MURCIA.- Desde Huerta Viva creen que el problema del abandono de tierras es
principalmente la falta de rentabilidad más que el relevo generacional. "
Es inviable llevar una producción agrícola cuando los gastos superan las
ganancias, y eso es algo de lo que se quejan los huertanos. Los precios
en el mercado nada tienen que ver con lo que se les paga a los
agricultores, y este problema aumenta si hablamos de los minifundios que
caracterizan a la Huerta de Murcia", dice.
"Para resolver esto es
fundamental apoyar el mercado de cercanía, evitando en todo lo posible
los intermediarios. Y esto es relativamente fácil ya que la huerta de
Murcia se encuentra junto a una gran ciudad con numerosa población. Se
trata más bien de hacer una buena gestión a través de una cooperativa,
que puede tener apoyo municipal, y que garantice una buena distribución
de los productos con un precio justo para los agricultores. A esto se
podría sumar que los productos de la Huerta suministren los comedores de
colegios y hospitales públicos, de manera que cultivar una pequeña
tierra sea rentable.
También resulta necesaria la revisión del
Plan General Urbano para que no continúe siendo una amenaza. Debería de
ser un Plan General realista, integrador y respetuoso con su entorno
rural, que tenga como prioridad la conservación de la Huerta como
espacio agrícola, ambiental y cultural imprescindible para la calidad de
vida de la ciudad, y como garantía de la soberanía alimentaria de la
población".
Para Huerta Viva tampoco es comprensible que muchas
tierras estén pagando un IBI urbano, ya que supone un lastre más para
que sean productivas. "Se trata de un impuesto injusto que tiene un claro
objetivo recaudador y que obedece a un Plan General sobredimensionado
que se fraguó a la sombra del boom urbanístico y la especulación. La
Administración debería de trabajar para premiar a las personas que
mantienen la actividad agrícola, ya que con su labor aportan unos claros
beneficios a toda la ciudadanía.
A todo esto habría que sumar la
recuperación ambiental y el mantenimiento de la histórica red de
regadío, así como garantizar el agua de riego prohibiendo que la Junta
de Hacendados venda parte de la concesión de agua de la Huerta a otras
comunidades de regantes como ha venido aprobando en los últimos
juntamentos".
"Por último, hay que abordar la formación agrícola
para todas las personas interesadas, principalmente en las técnicas de
agroecología, ya que la producción de alimentos de calidad y ecológicos
amparados bajo un sello identificativo supone una de las salidas a la
rentabilidad de la Huerta".
No hay comentarios:
Publicar un comentario