de C's y la llamativa
abstención del PSOE.
Esta vez la tensión política y personal entre Sánchez y Rivera, con
Cataluña como cuestión principal de la discrepancia, anuncia
dificultades de pacto entre el PSOE (123 diputados) y C's (57 diputados).
Ello a pesar que ambos suman 180 escaños, una cómoda mayoría absoluta y
que los dos parten de posiciones ideológicas próximas al centro
político.
Más amplia mayoría tendrían Sánchez (123 escaños) y Casado (66
escaños), de hasta 186 diputados. Lo que sería una ‘gran coalición’ a la
española, pero difícil de articular por las diferencias ideológicas de
PSOE y PP. Aunque no hay que descartarla si, ante una situación de
bloqueo y para impedir que se repitan las elecciones y que Sánchez pacte
con Podemos y los separatistas, Casado adopta una posición ‘estadista’
de jefe de la Oposición y decidiera facilitar la gobernabilidad, al
menos inicial, de Sánchez.
La alianza de la izquierda entre Sánchez e Iglesias se presenta como
la más tensa y conflictiva por las posiciones radicales populistas de
Podemos y sus alianzas con los separatistas catalanes.
Máxime si Colau llegara a un pacto con Maragall y le entrega la
Alcaldía de Barcelona a ERC, y sobre todo con el horizonte de la
sentencia del Tribunal Supremo sobre el golpe catalán sobre el que la Fiscalía se mostró hoy implacable hablando de golpe de Estado, violencia y
rebelión.
Cuestiones estas que preocupan al rey Felipe VI, como quedó patente
en su discurso de 3 de octubre de 2017, pero que no parecen preocupar
tanto a Pedro Sánchez porque su prioridad es volver a gobernar. Aunque
tiene la posibilidad de repetición electoral que podría resultarle muy
favorable (como le ocurrió a Rajoy), por la crisis de Podemos, aunque en
estas lides siempre se incluyen riesgos que a priori nadie puede
presagiar.
Por todo ello creemos que ‘la moderación y el arbitraje’ del rey
Felipe VI -que ya tiene experiencia en estos asuntos- pueden ser
decisivas en las consultas que para la investidura del Presidente del
Gobierno ahora van a comenzar.
(*) Periodista
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