Difícil es una palabra piadosa. Mejor
cabría imposible. Imposible, salvo milagro, pero los milagros no son
herramientas de la izquierda. La convergencia electoral en la Región
entre Podemos e Izquierda Unida es un dolor de muelas para ambas partes,
y lo más probable es que cada una salga por su lado, como ya ocurrió en
la anterior convocatoria de las municipales y autonómicas. Pero
entonces no se había ensayado aún la experiencia de acudir juntos a las
generales.
El 'pacto de los botellines' entre Iglesias y Garzón pareció
abrir una etapa casi de integración. Fue un brindis en las alturas que
dejó intactos los recelos en las bases. En Murcia, por ejemplo. Aquel
pacto nacional se saldó con una lista al Congreso integrada por
podemitas, con el premio de un escaño, mientras la del Senado (condenada
al fracaso de antemano) quedaba para IU.
La
rueda gira y llega la hora del envite local. En Andalucía ha sido
posible la convergencia aun con la pérdida de las denominaciones
respectivas: Podemos e IU van juntos y revueltos en la marca Adelante.
En Murcia hay que repetir la jugada por imposición de las cúpulas
nacionales, pero es preciso negociar la fórmula sobre el terreno, y
quedan pocos días: hay que hacerlo antes de que sea Navidad en El Corte
Inglés, o sea, ya. Difícil o, mejor dicho, imposible.
La prueba del
nueve es la encuesta que hoy publicamos, encargada por IU, en la que
significativamente se pregunta a los potenciales electores sobre Podemos
e IU por separado. Y, por separado, Podemos baja dos escaños de los
seis que ahora posee, e IU alcanza tres sobre cero. Cuatro y tres,
siete, uno más que la actual representación de la izquierda, pero
siempre que se visibilice la presencia de IU en la opción conjunta. Ese
es, en esencia, el mensaje.
IU saca músculo
Con
esta encuesta, IU exhibe músculo. Recuerda a Podemos que sigue
existiendo y que no está dispuesta a ser un mero apéndice, sino que es
un partido con plena identidad y fortaleza, que exige un protagonismo
equivalente. Podría decirse: si en las anteriores elecciones fueron
barridos por Podemos ¿cómo ahora esta encuesta los prima con tres
diputados?
Las respuestas se multiplican. La primera es que si en la
anterior convocatoria hubiera existido una circunscripción única, como
se estrenará en las próximas, IU no habría sido expulsada de la
Asamblea.
Otra: el éxito entonces de Podemos se justificaría en que se
produjo en la etapa de su mayor esplendor mientras ahora parece
sumergirse en mayores dificultades, una vez ha catado 'el sistema' y ha
incurrido en muchas de las incoherencias y contradicciones que criticaba
en otros y que por esto le atrajeron simpatías y miles de votos; era
aquella estrategia que llamaban de la transversalidad y en la que
precisamente les sobraba IU, pues IU era un referente demasiado
específico de una izquierda neta.
Pero
también es cierto que hace cuatro años IU existía sin complejos, y para
las municipales y autonómicas se revistió con otras denominaciones con
el pretexto de sumar a grupos minoritarios y de imprecisa trascendencia,
en actitud mimética a la de Podemos, que tampoco quiso presentarse como
tal a las municipales, sino como motor de convergencias de inexistente
calado electoral, como Equo y otras marcas vacías.
De hecho, la marca IU
ha desaparecido del mapa institucional en casi todos los municipios de
la Región (Lorca es una excepción significativa), y su resurrección como
opción independiente la hará, si definitivamente no hay pacto con
Podemos, con un déficit de imagen, pues todos sus buenos trabajos de
oposición (por ejemplo, con el nombre de Cambiemos, en Murcia) tendrá
que volver a reidentificarlos con las siglas originales después de
haberlas ocultado innecesariamente.
Pistas para la negociación interna
Hay
que precisar que la encuesta, a pesar de haber sido encargada de parte,
es rigurosa en su planteamiento técnico, sobre todo por la amplitud del
muestreo: 800 personas. Y no es nada complaciente en el resultado
global, pues queda claro que de ella saldría un Gobierno PP-C's o
PSOE-Cs, más o menos como lo que se prevé que anuncie el CEMOP este martes.
El bloque de la
izquierda, incluyendo al PSOE, no daría para ocupar San Esteban ni
siquiera con una extravagante fórmula a la italiana que incluyera el
apoyo de Vox por su propia cuenta en la investidura en consideración a
alguna coincidencia programática general (no se me escandalicen; ya está
pasando por ahí con los respectivos equivalentes).
Por tanto, según
esta previsión, el cambio sustantivo posible sería el desalojo del PP
mediante un pacto PSOE-C's. La encuesta no es amable con la izquierda más
allá de la que representan los socialistas. Pero a los efectos de IU le
permite mostrar fortaleza ante Podemos en la conclusión de las
negociaciones para una lista conjunta.
La
posibilidad de unas primarias para las listas en las que participen
ambos grupos es remota. Si ya son complicadas cuando se producen en una
sola organización, el mecanismo es infernal si quienes han de votar son
los simpatizantes y militantes de dos grupos de estructura distinta.
Ya
se vio en la experiencia para las anteriores elecciones al ayuntamiento
de Murcia. Podemos era el partido emergente, pero la organización de IU
estaba más consolidada, de modo que las primarias las ganó ésta por
goleada, lo que produjo la ruptura de la convergencia y la creación
improvisada de una alternativa afín a Podemos que se tituló Ahora
Murcia, que tuvo un resultado equivalente en número de concejales, pero
que a diferencia de Cambiemos (IU) ha tenido una ejecutoria sombría:
endogámica, autocomplaciente, lastrada por crisis internas y con
absoluto desprecio a la transparencia.
No
parece que Podemos quiera ensayar nuevas experiencias de primarias
mixtas, sino que se atendrá a la mera negociación. Pero esta vez IU no
está dispuesta a ser 'compañera de viaje', y presentará sus
credenciales, de los que esta encuesta es uno de los elementos más
potentes.
Resistencias a la presión nacional
Es
probable que los aparatos nacionales presionen para que el pacto
electoral se resuelva satisfactoriamente, pero la tradicional disciplina
de la izquierda ya no es lo que era. En Podemos, la autonomía de las
organizaciones territoriales es cada vez más manifiesta (véase
Andalucía, sin ir más lejos), y aunque Murcia no ha dado hasta ahora
motivos de rebeldía, es claro que la línea Iglesias no es la más
simpática en una organización en que el sector mayoritario que lidera
Oscar Urralburu mantiene sus posiciones originales al margen de los
bandazos y aventuras del capitán nacional.
En cuanto a IU, es dudoso que
una organización, la de Murcia, que se ha visto largamente humillada
por la indiferencia de Podemos, pueda girar en bloque a golpe de pito si
Garzón pretende que las listas conjuntas se hagan con el sacrificio de
los suyos. La cosa, pues, está muy malita, y lo más probable, ya digo,
es que no haya acuerdos a la espera de poder madurarlos en una
estrategia parlamentaria conjunta una vez hayan medido sus fuerzas ante
las urnas.
C's, PP, PSOE
Al
margen del desajuste entre las fuerzas de izquierda, que es a lo
primero que convoca esta encuesta por la naturaleza de su origen, el
resto de datos es también llamativo, sobre todo la emergencia de
Ciudadanos (de cuatro a diez diputados), y esto a pesar de que la
organización interna de ese partido es muy mejorable: la cúpula
directiva está disociada del Grupo Parlamentario, a su vez disperso. El
portavoz, Miguel Sánchez, no las tiene todas consigo acerca de su
continuidad, y ya debe saber que ha de enfrentarse en primarias a Juanjo
Molina, uno de sus compañeros de escaño, y no es el único.
Por
su parte, el líder del PP, Fernando López Miras, tiene que contemplar
el espectacular desplome de sus efectivos (de 22 a 13 escaños, empatando
además con el PSOE) con el añadido de los problemas que le reportará,
sin duda, la intención que le suponemos de renovar casi por completo al
Grupo Parlamentario, pues no es un secreto que no hay fluidez entre éste
y el Gobierno.
Y cuidado: algunos de los actuales diputados populares
puede que aporten poco como tales, pero fuera de sus plazas son letales
para la reputación del actual estatus del partido. Es decir, el PP puede
añadir a sus problemas evidentes los que surgirán con toda seguridad de
su interior en la próxima renovación de las listas.
El
PSOE quizá sufra problemas similares si no exhibe algunos señalados
gestos de integración, pues el sector que perdió las elecciones frente a
Diego Conesa se muestra aparentemente apaciguado, pero otra cosa sería
no darle ni agua en un momento tan decisivo como las elecciones.
Es
decir, las dinámicas internas de los partidos también juegan en la
prospección electoral, sobre todo si emergen de manera compulsiva en el
periodo más crítico.
De
momento, el multifraccionamiento del Parlamento parece asegurado, aunque
esta encuesta adelanta la composición de dos posibles mayorías, una de
ellas de cambio, pero no a la izquierda en plenitud.
Y
una anotación final, en relación a la posibilidad del 'superdomingo'
(que modestamente ya adelanté hace algunas semanas en mi artículo Las
cinco urnas), sugerido tanto por el secretario de Organización del PSOE,
Ábalos, como por el propio Pedro Sánchez.
Si las generales se hicieran
coincidir con las autonómicas y de las primeras pudiera resultar un
acuerdo nacional de gobernación PSOE/Podemos, las posibilidades de que
en la Región de Murcia los socialistas pactaran con C's disminuirían
incluso a pesar de que fuera la única opción de que dispusieran para
liderar el Gobierno autonómico.
Lo claro, al día de hoy, es que la izquierda izquierdea. Y no es que esto sea una novedad.
(*) Columnista
No hay comentarios:
Publicar un comentario