Por qué tanta hostilidad hacia Podemos
Hoy, Podemos, un partido que no existía hace sólo cuatro años, ha
alcanzado tales dimensiones a lo largo del territorio español (junto con
otros nuevos partidos políticos como En Comú en Cataluña, En Marea en
Galicia, y otros renovados como Izquierda Unida y Equo) desarrollando un
nuevo espacio político con una clara vocación transformadora de
España que ha asustado a las estructuras del poder económico y
financiero y a sus instrumentos políticos que temen perder sus
privilegios.
De ahí que la mayoría de medios de información que están a
su servicio hayan mostrado una enorme hostilidad hacia tal nuevo espacio
político y hacía su dirigente, Pablo Iglesias (una de las personas más
agredidas y vilipendiadas por los poderes fácticos que dominan la vida
económica y política del país), mediante una campaña de desprestigio en
la que las falsedades, manipulaciones e insultos se prodigan
extensamente en su intento de destrucción al que consideran como “el
enemigo” (y utilizo este término bélico pues su comportamiento traduce
una cultura de escasa sensibilidad democrática).
La más reciente construcción de falsedades sobre tal formación
política ha sido el presentar a Podemos como favorable a la
independencia y próximo a los partidos que aspiran a alcanzarla. En
consecuencia se presenta tal espacio político como parte de la
“anti-España”, en una campaña que tiene parecido a las que existieron
en épocas históricas anteriores en las que a los movimientos
político-sociales que proponían enriquecer a España, aceptando su
plurinacionalidad, se les definió también por los defensores de la
España uninacional como los anti-España, y tengo experiencia en ello.
Mis padres, que amaban intensamente a Catalunya y España, y que
dieron lo mejor de su vida para mejorarlas, fueron brutalmente
represaliados (cuando los militares golpistas ganaron la Guerra Civil)
por “separatistas” (además de rojos) cuando en realidad lo que deseaban
era otra España, una España republicana, mucho más justa y más sensible a
la plurinacionalidad del país que la que tenía la España uninacional
monárquica.
Un ejemplo de tal fabricación
En una situación semejante estamos viendo como se está intentando
presentar a Podemos como un partido de simpatías separatistas y por lo
tanto antipatriota. El caso más reciente es el artículo de una de las
editoras de El País (uno de los rotativos más hostiles a Podemos), la
Sra Gabriela Cañas, titulado “Podemos, él ni-ni de la política”
(31.10.17), que contiene una gran cantidad de mentiras, falsedades y
manipulaciones en su intento de presentar a Podemos cómo secesionista.
Con este objetivo, la Sra. Cañas muestra las declaraciones
pro-independencia de una diputada de Podem Catalunya en el Parlament
Catalá, la Sr. Angels Martínez Castells, que declaró su apoyo al
independentismo y a la República Catalana (a través de sus aplausos,
declaraciones y tweets) como representativas de la política de Podemos,
ignorando y ocultando las críticas y amonestaciones que la dirección de
tal partido, incluyendo Pablo iglesias, han hecho para repudiar ese
comportamiento en múltiples ocasiones. La Sra. Cañas sabe de ello, pues
todos estos hechos son conocidos en el establishment político-mediático
del país, pero ha preferido no citarlo.
La postura de Podem Catalunya ha sido utilizada extensa y erróneamente para reforzar esa imagen manipulada de Podemos.
Entre los hechos que los medios han utilizado para desacreditar a
Podemos y a su Secretario General hay que incluir el comportamiento de
la dirección de Podem Catalunya que actuando por su cuenta, sin previa
consulta con la dirección de Podemos, ha estado colaborando con los
partidos independentistas y sus medios de información (que le han
ofrecido altavoces mediáticos para exponer sus puntos de vista
favorables a las izquierdas independentistas y muy críticas a las
izquierdas no secesionistas como En Comú e incluso Podemos). Es difícil
de creer que la dirección de Podem no fuera consciente de que estaban
siendo utilizados para desprestigiar a las izquierdas no secesionistas
tanto en Cataluña (En Comú) como en España (Podemos).
La línea de
alianzas de Podem ha sido también criticada en múltiples ocasiones por
Pablo iglesias y por la dirección de Podemos. Pero lo que es menos
conocido (y que también ha sido ignorado en los medios) ha sido el hecho
de que muchos militantes en Podem Catalunya han dejado el partido. Se
ha iniciado una rebelión por parte de los militantes y de los inscritos
de Podem que está llevando a un rechazo a la estrategia y el discurso de
la dirección de Podem, con peticiones a una Asamblea General que cambie
la dirección y la línea política de Podem, recuperando el espíritu
inicial de Podem: ser parte de Podemos y aliarse con las izquierdas no
secesionistas que defiendan la plurinacionalidad de España. Estas
tensiones dentro de Podem se han presentado en los medios como un
conflicto entre la dirección de Podem y la dirección de Podemos,
ignorando que gran parte del conflicto estaba y está dentro de Podem.
La presentación de Pablo Iglesias como independentista
Estos medios de comunicación no tienen tampoco ningún reparo en
atacar injustificadamente a Pablo Iglesias, siendo el artículo de la
Sra. Gabriela Cañas el máximo ejemplo de ello. Miente a mansalva cuando
escribe que el discurso que Pablo iglesias dio en el día de la Diada
(día nacional de Cataluña) en Santa Coloma de Gramenet, terminó con la
expresión “Visca Catalunya Lliure” que es el eslogan de los
partidos independentistas. ¡Eso no es cierto! Yo estaba sentado en la
primera fila, como invitado de la fiesta, y a pocos metros de Pablo
Iglesias. Y puedo dar testimonio, como también puedan atestiguar las
miles de personas presentes en el acto, que Pablo Iglesias, jamás
utilizó esa expresión, lo que dijo fue “Visca Catalunya”, sin añadir el eslogan independentistas.
Cómo garantizar la unidad de España
Frente a la enorme crisis que existe en Catalunya y España, hay dos
alternativas. Una, la represión que ha estado imponiendo el gobierno
Rajoy con las judicializaciones y encarcelamientos a dirigentes del
movimiento independentista y que aparece en su plena magnitud en la
aplicación de la ley 155 que anula toda la potestad de dirigir las
instituciones democráticas catalanas por parte de las autoridades
elegidas en Cataluña. Tal medida, profundamente ofensiva a Cataluña se
añade a la represión policial realizada por la Policía Nacional, que con
su brutalidad, produjo casi 900 personas que necesitaron asistencia
sanitaria (datos generados por los propios servicios sanitarios).
Sin
lugar a dudas, estas políticas represivas hacen crecer el sentimiento
secesionista en Cataluña. Y los datos lo muestran. El apoyo al
secesionismo en Cataluña ha crecido significativamente (como indica el
último barómetro del CEO, Octubre 2017), y continuará creciendo. Creerse
que España puede continuar unida mediante la represión es no conocer la
historia de este país. Estas políticas llevadas a cabo desde el estado
central romperán España. En realidad, la están ya rompiendo y los datos
lo muestra: el movimiento independentista que representaba
aproximadamente el 15% de la población catalana cuando el Gobierno Rajoy
inició su mandato ha alcanzado ya el 48%. Más de dos millones de
catalanes. Esta es la muestra de su fracaso.
La otra alternativa, es la que proponen las nuevas izquierdas en
España, incluido Podemos: reconocer la diversidad y plurinacionalidad de
España, permitiendo que las diferencias se respetan y que cambie la
orientación uninacional del Estado para que se permitan la diversidad
nacional, manteniendo e incluso reforzando la solidaridad y fraternidad
entre los distintos pueblos y naciones que conforman España.
En
realidad, indicadores de cómo medir el amor y compromiso de una fuerza
política a la nación y a la patria de su país, muestran fácilmente que
las derechas “superpatriotas” españolistas y catalanistas suspenden
espectacularmente. Si analizamos el impacto de las políticas públicas
llevadas a cabo por las derechas nacionalistas españolas y catalanas,
que se presentan con enorme arrogancia como las defensoras de la patria,
se ve claramente que han sido ellas las que han estado imponiendo las
políticas neoliberales que han dañado enormemente la calidad de vida y
bienestar de las clases populares que son la mayoría de la población
española y catalana. El PP y el PSOE que se presentan como los
defensores de la unidad de España han hecho un enorme daño con la
aplicación de reformas laborales y recortes de gasto público en la
población.
Y una situación idéntica ha ocurrido en Cataluña con el
partido del Sr. Artur Mas y su discípulo, Puigdemont, que controlan los
aparatos de la Generalitat de Catalunya, incluyendo sus medios de
comunicación. Ambos partidos han utilizado las banderas para promover
los intereses de las minorías privilegiadas que tienen un enorme poder
en la vida económica, política y mediática del país. Sus equipos
económicos son de clara sensibilidad neoliberal que es la ideología del
mundo empresarial frente al mundo del trabajo.
No por casualidad, estos
días de gran tensión nacional, TV3 promovía de forma expresa tal
neoliberalismo, a través de un programa de promoción del neoliberalismo
dirigido por el economista más neoliberal e independentista del
establishment catalán. Una vez más, las derechas que se presentan como
las defensoras de la patria, han utilizado sus banderas para distraer a
la ciudadanía y que esta se centre en los temas nacionales a costa de
los sociales. Así de claro.
(*) Catedrático de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Pompeu Fabra
NOTA:
La periodista Ana Cabanillas, de El Independiente, ha colgado un tweet en el que me ataca por críticar “injustamente” a la periodista de El País,
Gabriela Cañas al indicar que, en su intento de presentar a Pablo
Iglesias como próximo al secesionismo, le atribuía una frase con la que
terminaba su discurso en Santa Coloma de Gramanet que era “Visca
Catalunya Lliure” que todo el mundo sabe que es el eslogan del
movimiento independentista catalán. Pues bien, Ana Cabanillas para
mostrar lo falso de mi acusación invita al lector a escuchar el vídeo
que incluye solo la parte final y conclusión del discurso de Iglesias,
suponiendo erróneamente que dice lo que Cañas había escrito.
Véanlo y verán sin embargo que Pablo Iglesias dice algo distinto. Si
ven la totalidad del discurso que Cabanillas no presenta y el contexto
en el cual se da, verán que él no termina diciendo “Visca Catalunya
Lliure”, que se asocia con el movimiento independista, sino otra cosa
similar pero distinta: “Visca Catalunya Lliure i soberana”, llamando
además a la fraternidad entre los pueblos de España. Y lo hace después
de hacer una llamada a sentirse profundamente español en una Catalunya
libre y soberana dentro de una España plurinacional. No puede deducirse
de ello que Pablo Iglesias estaba promoviendo el punto de vista
independentista como la autora del artículo insinuaba.
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