Este jueves se inició un largo puente que, desde la óptica puramente
política, termina el miércoles 17 con la reunión de la Ejecutiva
Nacional del Partido Popular que tiene que votar las condiciones que
Albert Rivera le ha puesto a Rajoy para contar con el voto de Ciudadanos
en una eventual investidura del actual Presidente del Gobierno en
funciones. Investidura que se celebraría a finales de este mes de agosto
o principios de septiembre, si Rajoy decide, por fin, poner en marcha
el reloj que marca el artículo 99 de la Constitución para unas nuevas
elecciones (ver republica.com “El desbloqueo y el misterio de la llave en el bolsillo de Rajoy”).
No se entiende por qué se ha tardado una semana en convocar al Comité
Nacional del Partido Popular, ni se entiende que ésta del 15 del
puente, sea una semana más perdida, después de 236 días sin gobierno, ni
termina de entenderse que la totalidad de los líderes políticos
nacionales tengan puestos más sus ojos en esta semana de vacaciones que
en el desbloqueo político del país.
Como cuenta el último numero de Le Monde
desde hace más de siete meses y desde las elecciones legislativas del
20 de diciembre de 2015, el gobierno en funciones de Mariano Rajoy se
limita a la gestión de asuntos corrientes. Y ningún otro ejecutivo
parece esbozarse por ahora a pesar del gesto de Rivera. Desde que Felipe
VI designó a Rajoy como candidato a la investidura el 28 de julio,
ninguna fecha ha podido fijarse por falta de acuerdo político. “España
es un poco como Bélgica. Funciona a pesar de todo porque numerosas
competencias, entre ellas la educación y la sanidad, son gestionadas
por las regiones”, según Fernando Vallespín, politólogo de la
Universidad Autónoma de Madrid.
Sin embargo, quedan importantes dossieres por resolver. El Parlamento
catalán, dominado por los independentistas, desafía a España
amenazando alcanzar la independencia de forma unilateral. Por otro lado,
“La reforma del sistema electoral, la lucha contra la corrupción,
etc., quedan todas en suspenso”. “Las obras publicas se paralizan, y el
país también necesita reformas económicas, los ministerios trabajan
ya sobre las grandes líneas, pero incluso si un milagro de último
minuto permitiera formar gobierno, la elaboración de los presupuestos
permanecerían todo se tendrá que negociar vista la situación de las
fuerzas políticas”. En caso de ausencia de nuevo presupuesto, se
prolongarían los presupuestos de 2016. España tendría entonces
dificultades para respetar las exigencias europeas de recortes
presupuestarios.
El Frankfurter Allgemeine Zeitung, como buen estandarte de
la estabilidad económica recuerda que España necesita un presupuesto
para 2017, y lo necesita con bastante rapidez y llama la atención sobre
la posibilidad de que si Rajoy fracasa, Sánchez intente formar un
Gobierno de izquierdas. En este aspecto la incertidumbre sobre el
próximo gobierno hace que también los inversores privados españoles y
extranjeros se mantengan cautos por si el dirigente socialista intente
formar una coalición de izquierda, cueste lo que cueste, con ayuda de
Podemos y los nacionalistas vascos y catalanes. “Bruselas, que pidió un
“recorte” de 10.000 millones de euros, podría olvidar en ese caso la
estabilidad presupuestaria en España y la urgente profundización de
las reformas, en particular del mercado laboral . Hay buenas
posibilidades de que España mantenga la vía del crecimiento si tiene
un gobierno prudente”.
Por su parte, La Stampa de Milán, cree que para Rajoy no será fácil decir ‘sí’ a las condiciones puestas por Rivera y Ciudadanos ya que “algunas propuestas parecen haber sido escritas adrede para atacarlo”, aunque “al premier español, -añade-, las cosas le podrían haber salido peor si hubiera permanecido el veto a su persona. Pero los números siguen siendo insuficientes, y entonces a Rajoy le faltarían solamente seis votos para alcanzar la mayoría absoluta (176 escaños) y volver a La Moncloa. El paso sucesivo es que, si los centristas votan sí, la presión sobre los socialistas aumentaría de nuevo. El líder Pedro Sánchez no se mueve ni un centímetro de su rechazo categórico, pero hay desorden en el partido, ya que la vieja guardia (inspirada por Felipe González) quiere abstenerse y, para el actual secretario general del PSOE , será cada vez más complicado seguir la misma línea”. Con un margen tan reducido, – dice el periódico- es suficiente que alguien pierda un avión, tenga unas décimas de fiebre o que permanezcan en el servicio pocos diputados y he aquí que los populares se verían en el gobierno. ”
Es precisamente en Felipe González dónde pone su foco el Süddeutsche Zeitung
en un editorial que titula “Admonición de un europeo” y, en el que
asegura que, cuando los españoles miran atrás en busca de tiempos
mejores, la mayoría de ellos piensan en el nombre de Felipe González,
presidente del gobierno de 1982 a 1996. En el recuerdo se pasa incluso
por alto el hecho de que al final de su largo periodo de gobierno
estuviera agotado, que el país se hundiera en una ciénaga de
corrupción y que el desempleo trepara al 25 por ciento”. Ese González
respetado, y entre tanto cano y poco presente en los medios, razona el
periódico alemán, ha advertido, ahora, a sus socialistas: dejad por fin
que gobierne el ganador de las elecciones, el primer ministro
conservador Mariano Rajoy.
“Europa se encuentra en una crisis profunda,
explicó, y los partidos españoles, que se bloquean mutuamente por
cálculos egoístas y llevan siete meses sin poder formar gobierno, no
pueden acentuar esa inestabilidad. González ha demostrado una vez más
que es un europeo lúcido de esos que hoy, lamentablemente, quedan
pocos. Sus socialistas deben tolerar la coalición de centroderecha que
comienza a perfilarse tibiamente”.
(*) Periodista y economista
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