Este miércoles 20 de Enero se cumple un mes de las elecciones
generales que han trastocado el mapa político nacional, han terminado
prácticamente con el bipartidismo y, han dado a luz un cuadripartito que
será clave para la investidura de un nuevo Presidente del Gobierno. Es
verdad que mayoritariamente el país hace un mes votó “cambio” aunque,
también es verdad, que votó “pacto” y “acuerdo”, algo que se había
olvidado durante las legislaturas de mayoría absoluta, tanto del PP como
del PSOE, fenómeno que con toda seguridad, no volverá a repetirse.
Un mes después no se ha avanzado nada para la investidura de un nuevo
Presidente del Gobierno. Es más se han agudizado las tensiones entre
los partidos políticos, entre sus dirigentes, e incluso entre los
posibles aliados de gobiernos de coalición (algo cada vez más difícil) o
gobiernos de mayorías. Este mismo martes los dirigentes de los dos
principales partidos políticos, han seguido tirándose los argumentos a
la cabeza, mientras el Rey proseguía la ronda de consultas entre los
representantes de los grupos políticos, a la búsqueda de ese “candidato
perdido” que pueda conseguir la investidura que, en estos momentos, está
más cerca de la izquierda que de la derecha.
Más enfrentados en estos momentos que durante toda la legislatura, el
presidente en funciones Mariano Rajoy, ha vuelto a acusar a Pedro
Sánchez de “sectarismo” y de negarse a hablar con el Partido Popular”.
Desde el sectarismo y la negativa a hablar, a dialogar y llegar a
acuerdos no se construye nada”. “Yo no voy a actuar así y mi oferta de
mayoría de amplia base, con PP, PSOE y Ciudadanos, es la que está en
vigor en otros países europeos, en la Comisión Europea y en el
Parlamento comunitario”.
Por su parte, Pedro Sánchez, que ha ido
elevando el tono desde que en el cara a cara durante la campaña
electoral, acusara a Rajoy de no ser un político “decente”, ha asegurado
en un acto público en Madrid que Rajoy no está negociando con nadie
para ser investido Presidente. “No es que el PP sea discreto, es que no
hay negociaciones porque Rajoy, que está agotado, es incapaz de acordar
nada con alguien más que consigo mismo”.
Es la misma tesis que mantiene
el líder de Ciudadanos Albert Rivera que cree que en estos momentos
tiene más posibilidades de ser investido presidente Pedro Sánchez que
Rajoy que permanece totalmente pasivo, sin ningún tipo de actividad, al
contrario de los gestos que está haciendo Sánchez hacia los
nacionalistas y hacia Podemos, en una especie de hiperactividad que
contrasta con la inexplicable parálisis de quién será el primero en ser
designado por el Jefe del Estado, para ser investido Presidente.
Incluso dentro del partido no se entiende esa parálisis de Rajoy, que
ni siquiera ha aprovechado el efecto del nuevo informe del FMI (Fondo
Monetario Internacional) en el que corrige al alza el crecimiento de la
economía española. El Fondo que siempre tira hacia abajo las cifras del
Gobierno español en esta ocasión ha corregido sus previsiones, y debido a
la bajada del precio del petróleo y de las materias primas prevé un
crecimiento del PIB español del 27% este año y un 2,3% el año que viene.
Y eso a pesar de que la inestabilidad política derivada de la no
formación de un Gobierno tiene el peligro de afectar ese crecimiento,
como han vaticinado las agencias de calificación Fitch y Moody´s.
Justo un mes después de las elecciones, la realidad es que la cuarta
mayor economía de la zona euro no ha formado Gobierno, ni muestra
ninguna señal de poder formar uno pronto.
Entretanto, según un informe de la Agencia Reuter, toda la serie de
reformas que muchos consideran esenciales para fomentar la recuperación –
lo que incluye cambiar el modelo de financiación autonómica, revisar
el sistema de Seguridad Social y más incentivos para el mercado laboral –
está aumentando rápidamente -. Algunos analistas creen que, en el
mejor de los casos, una vuelta a la estabilidad política en los próximos
meses, lo que incluye que se produzca a través de nuevas elecciones,
podría tener en cuenta mis políticas de ajuste, pero sólo para 2017.
El Partido Popular que aprobó proyectos de ley de referencia, incluida
una reducción de los costes del despido en 2012 que fue alabada por
muchos economistas pero impugnada por los partidos progresistas – evitó
a toda costa reformas divisivas a finales de año, después de que los
recortes del gasto que impuso durante la recesión alejaran a muchos
votantes.
España todavía se encuentra bajo el escrutinio de la Comisión Europea
en cuanto a la manera de avanzar en el frente del empleo y reducir el
abuso de contratos temporales por parte de los empleadores, un problema
que también está lastrando la productividad. Incluso si se produjera una
resolución de la parálisis política antes de lo esperado por la
mayoría, podrían no producirse avances en la agenda económica. Las
exigencias de los partidos para formar una coalición podrían prevalece.
Una ofensiva independentista en Cataluña, donde un Gobierno autonómico
separatista está promoviendo una hoja de ruta hacia la secesión también
estará en lo más alto de la lista de asuntos por abordar. “Ahora las
reformas más probables son más políticas que económicas – hablamos de
medidas contra la corrupción, la reforma de la Constitución o la ley
electoral”.
(*) Periodista
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