Rodeado por sus periodistas fanáticos y más extremos el líder del PP
Pablo Casado se ha declarado favorable a que dirigentes de Vox entren
como ministros en un futuro y pretendido gobierno nacional, si el PP
resulta ser el partido más votado del centro derecha español y puede
sumar los escaños de C's y Vox para alcanzar la mayoría absoluta, lo que
está por ver.
¿Qué necesidad tenía Casado de hacer una afirmación que favorece a Vox en
el final de la campaña, moviliza al electorado de la izquierda y
espanta a C's? Ninguna, pero este chico del PP está claro que no es una
lumbrera, que ha hecho unos desastrosos fichajes de candidatos
estelares, y que va de lío en lío (el último el de Ángel Garrido) y sin
haber ganado ninguno de los debates televisados.
Pasó a grandes velocidades y muy recomendado por la Universidad, hizo
un máster cuya tesis no ha querido enseñar, es alumno predilecto de
Aznar y si se descuida y sale mal parado en las elecciones su amiga y
muy ambiciosa Cayetana lo apuñalará y lo sustituirá.
Desde luego si Rivera tiene la llave de la investidura de Casado no
lo va a apoyar si pretende incluir a Vox en el Gobierno de España. Y
como Casado se acaba de comprometer públicamente con Abascal si, llegado
el caso, Casado no cumple su promesa entonces será Vox quien lo vetará.
Esta declaración de Casado le ha venido de perlas a Sánchez y a
Iglesias para el cierre de la campaña electoral y su contradiscurso del
gobierno de la extrema derecha. Y ha caído como un jarro de agua fría en
la dirección de C's donde pensarán que Casado está desconcertado y dice
cualquier cosa que se le pasa por la cabeza.
Y si a esta metedura de pata de Casado le añadimos otras sobre el
aborto, las pensiones, el salario mínimo y el delito de violación, o de
lema de ‘Valor seguro’ que no dice nada, veremos que esta costosa
campaña electoral del PP no ha sido lo que se dice un éxito.
Aunque serán los votantes de este partido los que dentro de 48 darán
su veredicto final. Y no parece que vaya a ser muy bueno para el PP
porque Vox, ese partido al que Casado le ha ofrecido ministerios, puede
ser el mismo que provoque una debacle en el PP. Lo que también está por
ver y muy pronto sabremos si solo son especulaciones o la cruda
realidad.
Tensa calma pues en las sedes de los cinco partidos nacionales a la espera
del resultado electoral del 28-A, mientras unos y otros manejan sondeos
de última hora en los que se dice que nada está escrito porque todo
depende del resultado que alcance Vox.
Una incógnita que viene adornada de los últimos mítines
multitudinarios de Santiago Abascal en Barcelona, Sevilla, Málaga,
Valencia y hoy otro en la Plaza de Colón, de Madrid. Lo que hace pensar a
muchos que el voto oculto de Vox puede ser espectacular.
Y si eso se confirma en la noche electoral entonces todas las cábalas
y las especulaciones sobre pactos de investidura y de Gobierno
quedarían en suspenso a la espera de la actitud final de Vox. De hecho,
Pedro Sánchez lanzaba una voz de alarma a sus electores advirtiendo
que el modelo andaluz se puede repetir.
De igual manera que un gran salto hacia delante de Vox llevará
acarreado un retroceso importante del PP, porque está claro que son de
PP la mayoría de los votantes que están y pueden estar con Vox.
Y eso que Vox es un partido con pocos medios, muchas redes sociales y
poca televisión. Y sin una implantación nacional en pueblos y
capitales, como las que por ejemplo tienen PSOE y PP. Vox parte
prácticamente de cero y en clara inferioridad de condiciones frente a
sus adversarios.
Por ello sea cual sea el resultado electoral que alcance en votos y
escaños su balance será considerado exitoso, por cuanto no tenían nada y
ahora, y eso está claro, sí que van a tener. Como poco una veintena de
escaños y de ahí hacia arriba.
E importante será ver si Vox acaba por delante de Podemos, lo que no
es fácil de imaginar aunque el partido de Pablo Iglesias sufre una
crisis de corte ‘existencial’ por las depuraciones en cadena llevadas a
cabo por Iglesias contra los principales dirigentes de su formación.
Lo cierto es que Vox se ha convertido en estrella inesperada de la
campaña electoral y puede que también se convierta en la estrella de la
noche del 28-A. Solo faltan 48 horas hasta que se abran las urnas y
luego Vox dirá.
(*) Periodista
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