MURCIA.- La declaración como Reserva Ecológica Especial de una zona del Mar
Menor en la que se localizó una importante colonia de nacras (pinna
nobilis), caballitos de mar (hippocampus guttulatus) y otras especies
que se están estudiando incrementará el grado de protección para preservarlas.
El
Comité de Asesoramiento Científico del Mar Menor aprobó este viernes
impulsar esta figura de protección, a través de la que se prohibirán actividades que puedan afectar a estas poblaciones, como el fondeo de embarcaciones, la pesca, la navegación o el baño en zonas concretas y acotadas.
Esta
declaración se produjo a petición del Grupo de Trabajo de Ecología
Lagunar del Comité de Asesoramiento, que esta misma semana se reunió
para analizar y proponer nuevas medidas de protección tras constatar que
algunos ejemplares de nacra, una especie declarada en situación crítica
que prácticamente ha desaparecido del Mediterráneo, habían resultado dañados por las embarcaciones pese al sistema de balizamiento que se instaló a principios del mes de agosto.
La
Consejería de Empleo, Universidades, Empresa y Medio Ambiente, además,
está estudiando dotar de esta protección a zonas de la laguna en la que
se han hallado otras importantes colonias de estas especies amenazadas.
Así, por ejemplo, se va a realizar una grabación y estudio de los fondos
marinos entre las islas del Mar Menor.
El director general de
Medio Ambiente y Mar Menor, Antonio Luengo, destacó, tras la celebración
de la reunión del Comité, la importancia de este tipo de medidas «para
preservar y proteger la rica biodiversidad del Mar Menor».
«La mejora de la calidad de las aguas
que se ha registrado en estos últimos meses se está traduciendo en una
progresiva recuperación de la flora y fauna submarinas de la laguna,
como el caso de las nacras y caballitos, el fartet, las doradas o las
praderas de cymodocea nodosa», indica.
En este sentido, durante la
reunión del Comité de Asesoramiento Científico se analizó también el
último Informe sobre el Estado Ecológico del Mar Menor.
Las
conclusiones de este estudio, elaborado con los datos de la segunda
semana de septiembre, mantienen los signos de recuperación de la
capacidad de autorregulación de la laguna y apuntan a una bajada de los niveles de nutrientes, incluido el amonio y el silicato, y de clorofila.
Además,
el aspecto de las comunidades bentónicas y la presencia y abundancia de
las especies más relevantes de la vegetación y la fauna corroboran una
recuperación de las condiciones previas a la crisis de eutrofización.
Destaca
el caso de la presencia de extensiones amplias de fondos arenosos con
cascajos colonizados por Acetabularia calyculus, que constituye incluso
praderas extensas.
«Al no producirse entradas significativas de
nutrientes, la concentración de clorofila se ha mantenido baja durante
todo el periodo estival y mucho más estable que en años anteriores, lo
que ha permitido al Mar Menor superar los efectos de las elevadas temperaturas durante el mes de agosto», explicó el director general de Medio Ambiente y Mar Menor.
Los
índices de transparencia, mientras tanto, se mantienen entre los 4,5 y 5
metros de media, un dato muy superior al del año pasado por estas
fechas, cuando apenas superaba un metro. «La mayor transparencia
favorece que la luz alcance una mayor profundidad, lo que a su vez tiene
un efecto muy beneficioso para el conjunto de este ecosistema y el
desarrollo de la vida submarina», señaló Luengo.
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