CARTAGENA.- El Plan de Gestión del Mar Menor podría incumplir la normativa
europea si mantiene su actual redacción, concluyen SEO/BirdLife, ANSE y
WWF en sus alegaciones al documento.
Las organizaciones instan al
Ejecutivo regional a modificar sustancialmente las medidas propuestas. A
su juicio, la actual propuesta no permitirá poner freno al colapso que
sufre en la actualidad el Mar Menor y que pone en serio peligro la rica
biodiversidad de una de las mayores lagunas saladas del litoral de
Europa.
El Gobierno de la Región de Murcia, con más de cuatro años de
retraso, ha sometido a información pública por segunda vez el "Proyecto
de decreto de declaración de Zonas Especiales de Conservación (ZEC), y
aprobación del Plan de gestión integral de los espacios protegidos del
Mar Menor y la franja litoral mediterránea de la Región de Murcia".
Según las alegaciones presentadas por las tres organizaciones, el
Plan de gestión integral de los espacios protegidos del Mar Menor y su
franja litoral parte de un enfoque desfasado que no aborda la gravedad
del estado de conservación del Mar Menor ni "se enfrentan a dar solución
a sus problemas más acuciantes".
Al contrario, el texto "se limita a
argumentar que el programa de actuaciones pretende compatibilizar los
usos a los que está dedicado el territorio que rodea al Mar Menor, sin
tan siquiera plantearse limitar las actividades y usos que están dejando
sin futuro a la zona". El plan indica, por ejemplo, que el hábitat
principal de la laguna del Mar Menor presenta un "alto grado de
naturalidad y de conservación".
Esta afirmación contrasta con toda la
información científica disponible y con los propios datos de la
Confederación Hidrográfica del Segura y la misma Consejería de Agua,
Agricultura y Medio Ambiente de la Comunidad Autónoma.
A juicio de los técnicos de las tres organizaciones ambientales, el
plan no se aviene a lo exigido por la normativa europea para este tipo
de herramientas. Necesariamente, el documento debe sustentarse en una
exhaustiva y adecuada evaluación del estado de conservación de los
hábitats y las especies que albergan los espacios Red Natura 2000 del
Mar Menor y la franja litoral mediterránea de la Región de Murcia.
Además, debería determinar claramente los objetivos de conservación de
los elementos que pretende proteger y, sobre esa evaluación y objetivos,
establecer medidas concretas dirigidas a asegurar la conservación de
las exigencias de los hábitats y las especies. El documento no refleja
ninguno de estos condicionantes.
Este hecho podría incluso motivar la apertura de un nuevo expediente
de la Comisión Europea a España, ya que el plan no se adecúa a las
exigencias de la normativa comunitaria, algo que los técnicos de
SEO/BirdLife han constatado en otros planes que -con igual retraso- se
han presentado a lo largo de 2016.
España ya fue censurada el año pasado por el sistemático
incumplimiento de plazos a la hora de presentar planes de gestión de
espacios incluidos en Red Natura 2000, el instrumento de protección de
la biodiversidad europea. Según lo acordado, estos planes debían haberse
presentado en Bruselas en junio de 2012.
Las alegaciones presentadas por WWF, ANSE y SEO/BirdLife muestran su
preocupación por el olvido de acciones concretas de conservación para
las especies. Algunas, como el somormujo lavanco o el zampullín
cuellinegro encuentran en el Mar Menor uno de los lugares más
importantes de España para la invernada, y otras están en situación
grave de amenaza, como la cerceta pardilla, el avetoro, el fumarel común
o la pardela balear. Recuerdan las organizaciones ambientales que un
plan de gestión de un espacio protegido debe incluir medidas "para todas
las especies y todos los hábitats y no solo para unos elementos clave".
A pesar de contar con numerosas protecciones Espacio Protegido,
Humedal Ramsar de Importancia Internacional, Lugar de Importancia
Comunitaria (LIC), Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y
Zona Especialmente Protegida de Importancia para el Mediterráneo
(ZEPIM)- el Mar Menor languidece y, con él, su valiosa y singular
biodiversidad. En la actualidad, está sometido a un gran número de
amenazas que han roto su delicado equilibrio. La zona sufre la
saturación urbanística, que ha provocado la desaparición de la mayor
parte de sus arenales; los efectos de la contaminación agrícola que ha
colapsado la funcionalidad de la laguna; o cambios en su salinidad tras
apertura de canales al Mediterráneo que han propiciado la aparición de
especies invasoras.
Las organizaciones conservacionistas consideran que el Plan publicado
no puede ser considerado como un documento paralelo a la planificación hidrológica. Si se aprueba en su forma actual, será imposible integrar
las necesidades de los espacios Red Natura 2000 en el Plan Hidrológico
de la cuenca del Segura.
Por ello, las tres entidades demandan que el
plan se conciba como una herramienta clave dentro de una apuesta de
conservación mucho más amplia y definida, en la que tanto la
planificación hidrológica como la agrícola jueguen un papel fundamental.
En este sentido, los conservacionistas entienden que se dejan de lado
las necesidades de gestión hídrica más urgentes. Además, estiman que la
información sobre estado de conservación, objetivos de conservación y
medidas deben definirse con más detalle para que realmente puedan
ejecutarse de forma integrada al Plan Hidrológico del Segura y no se
hipoteque el futuro, ya de por sí incierto, de este importante humedal.
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