Donald Trump
ha conseguido convertir en votos el descontento amorfo de muchísimos ciudadanos nortamericanos con el gobierno de Washington y las
consecuencias de la globalización. Son en su mayoría votantes blancos e
incluso inmigrantes ya legalizados que rechazan la competencia de nuevos
trabajadores. La tasa de actividad, es decir, el segmento de población
en edad de trabajar y en busca de empleo, ha descendido y aumentado
mucho el trabajo a tiempo parcial.
La
globalización ha hecho estragos en zonas industriales. Las
ventas chinas a EEUU representan el 20% del total de sus compras en
el resto del mundo. El mensaje proteccionista también ha
funcionado pero sobre todo ha sido el rechazo a los musulmanes
(¿Terroristas potenciales?) y la construcción del muro mexicano.
Discurso
inicial ya como nuevo presidente ofreciéndose a serlo el de todos
los estadounidenses y en el terreno internacional a mantener
buenas relaciones con aquellos países que presenten buenos
propósitos. Así mismo un inmediato plan de obras públicas y
proyectos de infraestructura. ¿ Acaso una reedición del New Deal
del presidente F.D. Roosevelt?.
Pero entonces la depresión
era profunda y ahora la recuperación camina. La tasa de paro ha
descendido del 10 al 4,6%; el crecimiento del PIB en el 2014 y 2015
ha registrado una tasa del 2,5%. La inflación subyacente,
descontado los precios de los alimentos y la energía, ha subido en
septiembre hasta el 2,2%, una tasa que supera el objetivo de la
Reserva Federal.
El déficit presupuestario federal, sin
embargo, que al finalizar 2015 representaba el 2.5% del PIB, corre
el riesgo de acelerarse según las previsiones de la Oficina
Presupuestaria del Congreso. Un repunte del déficit presupuestario
como resultado del incremento del coste de los servicios
sanitarios públicos y privados superiores al del PIB nominal.
El gasto sanitario pasaría del 5,5% del PIB al 12% en 2050.
Las
relaciones de EEUU con España has sido buenas durante la
administración demócrata de Brack Obama. En lo político se
acordó que la base naval de Rota acogería buques y personal militar
estadounidense, mientras que la base que Morón se convertiría en
el mando de EEUU para África.
En el terreno de las relaciones
comerciales EEUU ocupa el sexto lugar como receptor de mercancías
españolas y el quinto como suministrador. Lo verdaderamente
novedoso es que los EEUU se han convertido en el primer destino de
inversiones directas españolas en el exterior con un a 16.1% del
total superando al Reino Unido, 15,2%, y Brasil 11,5%.
En 2015 se
contabilizan unas 700 filiales de empresas españolas en EEUU que
emplean a unas 75.000 personas. El stock de inversión directa
española en EEUU alcanza unos 66.000 millones de euros mientras que
la inversión directa de EEUU en España sólo representa un stock de
36.000 millones de euros.
La inversión española en EEUU
incluye desde el sector alimenticio, Ebro y Campofrío, a
infraestructuras. ACS tiene una interesante implantación
gracias a la compra de constructoras locales mientras CINTRA opera
cinco concesionarios de autopistas en Texas y Abertis otra
autopista en Puerto Rico.
En el terreno de la energía,
Acciona, Gamesa, Iberdrola y Abengoa tienen ya una interesante
implantación a la vez que contaban con los proyectos de la
candidata demócrata en el segmento de las renovables. En el
sector financiero el BBVA ha dado un paso firme en banca
minoritaria a la vez que Santander, Sabadell y Popular van
consolidando su presencia.
Quizá lo más llamativo de la
inversión española en los EEUU sea la presencia de Inditex con más
de 50 tiendas y la de Grifols que controla unos 140 centros de
donación de sangre y posee tres plantas de producción de plasma en
California, New York y Carolina del Norte.
En los años 60-70 del
pasado siglo los EEUU tenían una presencia en España comparable a
la de los países que hoy constituyen la UE. Actualmente solo
representa el 4.6% de nuestras exportaciones, frente al 65% de la
UE. En el epígrafe de las inversiones directas nadie en aquellos
años hubiese pronosticado una mutación de tan naturaleza como
la que significa que los activos españoles reales en EEUU superen a
los de los activos reales de los EEUU en España (Las inversiones
financieras en cartera quedan excluidas).
Los intercambios
comerciales y las inversiones directas con los EEUU han
adquirido un volumen lo suficientemente significativo como
para que se acentué el riesgo que supone el cambio desde una
administración demócrata a una republicana presidida por
Donald Trump. Habrá que manejar con sumo cuidado este nuevo e
incierto escenario.
(*) Economista del Estado
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