El secretario nacional de Organización
de Ciudadanos, Fran Hervías, se deja caer por Murcia y sugiere al líder
institucional del partido, Miguel Sánchez, que no se presente a las
primarias para la candidatura a las elecciones autonómicas. Ambos pactan
una escenificación no traumática de esa imposición, quizá con el
señuelo de que Sánchez tendrá algún papel en cualquiera de los procesos
electorales futuros o funciones ejecutivas en lo que resulte de ellos.
Bien.
Sánchez cumplió ayer el pacto al protagonizar una rueda de prensa
en que atribuyó su retirada a motivos familiares, un recurso habitual en
estos casos, incontestable. Pero el portavoz parlamentario miente a
sabiendas, pues ante la opinión pública asegura que la decisión es suya
cuando es obvio que se trata de una inducción indisimulada. Es falsa
hasta la fecha en que asegura que comunicó su decisión a Hervías; no fue
el sábado, cuando se celebró la asamblea de Ciudadanos, sino la noche
del viernes, en el hotel NH en que se hospedó el ejecutivo del aparato
nacional.
Ciudadanos es un
partido raro, algo anarco, como tengo dicho. Se sale temerariamente de
la agenda que marca las elecciones generales como asunto prioritario. En
vez de aplicarse a esto se adentran en el debate sobre el liderazgo
autonómico, que tocaría después. Van al revés. Es la consecuencia de que
en la Región de Murcia se han resignado a ser franquicia antes que
organización autóctona, y simulan la existencia de unas elecciones
primarias ultrademocráticas a la vez que es el aparato nacional el que
dicta quién puede presentarse o no a ellas.
De hecho, hay que suponer
que si Hervías pide a Sánchez que no opte a las primarias para la
Comunidad autónoma es porque tiene decidido de antemano el nombre del
candidato (se supone que candidata) que vendría a sustituirlo, pues en
buena lógica no cabe pensar que, una vez que la dirección nacional
interviene para relevar al líder sólo tenga prevista la salida del
ejerciente y no la personalidad concreta que ha de sustituirlo.
De
hecho, quienes están atentos a la oportunidad de presentarse a las
primarias autonómicas ponen el foco, como todos, en un escenario vacío
en el que sospechan que hará su aparición El Ungido, la persona que, sin
recibir explícitamente el respaldo de la dirección del partido, todos
puedan leer que es el preferido de ésta.
En esa espera están algunos,
calculando si se lanzan a unas primarias verdaderamente abiertas o si lo
prudente sería retraerse para no competir con el candidato (o más
probablemente, candidata) del aparato a fin de no crear molestias a éste
y disponer de opciones para una 'segunda vuelta', que sería el posible
reparto de cargos (consejerías, direcciones generales, etc.) de un
posible Gobierno a la andaluza en que Ciudadanos dispondría de parte del
staff.
¿Quieres ser un candidato que se estrella ante el determinado
por la dirección o mejor te esperas, sin crear competencia a éste, a ser
reclamado para una posible función en el futuro Gobierno en que, con el
PP o con el PSOE, Ciudadanos participaría como bloque decisivo para la
gobernación? Un dilema que no tendrían algunos si creyeran que las
primarias son de verdad.
La
deducción lógica es que las primarias autonómicas no serán de verdad.
Si la dirección ha decidido sustituir a Miguel Sánchez es porque tiene
previsto el repuesto; lo contrario sería abocarse a una posibilidad de
suicidio, pues el líder electoral resultante podría tener un perfil de
inferior calidad política al relevado.
Además, será necesario que
Ciudadanos explique este relevo de manera convincente, pues enviar a
bóxes a quien lo ha representado durante estos últimos cuatro años
supone transmitir la impresión de que la política del partido ha sido
insatisfactoria para la propia organización, lo cual no es el mejor
punto de partida para crear expectativas electorales.
Que la caída de
Miguel Sánchez se haya producido de manera tan grosera, con el espadón
Hervías como enviado especial y a la vista de todos, es también una
señal de que la 'nueva política' de C's es tributaria de la de siempre.
(*) Columnista
https://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2019/02/19/miguel-sanchez-despide/998112.html
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