A los golpistas del PSOE y amigos no se
les caen de la boca grandes palabros sobre la fraternidad de todos los
socialistas y cuánto se quieren unos a otras. Pero hacen lo contrario de
lo que predican. Los dos adversarios de Sánchez, López y Díaz, solo
hablan (mal) del exsecretario general, pero nada se dicen entre ellos. Y
lo que es peor, tampoco cuestionan al PP. Todo se les hace parar la
candidatura de Sánchez como sea, cosa harto difícil porque tiene amplio
apoyo entre las bases y, lo que es más decisivo, empieza a generar
aureola de triunfadora. En cuanto se perfila un caballo ganador,
concentra las apuestas como el líder los apoyos.
Da
la impresón de que solamente Díaz tiene alguna posibilidad frente a
Sánchez y eso moviendo el aparato por todas partes, manipulando por
doquier y confirmando la imagen de intrigante sin escrúpulos que ya se
ha ganado. Continúa organizando actos de su campaña con ocasión de
asuntos oficiales y, por tanto, empleando recursos públicos en su
provecho personal. Tengo para mí que eso va en detrimento de sus
posibilidades pero ella no parece verlo así.
La batalla está muy encendida y el juego es ya muy sucio. Véase, por
ejemplo, el caso que denuncia el tuitero de la derecha: los delegados
del PSOE en un Congreso en Colombia van predicando que a los mítines de
Sánchez solo acuden los de Podemos. Ignoro el grado de información de la
gente que acudió a Colombia pero aquí, en la Península, cualquiera
podría decir al autor del infundio que es una estupidez porque los
últimos interesados en que gane Sánchez la SG, precisamente, son los de
Podemos que, como buenos izquierdistas, no quieren rivales.
Lecciones de corrupción
Los analistas políticos tienen un motivo
más de agravio con el PP y su jefe, Rajoy, pues los están dejando sin
trabajo, que pasa a los cronistas de tribunales. La política en España
hace años que se ventila en procesos judiciales de todo tipo. Ahora se
añaden los juicios políticos contra el independentismo catalán para
echar más picante al guiso. El Parlamento no cuenta y el gobierno
tampoco y, cuando cuenta, es por otro punto de escándalo, como el
reciente decreto aprobado por el Consejo de Ministros presidido por
Rajoy y en el que eliminaban unos cuantos registros de la propiedad de
España, entre ellos el de Santa Pola II, el directo competidor de Rajoy.
¿Política? Todo lo que tenga de política el juzgado de guardia.
El último giro judicial de la Púnica que enlaza con la Gürtel
muestra que el gobierno de la Comunidad de Madrid era un lodazal de
corrupción desde el primer momento. Y ahí está Esperanza Aguirre
diciendo ser la primera víctima de la corrupción.
La que aseguraba haber destapado la Gürtel. La que dice cualquier cosa
con su habitual altanería e impaciencia, como si presidir durante años
un gobierno corrupto hubiera sido un castigo y no una decisión suya que
renovaba con campañas electorales financiadas ilegalmente. Es pasmoso
que alguien con ese historial (o es tonta o es corrupta o ambas cosas a
la vez) ose salir a los medios regañando a todo el mundo, perdonando la
vida a los demás y muy ofendida de que se ponga en cuestión su
integridad. De su eficacia ya no habla.
Es
un comportamiento colectivo de la asociación de presuntos malhechores a
la que llaman partido político: dar lecciones de lo contrario de lo que
ellos practican. Cospedal pone en guardia ante las intenciones
totalitarias de Podemos en relación a los medios. Eso lo dice desde la
altura moral que proporciona haber tenido a Nacho Villa de jefe de televisión de Castilla La Mancha durante cuatro años.
Rajoy
quiere boicotear a toda costa la comisión de investigación sobre la
caja B del PP (esa que no constaba, ni consta ni constará a Aguirre) y
amenaza con otra para investigar la financiación de todos los partidos
en el Senado, en donde tiene la mayoría absoluta que le falta en el
Congreso. Al margen de otras cuestiones, ¿no es obvio que tratar de
impedir una comisión de investigación sobre la caja B del PP equivale a
reconocer su existencia? La caja B con la que se han financiado
elecciones fraudulentas, pagado sobresueldos a los dirigentes de la
asociación, con Rajoy a la cabeza, y perpetrado quién sabe cuantas
fechorías más. No importa: ellos saben como nadie que es mejor no
remover el pasado. Y así lo dicen.
Lo
que parece haber sucedido es que esta asociación, fundada por un
exministro de Franco y llena de franquistas reciclados o sin reciclar,
viéndose con mayoría absoluta ya en época de Aznar II y, por supuesto,
en la de Rajoy I, se lanzó de lleno a su destino en lo universqal:
robar. Pero olvidó algo: en tiempos de Franco se robaba impunemente
porque no había prensa. Aquí el caso es distinto y, aunque a trompicones
y con unos medios comprados y/o amordazados, los delitos del poder
salen a la luz y, aunque a trompicones y con muchos palos en las ruedas,
la justicia avanza. Así que no es descartable que en un futuro cercano
Rajoy sea llamado a declarar en el proceso de los papeles de Bárcenas,
en los que figura como receptor de cuantiosos sobresueldos durante
largos años.
En
todo caso, este es el gobierno que debe gestionar la mayor crisis
constitucional de España desde la Transición. Quizá desde antes.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED
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