Érase una vez
un señor que cada vez que se acercaban Nochebuena, Navidad y Nochevieja
formulaba por sus deseos para Año Nuevo, y lo ponían por escrito. En
esta ocasión de 2015 ha hecho lo mismo: ‘La sacudida española debería
forzar a la Unión Europea y a su más severo miembro, Alemania, y al FMI a
reexaminar la austeridad que han estado imponiendo a los países más
afectados por la crisis de la deuda en Europa’.
¿Caerá esa breva? ¿Sería
bueno?
Las
líneas entrecomilladas anteriores son la primera parte del
último párrafo con las conclusiones de un editorial de The New
York Times de título casi telúrico: ‘Conmoción política de
proporciones sísmicas en España’. El editorialista, o
editorialistas del Consejo Editorial del NYT, analiza el resultado
del 20-D como continuación de lo ocurrido en Grecia y en Portugal y
como ‘evidencia de que en el sur de Europa están hartos de la
austeridad y perdiendo la fe en los partidos tradicionales’.
¿Será
Paul Krugman el autor del editorial, ya que coinciden las premisas y
las recetas cien por cien con la postura del Premio Nobel? La
segunda parte del último párrafo completa el deseo para el nuevo
año: ‘España no es Grecia, es la cuarta economía de la Eurozona, y
Rajoy había estado dispuesto a tomar la medicina. Lo que las
elecciones han mostrado es que hay límites para los sacrificios que un
pueblo puede asumir y que cuando se piden esos sacrificios, los
dirigentes deben repartirlos equitativamente y con
transparencia’.
No es el único medio internacional que sigue
paso a paso el día después, este día después que se presume va a ser
bien largo. En la misma ciudad de los rascacielos, The Wall Street
Journal parece replicar al editorial del NYT: defiende la postura
opuesta. Ya lo hizo en un editorial, y esta Nochebuena-Navidad
insiste en una columna de Simon Nixon, principal analista del WSJ
para asuntos europeos. Título: ‘La oportunidad perdida en las
elecciones en España: el punto muerto ahora no es tan importante como
la desaceleración de las reformas en el futuro’.
La
primera frase no es muy festiva que se diga: ‘Así no es como se
supone que debía acabar 2015, los dirigentes de la Unión Europea
habían trabajado con ahínco para hacer que uno de los años más
accidentados de su historia concluyera con una nota positiva’.
Tras lidiar como se ha podido con la crisis de los refugiados que ha
estallado y con la económica que se arrastra, todo parecía
encarrilarse, pero ‘entonces llegaron las elecciones generales en
España’.
Nixon embrida las dos grandes inquietudes tras el
20-D: la incertidumbre económica y la de la formación de
Gobierno. Ambas están vinculadas inexorablemente, y para el
comentarista del WSJ la tardanza en llegar a un pacto de
gobernabilidad o lo que sea no es tan importante en principio.
Dice: ‘No hay duda de que la incertidumbre política hará que se
pongan en el congelador algunas inversiones, y que eso afectará
al crecimiento, pero la recuperación de España está bien
asentada’.
Lo preocupante no es tanto cuándo salga un Gobierno
como qué Gobierno va a salir. España no es Grecia, insiste en un
mantra que repiten estos días por todas partes. Pero además, Nixon le
da crédito a Podemos por haber suavizado sus primeras
aspiraciones en su programa económico. El gran problema es que
ninguno de los cuatro partidos con más escaños ‘se ha comprometido
a ejecutar un paquete de reformas diseñador para liberalizar los
mercados de productos y servicios, como se ha instado
repetidamente desde la Comisión, la OCDE y el FMI’. Esas reformas,
añade, ‘podrían impulsar cinco puntos a la economía española en los
próximos diez años’.
En este impasse, y con la presión de una
izquierda que quiere aumentar impuestos y gastar más, con lo que se
seguiría disparando la deuda, ‘es lamentable que las reformas que
España necesita parecen ahora más lejanas que nunca’. Si de
momento las inyecciones del BCE garantizan el estímulo, las
consecuencias para España de frenar las reformas ‘sólo se sabrán
cuando termina de comprar sus bonos’.
En el mismo diario, Matt
Mofett también analiza a fondo la cumbre Rajoy-Sánchez en Moncloa:
‘Reunión de los dos principales partidos españoles tras los
resultados electorales no concluyentes: el Partido Popular y los
Socialistas no acercan posturas para formar un Gobierno tras la
primera cita’. También cuenta más o menos lo mismo Raphael Minder en
el NYT: ‘Los dos líderes políticos españoles con más votos se reúnen
tras las elecciones que arrojaron resultados no concluyentes’.
Agrega: ‘Confirmaron lo difícil que será formar un nuevo Gobierno’.
Otras
informaciones y artículos en la prensa internacional. Reuters:
‘Los partidos políticos españoles dibujan posturas contrapuestas
sobre pactos poselectorales’ (Julien Toyer y Blanca Rodríguez).
Financial Times: ‘Los socialistas rechazan un acuerdo con el
presidente español: la ardua tarea de formar un nuevo Gobierno en
España ha empezado mal’ (Tobias Buck). Precisa que ‘hay un creciente
clamor de los empresarios y los medios por algún tipo de alianza
entre el PP, el PSOE y Ciudadanos’.
En Bloomberg, Esteban Duarte
titula: ‘El punto muerto se encastilla con la promesa de los
socialistas españoles de bloquear a Rajoy’. The Guardian: ‘Los
socialistas españoles rehúsan apoyar el intento de Rajoy de seguir
en el poder’ (Ashifa Kassam). The Spectator: ‘España ha rechazado la
austeridad, y ¿ahora qué?’ (Mark Nayler). Politico: ‘Un gigante
español herido juega a poder decisorio: el futuro del país se
convierte en una batalla por el alma del partido socialista (Jeremy
Cliffe).
BBC: ‘Los socialistas españoles rechazan a Rajoy o a
un Gobierno liderado por el PP’. Newsweek: ‘¿Quién puede gobernar en
España después de los resultados electorales que han abierto los
ojos a todos’ (Damien Sharkov). Le Monde: ‘Para los socialistas
españoles, las posibilidades de un acuerdo a tres son ‘nulas’. Y
en fin, Graham Keeley cuenta así el No de Sánchez : Los socialistas
españoles dicen No a un pacto para una coalición y rechazan la
oferta de Rajoy de un Gobierno de unidad nacional’. Y termina con
esta solemnidad: ‘El primer intento en la historia de España de
formar un Gobierno de gran coalición acabó en fracaso’.
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