Lo que de verdad va a facilitar el voto a favor de Ciudadanos y la
abstención del PSOE durante la segunda y definitiva votación de
investidura de Mariano Rajoy de este sábado no es el interés general de
España, ni el desbloqueo institucional, ni la recuperación económica del
país, ni el desafío catalán.
El verdadero motivo por el que Albert Rivera y Antonio Hernando
anunciaron el jueves su decisión a favor de que Rajoy sea presidente no
es otro que el miedo atroz que C’s y PSOE tienen a unas terceras
elecciones en las que subirían como la espuma el PP y Podemos.
Todo lo demás son adornos floridos que quedan muy bien y hacen de
bonita pantalla para ocultar el miedo de Rivera y Hernando a nuevas
elecciones. El PSOE porque está roto, desprestigiado tras el comité
federal de 1 de octubre y además carece de un líder para encabezar el
cartel electoral lo que debería obligar a la Gestora de Javier Fernández
a convocar ‘primarias’ con el riesgo, para el club de los barones de
Susana Díaz, de que las gane Pedro Sánchez o Josep Borrell.
Y Ciudadanos porque ya perdió ocho escaños en las elecciones del 26-J
y teme que el voto útil pro PP en unos terceros comicios les haga
perder otros diez diputados en favor de Rajoy, reduciendo la fuerza
parlamentaria de su partido a la mitad de lo que habían conseguido en
las elecciones del 20-D.
Rivera lo sabe y lo teme y por eso se ha tenido que tragar las
palabras que pronunció en el Parlamento -tras el fracaso del que fue
primer intento de investidura de Rajoy- en las que pedía al PP, en
presencia de Rajoy, que presentara otro candidato mas ‘aceptable’ por el
PSOE.
Palabras que provocaron las iras del PP desde donde le soltaron la
correa a su dóberman del Congreso, Rafael Hernando, quien armó tal
escandalera contra Rivera que la vicepresidenta Santamaría hubo de
acudir al escaño del líder de C’s para tranquilizar a Albert y evitar
una ruptura total entre C’s y el PP.
Por eso Rivera estuvo tan prudente en el debate del jueves hablando
de España y como si no existiera Rajoy, al que ya le ha ‘perdonado la
vida’ dos veces: primero cuando solo le ofrecían la abstención y luego
con el voto favorable de C’s.
Naturalmente Rajoy sabe todo esto y no mueve un músculo convencido de
que tanto el PSOE como C’s lo tienen que apoyar. Como sabe Rajoy que
ambos partidos se esforzarán para pactar y aprobar los Presupuestos de
2017, si no quieren caer en la trampa mortal de un adelanto electoral.
(*) Periodista
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