Las ideas de
los dos comparecientes este martes en la comisión del Congreso de
los Diputados que investiga la crisis del sistema financiero en
España han sonado como un estallido. Lo tienen muy claro: los
responsables de la crisis de las cajas han sido los legisladores,
los gobiernos central y autonómico y por supuesto el Banco de
España. Se trata de Juan Ramón Quintás, expresidente de la
Confederación Española de Cajas de Ahorro, y el presidente de la
Asociación de Inspectores del Banco de España, Pedro Luis Sánchez Ruiz.
Sus
palabras han sido las más esclarecedoras de cuantos han acudido hasta
ahora a la Carrera de San Jerónimo para explicar su interpretación de la
crisis.
Sobre todo, han sido las que han dejado la mayor preocupación de cara al
futuro del sistema financiero español. Contrariamente a lo que se
difunde desde las fuentes oficiales, ambos comparecientes consideran que
el sistema financiero español no es hoy más sólido que antes de la
reestructuración.
El más ácido en sus denuncias ha sido el expresidente de la CECA. Ha
acusado a los gestores del Banco de España de ser cooperadores
necesarios en la gestación y evolución de la crisis por sus errores de
estrategia y su pusilanimidad a la hora de aplicar las medidas
necesarias.
Por supuesto estima el coste de la crisis en mucho más de los 60.000
millones de euros de los que hablado el supervisor. En cuanto a lo que
estima los decretos Guindos no son la historia de un éxito.
Su denuncia de la falta de independencia de la comisión ejecutiva del
Banco de España sigue resonando todavía por las paredes del Congreso,
del ministerio de Economía y por supuesto del Banco de España. Su
argumentación es muy sencilla. La Comisión que preside el Gobernador la
componen el subgobernador, que es elegido a propuesta del Gobernador.
Los otros dos consejeros son elegidos a propuesta, también, del
Gobernador.
También forman parte de la misma, con voz, pero sin voto, los
directores generales elegidos por el Gobernador. Como comentaba un
miembro de la Comisión todo tiene aires algo ‘chavistas’. No es habitual
que uno se rebele contra quien le hace ascender en el escalafón o le
pone en la sala del consejo del Banco de España.
Así que para Quintás la gobernanza del Banco de España también parece
manifiestamente mejorable. No le han dolido prendas en pedir que las
decisiones de la Comisión Ejecutiva del supervisor, pasado un
determinado tiempo, como ocurre con los bancos centrales de nuestro
entorno, se hagan públicas.
Con estos antecedentes parece lógico que, para Quintas, el sistema
financiero que ha resultado de la crisis sea peor que el que había
antes. Lo achaca sobre todo a la concentración bancaria, la
homogeneización institucional y la desaparición de las cajas. En
consecuencia, de todo ello se ha producido una concentración del sector
que ha aumentado el oligopolio del sector con un tercio de los
competidores que había antes de la crisis y menor oferta para los
consumidores. Aunque según Quintás, a día de hoy, los efectos sobre la
competencia que ha tenido toda la reestructuración están por analizar,
así como sus consecuencias futuras.
De hecho, ha desaparecido el 50 % del antiguo sistema bancario, lo
que supone la desaparición de un vector social de gran importancia dado
el papel que las cajas han tenido para evitar la exclusión financiera en
España. Sobre el alcance de las consecuencias de la desaparición de dos
tercios de los recursos destinados a la obra social habrá que volver en
otro momento.
Los inspectores alertan de una futura debacle
Tampoco para los inspectores el sistema actual de supervisión es
mejor que el pasado. Al contrario. Según Pedro Luis Sánchez Ruiz, la
regulación financiera y contable antes de la crisis, aun siendo
mejorable, era mejor que la actual. Ha añadido en su extensa
intervención en el Congreso que la tendencia actual en regulación y
supervisión nos puede conducir a un desastre mayor al sufrido.
A la vista de lo ocurrido con el Banco Popular y con sus accionistas y
tenedores de bonos, no hace falta esforzarse mucho para comprender la
denuncia de los inspectores del Banco de España. En los próximos días
trataremos de explicar con más detalle y con ejemplos concretos, los que
la AIBE denuncia.
Por supuesto que estas intervenciones ni han pasado inadvertidas y ni
lo van a pasar en el futuro. Los primeros en reaccionar han sido los
dirigentes de la SAREB, el banco malo. Ante la denuncia del presidente
de la Asociación de Inspectores del Banco de España de que quizás no
exista la suficiente transparencia en los procedimientos de enajenación
de activos, la Sareb ha respondido que los responsables de la
supervisión de la entidad en ningún momento han denunciado que se puedan
estar enajenando activos a un precio por debajo de su valor de mercado.
Como no podía ser de otra forma, defienden que su actividad se
desarrolla en condiciones de mercado y que siempre tratan de maximizar
el valor de los activos. Los responsables de la Sareb no han entendido
mucho de a denuncia que ha hecho Pedro Luis Sánchez en el Congreso.
Además, desde la Sareb dan por hecho que están sometidos a un
estricto régimen de supervisión por parte de la inspección del Banco de
España y de la Comisión de Seguimiento en la que están presentes el
Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, el Banco de España,
el Ministerio de Hacienda, la Comisión Nacional del Mercado de Valores y
el Banco Central Europeo en calidad de observador.
Justamente todos cuya función, en el caso de la crisis, ha sido
puesta en cuestión por el expresidente de la CECA y por supuesto por el
presidente de la asociación de inspectores del Banco de España.
Volveremos con detalle sobre las principales denuncias de Quintás y
Sánchez Ruiz, y con el texto íntegro de sus intervenciones. Pese a que
entre los diputados miembros de la Comisión echaban en falta que ambos
hubieran asumido también parte de culpa de la crisis, esto no quita para
que ambos hayan puesto el dedo en las muchas llagas que se abrieron
durante este período que ha dejado en evidencia al Gobierno Central, a
las Comunidades Autónomas y al Banco de España.
(*) Periodista
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