Cataluña condicionará toda la precampaña y la campaña de las
eleccciones generales del 28 de abril, aunque por parte del Partido
Socialista, se quiera evitar hablando de la Agenda Social que se ha
aparcado tras la devolucion de los Presupuestos Generales del Estado que
el Gobierno pretende, con la oposicion del PP y Ciudadanos, que siga
desarrollando la Comision Permanente del Congreso de los Diputados, la
institución que se encarga de los asuntos urgentes que vayan surgiendo
con la disolucion de las Cortes.
Cataluña es la excusa en la que ha querido basarse Ciudadanos para
anunciar oficialmente que no pactará con Pedro Sánchez ni con el PSOE
por sus negociaciones con el independentismo que, al fin y al cabo, ha
sido el principal apoyo a la mocion de censura, aunque ese pacto pueda
salvar la legislatura.
Cataluña parece ser el principal argumento
electoral para el Partido Popular, prometiendo que se implantara un 155
duro, suspendiendo al Gobierno de la Generalitat, la Autonomia, y
controlando, especialmente, tanto a los Mossos d‘Esquadra como a TV3. Y
Cataluña, para la tercera pata de la futura “Coalición de Colón“ es el
principal mensaje de Vox, que se encargará del cumplimiento de ese
polémico 155, que solo se puede aplicar en determinadas condiciones.
Cataluña a pesar del poco interés que tenia el entrevistado salió a
relucir en la primera entrevista en television, en el telediario de la
noche, dónde en ningun momento Pedro Sánchez negó la posibilidad de
pactar de nuevo con los partidos que hicieron posible la mocion de
censura, (“estoy dispuesto a pactar con todos“, dijo refiriendose a
Ciudadanos) y dónde rozó el tema prohibido de un posible indulto en el
caso de quienes estan siendo juzgados en la Sala Segunda del Tribunal
Supremo fuesen condenados…
Y, Cataluña, sigue ocupando la actualidad internacional especialmente
en los grandes medios de referencia de todo el mundo, sin que haya
hecho mucho efecto la campaña de imagen que ha emprendido la Secretaría
de Estado para la España Global que dirige Irene Lozano que, a estas
alturas, tiene que seguir vendiendo que en España se respeta los
derechos humanos, que hay libertad de prensa y de expresion y que los
procesados que se sientan en el banquillo en Madrid, lo hacen con todas
las garantias procesales.
Todavia hay medios como el britanico The National,
que hace un balance de la primera semana de juicio y señala que seis
observadores internacionales que asisten a las sesiones, que los cargos
de los que son acusados los procesados son accciones protegidas por los
derechos humanos y que extremistas de derecha de Vox fueron los
encargados de organizar a quienes querian entrar al Juicio en el
Supremo.
Al margen de esto, hay que reconocer como titula hoy el Financial Times
que “el Juicio catalan envenena la politica española“. Una politica,
segun el periodico, que no solo esta fragmentada, sino, tambien, cada
vez mas polarizada. El resultado electoral mas probable, dice, podria
ser una coalicion entre el Partido Popular y Ciudadanos, con el apoyo
parlamentario de la extrema derecha.
Probablemente, la amenaza de la
extrema derecha sea la mejor oportunidad para Sánchez que podria hacerse
con el primer puesto. Si bien sus aliados de Podemos parecen estar
desintegrandose, Sanchez es lo suficientemente flexible para buscar una
coalicion con Ciudadanos, aunque las relaciones son tensas.
El panorama que presenta, otro gran medio, The New York Times,
no es mas esperanzador, sino todo lo contrario: El gobierno de
centro-izquierda ha caído. El sistema bipartidista ha fracasado. La
extrema derecha está en auge. A primera vista, España se parece mucho a
otros lugares de Europa en estos tiempos.
El proceso independentista de
Cataluña ha puesto en jaque tanto la integridad territorial del país
como los acuerdos de la Constitución de 1978, fundamentales para España,
una de las democracias más jóvenes de Europa occidental.
El resultado
es el auge de un nuevo nacionalismo en España, país que en muchos
sentidos todavía tiene que reconciliar las divisiones provocadas por los
capítulos más oscuros de su pasado reciente, entre ellos la dictadura y
la guerra civil.
La Constitución española, redactada tres años después de la muerte
del dictador Franco, ya da una autonomía considerable a Cataluña. Pero
ésta no es suficiente para aplacar a los partidarios de una línea más
dura, que quieren que los catalanes voten la independencia. Una votación
de este tipo no goza de muchos apoyos entre los españoles de la mayor
parte del resto del pais.
El impasse refleja que la democracia
española, relativamente joven, aún tiene que abordar algunas
cuestiones constitucionales que, a ojos de algunos españoles, nunca se
resolvieron del todo tras la muerte de Franco.
(*) Periodista y economista
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