Llevo
años investigando distintas teorías de la conspiración como periodista
de misterios, porque es el trabajo más apasionante que conozco y, sin
negar la existencia de fantasías y exageraciones típicas de las
películas de Hollywood, hay un fondo de verdad en todo ello.
Una de las constantes que se repiten es que el gran poder económico siempre juega a dos bandas políticas (rojos, azules y hasta verdes) para controlar todo el juego. Ya
vimos en la película ‘Matrix’ que el creador de “la matriz” era quien
movía los hilos de los dos bandos enfrentados, los buenos y los malos.
El único terreno que no controlan totalmente es la mente humana, pero
están detrás de ello con la implantación obligatoria del microchip en la
mano derecha, que ya ha comenzado en Australia.
TRES EJEMPLOS
Hay tres ejemplos muy claros de esta regla que me ha revelado David Parcerisa:
- Primero fue Greenpeace, que nació como una ONG independiente para luchar por la ecología, pero en el momento en que fue financiada (y comprada) por la Fundación Rockefeller, se acabó Greenpeace.
- Luego ocurrió lo mismo con el movimiento “Occupy Wall Street”, que desapareció en el momento en el que fue financiado por el polémico millonario George Soros.
- El tercer ejemplo sucedió en España con el 15-M. El poder económico empezó a preocuparse en el momento en el que la gente ocupó la calle para decidir sobre su propio futuro. ¿Cómo lo pararon? Creando el partido ‘Podemos’ y dándole cancha en televisiones capitalistas como la Cuatro y la Sexta.
Al mismo tiempo han
introducido un caballo de Troya en el programa de ‘Podemos’ consistente
en la partición o desmembración de España, para que se la coman los
buitres, que es el programa de los globalistas. Ya lo dijo Henry Kissinger en su día: “queremos una España fuerte, pero no poderosa”.
En
Grecia hicieron lo mismo, introduciendo otro caballo de Troya llamado
Shiriza (y cargándose a Varufakis) que ha hecho unos recortes mucho más
duros y brutales que la propia derecha.
JESUITAS Y MASONES
Otra constante que he descubierto es que detrás de casi todas las conspiraciones están los jesuitas, que también son un gran poder económico. Controlan al Vaticano, a la Masonería y hasta a las sectas “new age”.
Huelga decir que los masones son los reyes de la conspiración, pero
poca gente sabe que hay tres ramas: la masonería ‘regular’ oficial,
representada por la Gran Logia de Inglaterra, que respalda a la
monarquía británica; la masonería ‘irregular’ francesa, que es la que
mandaba en España, y que tiene una larga tradición histórica de
conspiraciones políticas; y la masonería ‘iluminista’, que son los
propios ‘illuminati’, que practican sacrificios de sangre a “los
antiguos” (demonios o ángeles caídos) para obtener poder y riqueza.
El
objetivo de los illuminati americanos es reducir la población mundial
un 90% mediante guerras, plagas y hambrunas. La buena noticia es que Donald Trump está en contra de ellos.
El objetivo de los illuminati europeos es cargarse el estado del
bienestar, mediante los recortes, con el fin de esclavizarnos a todos.
La ‘buena’ noticia es que no quieren matarnos, sólo esclavizarnos.
Por
un lado está el clan Bush-Clinton de los globalistas-sionistas,
enfrentado ahora a los Jesuitas, que tienen objetivos más humanitarios
(y que apoyan a nuestro Rey) y en tercer lugar está la Sociedad del
Dragón Blanco, apoyada por Vladimir Putin, con fuertes raíces en Asia,
totalmente opuesta a los globalistas.
El tema es mucho más complejo, pero estas tres facciones resumen la lucha por el poder mundial. Esperemos que ganen los menos malos, porque bueno, no hay nadie más que nuestro Creador.
(*) Periodista
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