Hay noticias que son importantes por lo que dicen y hay otras que son
igualmente importantes por lo que ocultan. El caso del Senado y su
oposición a crear una comisión de investigación para abordar la violencia policial en el referéndum del pasado 1 de octubre
tiene mucho que ver con lo segundo.
Partido Popular, PSOE y Ciudadanos
unieron sus parlamentarios para bloquear la comisión que quieren
constituir el resto de fuerzas políticas, desde el PNV y Podemos hasta
Esquerra Republicana y el PDeCAT. Es difícilmente inimaginable en
cualquier otro país que tras una actuación policial que da la vuelta al
mundo y acaba con un millar de lesionados de diferente consideración sea
imposible aclarar en una Cámara legislativa lo que sucedió.
No solo eso, sino que los contrarios a la proposición de la comisión
de investigación argumentan que la intervención fue la adecuada.
¿Adecuada para qué? Según el diccionario, "adecuada" quiere decir
conveniente en determinadas circunstancias. Y sería bueno saber en
qué circunstancia un millar de personas atendidas por los servicios de
emergencias es la adecuada.
Porque la realidad es que no tenemos
parámetros de otros lugares del mundo en los que esto se haya producido
en una cola de un colegio electoral para ir a votar. El segundo
argumento utilizado por PP, PSOE y Ciudadanos
tiene que ver con la necesidad de la contundencia policial en la
defensa del Estado de derecho.
Países de nuestro entorno se
escandalizaron con esta supuesta defensa del Estado de derecho y la
calidad democrática, absolutamente fuera de lugar. Porque lo que hubo
fue una violencia desproporcionada, a todas luces injustificada, y
llevada a cabo desde un mando operativo que ya debería haber sido
cesado. El ejemplo más claro de los errores policiales de aquella
jornada es que la intervención de la mañana no se repitió por la tarde
después de un cambio de órdenes a los agentes.
La vía del Senado no zanja la última posibilidad para esclarecer la
verdad. Un juzgado de Barcelona tiene abiertas diligencias al respecto y
habrá que ver hasta dónde llega la investigación en los próximos meses.
Y estoy seguro de que cuando se reabra el Parlament de Catalunya
clausurado por el gobierno español y la Cámara legislativa catalana
vuelva a ser el lugar de encuentro y de debate de la política catalana
que ahora no puede ser, una de las primeras decisiones será crear una
comisión de investigación.
Los heridos de aquella jornada se lo merecen y
los dos millones de votantes que sortearon todo tipo de amenazas y de
violencia en aquel día histórico también. Porque de aquellas dramáticas
horas, todos merecemos saber la verdad.
(*) Periodista y ex director de La Vanguardia
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