MADRID.- Murcia se encuentra en el grupo de cabeza de las regiones
españolas con mayor porcentaje de población joven, con un 16,9 por
ciento del total de sus habitantes con entre 15 y 29 años, el mismo
porcentaje que Andalucía y Canarias, según datos del Observatorio de la
Juventud de España.
En Murcia, cuatro de cada diez de esos 247.975 jóvenes de un
total de 1.464.847 habitantes viven en municipios de entre 10.000 y
50.000: tres de cada decena, en la capital regional; uno de cada diez en
ciudades de entre 50.000 y 100.000, otro en Lorca o Cartagena y otro en
pueblos de menos de 10.000.
Murcia es la región en la que menos jóvenes residen en
pueblos de menos de 2.000 habitantes (Ulea, Ojós, Ricote, Albudeite y
Aledo), con el 0,3 por ciento del total.
Junto a Madrid, Canarias y Baleares integra el grupo de las
que no superan el uno por ciento de población joven en municipios de ese
tamaño, lo que denota la fuerte atracción que sus núcleos urbanos
generan en la juventud debido al empuje económico.
Las ciudades autónomas de Ceuta y de Melilla tienen en
términos relativos más jóvenes que cualquier comunidad autónoma, con el
20,6 por ciento en Melilla y el 19,5 por ciento Ceuta.
Más del 32 por ciento de quienes tienen entre 15 y 29 años
reside en las capitales de provincia y apenas un 5 por ciento en esa
(cada vez más grande) parte del país que lentamente se va despoblando.
La España rural se queda sin gente desde hace años: se queda
sin mayores porque fallecen y se quedan sin jóvenes porque emigran a la
ciudad. Criar hijos en los pueblos es heroico.
El Observatorio de la Juventud en España, una entidad de
estudio dependiente del Instituto de la Juventud (Injuve), ha publicado
recientemente el informe "La juventud en cifras" con datos actualizados
el pasado mes, procedentes del Instituto Nacional de Estadística.
Según esta fuente, que fecha sus números a 1 de enero de
2016, en España hay 7,11 millones de chicos y chicas con más de 15 y
menos de 29 años, es decir, el 15,3 por ciento de la población, de 46
millones de habitantes.
Ese 15,3 es el segundo más bajo de la UE. Sólo Italia tiene menos jóvenes, porcentualmente hablando.
Por si fuera poco, un vistazo a la evolución temporal de la
población joven española (una tabla que también enseña el informe del
Observatorio) arroja conclusiones más que ilustrativas de la realidad
demográfica actual.
España tiene hoy la población joven que tenía en 1960, pero
menor peso en la demografía. Si hace medio siglo era del 23,4 por
ciento, ya que había menos habitantes, en 2016 se registró ese 15,3
mencionado. No hay experto en pensiones en este país que no tuerza el
gesto al ver ese dato.
En la juventud, además, se palpan las tendencias demográficas españolas.
Así, las comunidades autónomas con una menguante tasa de
natalidad, con la de envejecimiento al alza y con la de la migración
rural-urbana en expansión son también las que cuentan menos jóvenes
entre sus habitantes.
Por ejemplo, la representación demográfica de los jóvenes en
Asturias es del 12 por ciento, apunta el informe, lo que convierte al
Principado en la comunidad con menor incidencia de la juventud en su
población. Le siguen Galicia y País Vasco, ambas con el 13 por ciento,
Cantabria con el 13,2, y Castilla y León con el 13,4.
Las asturiana, gallega, cántabra y castellanoleonesa son
precisamente las comunidades que con más empeño quieren una Estrategia
Nacional para el reto demográfico, y así lo pidieron en la última
Conferencia de Presidentes. El Gobierno ha tomado nota y ya trabaja en
el documento y en las que serán sus actuaciones.
El estudio del Observatorio de la Juventud recoge
información sobre cómo se distribuyen los lugares de residencia de los
jóvenes.
La mayoría, un 32,12 por ciento, vive en las capitales de
provincia, lo que refleja una tendencia común en la población española,
que prefiere las grandes ciudades antes que los núcleos pequeños por una
sencilla razón: el empleo.
Asimismo, en las ciudades de entre 10.000 y 50.000 habitantes se localiza el domicilio de un 27,61 por ciento de los jóvenes.
Como contraste, el 5 por ciento que mantiene su residencia
en los municipios de menos de 2.000 habitantes y el 14,7 en los de más
de 2.000 pero menos de 10.000.
Ese trasvase del campo a la ciudad resulta notorio en
Aragón: casi el 58 por ciento de los jóvenes aragoneses reside en alguna
de sus tres capitales de provincia, cinco puntos más que en la
comunidad uniprovincial por excelencia, Madrid.
La cantidad de localidades de tamaño medio en Cataluña es
probablemente la razón de que apenas un 27 por ciento de los jóvenes
tenga su domicilio en las capitales catalanas.
Por otra parte, la dispersión poblacional explica que en
Castilla y León los jóvenes residan en las capitales (más del 44,5 por
ciento) y en los minúsculos municipios (casi un 22). Aquí las
localidades medianas aparecen como las más envejecidas
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