No es el caso del, por ahora, Alcalde de Totana, que persiste en el
obstinado planteamiento de sacar adelante un Plan General producto de la
especulación y la corrupción urbanística, aderezado con algunos
Convenios Urbanísticos, paseos por calabozos y prisión de personal
funcionario y anteriores alcaldes. Un Plan que suscitó (y sigue
suscitando) una gran malestar social en forma de movilizaciones y miles
de alegaciones, desde 2005 hasta la fecha.
El pasado 28 de julio
de 2016, asistimos al lamentable espectáculo de “Junts pel Sí” (PP,
Ciudadanos y Ganar Totana-IU) a éste Plan General. Recientemente, tras
el varapalo de la Consejería de Fomento (como era razonablemente
previsible) hemos pasado a “Junts pel Ridiculet”.
Se niega
cínicamente por el Alcalde y quienes lo secundan acríticamente, lo
nefasto de la rebaja de las alturas de los edificios “dentro de
Ordenación”, que puede suponer un impacto social impresionante en caso
de cobro de seguros por afección en seismos, o simplemente a la hora de
transacciones de compra-venta, al no poder justificar su legalidad.
Incluso el simple hecho de reformas para mantenimiento o mejora de
nuestras viviendas. Todo ello se hace por mantener el volumen total de
edificabilidad sin “tocar” la edificabilidad de los 29 Convenios
Urbanísticos vigentes.
Es suficientemente conocido el daño que
supone para muchas viviendas la ilegalización de derechos adquiridos, si
se aprueba esta “rebaja de alturas” que convertiría en ilegales “fuera
de norma urbanística”, de la segunda planta hacia arriba en muchos
barrios de Totana ( Tirol Camilleri, Frailes, Casas Baratas, San José,
Era Alta,…).
Todo esto nos llama poderosamente la atención y nos
parece inaudito, increíble y , por supuesto, nos da mucho que pensar.
Especialmente en el caso de la Alcaldía y de Ganar Totana-IU que buscan
extraños aliados para una Triple Alianza Contra Natura, introduciendo
importantes tensiones y factores de riesgo en el Equipo de Gobierno con
el PSOE.
Menos entendible es todavía en un municipio que ha
pasado de impulsar Presupuestos Participativos y estar en el
Observatorio Internacional de la Democracia Participativa a gobernarse
desde la Alcaldía con práctica cuestionables y dudosas. ¿Todo para el
Pueblo, pero sin el Pueblo? ¿Cómo sabemos lo que conviene al Pueblo, sin
preguntarle, sin debate social abierto, transparente, con información
entendible y con plazos de tiempo razonables para garantizar que sabemos
qué es lo que necesitamos? ¿No sería prudente y de sentido común buscar
el máximo consenso de todas las fuerzas políticas, empresariales,
sindicales, agrarias, del pequeño comercio, asociaciones, ONGs,…y de la
ciudadanía afectada, en general? ¿No serían buenos cimientos para un
Plan Consensuado y, por tanto, con vocación de perdurar en el tiempo?
¿Qué tal someter el Plan Consensuado a una Consulta Ciudadana final?
¿A qué se deben las prisas? ¿No parece esto raro, raro, raro?
Lo
dijimos y lo repetimos: éste Plan acabará cayendo gracias a las
acciones ciudadanas desde la coordinación colaborativa en los terrenos
judicial, social y político. Y en su caída arrastrará a quienes por
motivos e intereses inconcebibles e inconfesados le han dado su apoyo.
La Historia NO los absolverá.
La inteligencia colectiva, la
sabiduría de la gente, puede aportar soluciones creativas y de sentido
común para dotar a Totana de equipamientos y zonas verdes en el casco
urbano, como ahora se reclama desde la Comunidad Autónoma. Sí Se Puede,
con la gente, desde la gente.
(*) Consejera Ciudadana de Podemos Región de Murcia
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