LORCA.- Vecinos de Lorca amenazan con atrincherarse en el interior del servicio
de urgencias médicas del centro de salud de San Diego para impedir su
traslado al nuevo servicio de urgencias de atención primaria (SUAP) de
Lorca-Sutullena, que comenzará a funcionar el lunes.
Lo anunció la presidenta de la asociación vecinal Rabaleros, Fermina
Giner, que este viernes se concentró a las puertas del servicio de
urgencias junto a otros residentes de los barrios de San Diego y San
Cristóbal, en un acto al que asistieron concejales de PSOE e IU, que
también se oponen al cierre.
Los vecinos llevaban pequeñas octavillas con reproducciones de
recortes de prensa del año 2014 en los que el alcalde, Francisco Jódar,
se comprometía a trabajar por el mantenimiento del servicio de urgencias
de San Diego.
Giner afirmó que las promesas "se las ha llevado el viento" e hizo
pública la oposición al desmantelamiento del servicio de urgencias
sanitarias de los vecinos de esa zona " y de muchas pedanías" que
recurren a San Diego.
También aclaró que no se oponen a la apertura del de Sutullena,
porque "Lorca por población se merece tener dos SUAP", explicó Giner,
que también señaló que el de San Diego tiene que ser "reformado" ya que
uno de los motivos que alega Sanidad para su cierre es la falta de
espacio y la insalubridad de las instalaciones.
Giner anunció que esta tarde se producirá otra concentración a las 20
horas y que el lunes por la mañana, cuando está previsto el traslado,
los vecinos impedirán el cierre del edificio, que no piensan abandonar
"si no es porque salgamos con la policía".
Además anunció que solicitarán permiso a la Delegación del Gobierno
para realizar una manifestación en protesta por la decisión de la
Consejería de Sanidad, que este jueves hizo oficial la directora general
de Asistencia Sanitaria del Servicio Murciano de Salud, Mercedes
Martínez-Novillo.
Los vecinos recordaron que en el año 2014 consiguieron reunir más de
6.000 firmas para impedir el cierre del servicio de Urgencias de San
Diego.
Manoli Navarro, otra de las vecinas, aseguró que se "encadenará" al
edificio si hace falta para impedir su cierre, mientras contaba a los
periodistas que su marido salvó la vida este fin de semana cuando por la
proximidad de las urgencias a su casa le pudieron inyectar rápidamente
adrenalina tras la picadura de un insecto al que era alérgico.
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