(...) Pero ¿qué hay detrás de estos grupos terroristas yihadistas? Para ello
acudiré a distintas fuentes de quienes considero que pueden aportar
algo. Primero déjenme comentar el breve análisis del excepcional
matemático estadounidense de origen libanés, Nassim Nicholas Taleb, que,
tras uno de los múltiples atentados en París, colgó en noviembre de
2015 en su Facebook una reflexión de ésas que no se ven por nuestros
medios de comunicación patrios: “The Saudi Wahhabis are the real foe”, algo así como “Los Wahhabis Sauditas son nuestros verdaderos enemigos”.
En dicho análisis Taleb considera que, “desde 2001 nuestra política para
combatir a los terroristas islámicos ha sido como tratar los síntomas
sin saber absolutamente nada de la enfermedad”. ¿Cuál es esa enfermedad?
Taleb, desde su análisis, lo explica más adelante: “En lugar de invadir
Irak habría sido más fácil centrarse en la fuente de todos los
problemas: la educación wahhabi/salafista y la promoción de la
intolerancia por la cual un chiita, un yazidi o un cristiano son
personas desviadas….”.
“Y si hay que llevar a alguien a Guantánamo son a
los predicadores salafistas y clérigos wahabíes, no solo a la gente
influenciada por sus enseñanzas.” Taleb comenta como se financian las
madrassas salafistas, a partir del dinero procedente del petróleo, ese
mismo que nosotros compramos de países como Arabia Saudí o Catar. De
nuevo, otra vez más, una de nuestras infinitas contradicciones.
Pero este análisis de Taleb se queda cojo y es
demasiado simplista. Hay que dar un paso más y contemplar el tablero
geopolítico y geoeconómico. En este sentido, sin duda el análisis más
completo que he visto para entender los atentados de Barcelona y
Cambrils lo encontré hace tiempo en una extensa y delicada pieza de J.
Jacks en Radio Gramsci titulada “Religión, poder, y petróleo en el avispero de Oriente Medio”.
En ella, J. Jacks empieza con una introducción a lo James Bond: “En
Oriente Medio casi nada es lo que parece y los enemigos pasan por
aliados según convenga”.
Y
a continuación señala que para comprender los asesinatos yihadistas hay
que “entender primero quien es quien en el salvaje juego de poder e
intereses y alejarse de la simple explicación de sunitas contra chiitas o
musulmanes contra cristianos y judíos. Hay que mirar el big picture para
entender las luchas que ocurren en la zona y que implican al resto del
planeta”. Jacks introduce a los principales actores de la zona (Irán,
Iraq, Arabia Saudita, Siria, Egipto, Líbano, Jordania, Israel, Estados
Unidos, Francia) y a partir de aquí analiza las relaciones entre ellos
(Irán-Arabia Saudita, Irán-Iraq, Siria-Irán, Siria Arabia Saudita,
Arabia Saudita-Israel, Estados Unidos-Israel, Estados Unidos-Irán,
Kurdistan…).
Obviamente un resumen de este análisis excede la extensión de este blog.
Pero sí que es interesante ver como acaba el análisis de Jacks:
“Oriente Medio es un mundo complejo de piezas enfrentadas entre sí, de
amores-odios, de alianzas anti-natura, de cosas que parece pero que no
son… todo envuelto en un trasfondo religioso, político y energético.
Pero los atentados solo son la parte que los que juegan las cartas
desean que el público vea. Creer que los atentados son actos de
fanáticos, un sin sentido, un ataque a la democracia es no ver todo lo
que está en juego, mucho”.
(*) Economista
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