MURCIA.- El presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (Scrats), Lucas Jiménez, asegura que el panorama para el Levante a largo y corto plazo es «aterrador» ante el cuarto año de sequía y la falta de precipitaciones. Por lo que sostiene que si no llueve este otoño-invierno, «podrá haber restricciones» para consumo humano «a partir de febrero».
En diciembre hará un año al
frente del sindicato y como balance asegura estar «con ganas y fuerza»,
pero reconoce que «ha sido un año duro y complicado; llega un punto en
el que, aunque uno sea un entusiasta y le guste tener un pie flotando,
resulta muy difícil con estas circunstancias».
«Estoy preocupado como
nunca he estado en 26 años», admite.
Las malas noticias
comenzaron en Semana Santa con el recargo por un «supuesto» pago
atrasado de las tarifas de 385.000 euros, correspondiente al año
anterior, «y a partir de ahí, descendieron las lluvias y los volúmenes
embalsados en los pantanos de Entrepeñas y Buendía, lo que trajo en mayo
los trasvases cero para regadío y desde junio para abastecimiento».
A
lo que se sumó el cambio del modelo tarifario aprobado por el Consejo
de Ministros en junio, «que implica una nueva tarifa binómica, que marca
que habrá un fijo a pagar aunque, como es el caso, no se derive agua
hacia el Levante». Además de una «tramitación tortuosa de las cesiones
de derechos».
Con todo ello, subraya Lucas Jiménez, «ha sido mejor, de
momento, que el curso hidrológico que empezamos», pero «la cosa se está
poniendo muy mal».
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