La página de Los Genoveses tiene colgada la contabilidad del PP en la que quedan reflejados los sobresueldos que estuvieron veinte años cobrando supuestamente distintos dirigentes del PP.
Es una serie de hojas contables con la fecha del pago/cobro, el
concepto (que casi siempre incluye el perceptor), el debe, el haber y el
saldo, una mecanografiadas y otras manuscritas, al parecer por el
propio Bárcenas y otros tesoreros del PP. Puede consultarlas quien
quiera.
Los
jueces dirán al final de qué se trata. Si hay o no delito, si lo hubo,
pero está prescrito, cuántos delitos y quiénes puedan haberlos cometido.
El proceso será largo y, dada la hostilidad y beligerancia con que el
PP lo ha encarado, tratando de obstruir la acción de la justicia por
todos los medios, puede deparar muchas sorpresas. Afectando el asunto a
los políticos más prominentes y al partido como tal, el partido del
gobierno, recuérdese, no ha mostrado voluntad de colaborar con los
tribunales sino la contraria. La destruccción de pruebas con los más
indecibles pretextos o la negativa a aportarlas a los requerimientos
judiciales lo demuestran. Las maniobras para que del caso entiendan
magistrados políticamente favorables al partido acusado son patentes. La
división de poderes burlada al extremo de incurrir en la práctica más
aborrecible de las tiranías: una justicia administrada por lacayos del
príncipe.
Judicialmente
el asunto va para largo. Políticamente debería haber ido para mucho más
corto de ser España un país normal. Que el nombre del presidente del
gobierno aparezca en unos papeles incriminatorios que lo presentan como
receptor de cantidades de origen dudoso e injustificado sería motivo más
que suficiente para verlo dimitir, acongojado. Por supuesto, aparecen
más acusaciones y actuaciones necesitadas de clarificación judicial,
como su condición de avalista de una cuenta de Bárcenas en Suiza. Con
cualquiera de ellas, el presidente del gobierno, debiera haber
presentado su dimisión por responsabilidad política.
¿Que
qué es la responsabilidad política? Pues, en este caso concreto, de
probarse la veracidad de los papeles de Bárcenas, la que se deriva del
hecho de que, al haberse financiado ilegalmente el PP durante veinte
años, todos sus actos, sus triunfos electorales, sus medidas de
gobierno, son inválidas, nulas, pues se han dado con trampas y perjuicio
de intereses de terceros. Esos papeles deslegitiman el funcionamiento
del sistema político español, convertido en una parodia basada en la
corrupción. Políticamente muy graves, desde luego. Para que Rajoy
hubiera dimitido ya.
O
la oposición le hubiera presentado una moción de censura porque no es
de recibo que el país esté gobernado por elementos de este jaez.
Y
todavía hay algo peor. Preguntando hace unos años Rajoy por un
ciudadano en la televisión por la cuantía de su sueldo, este no contestó
directamente, sino que se lamentó en público de que su situación no era
boyante, que miraba la cuenta a fin de mes (¡qué reveladora esa
expresión! La mayoría de los ciudadanos la miramos cada día) y que tenía
los problemas de todos los españoles. Mintió. Por entonces ingresaba
unas cantidades tan altas que le permitían ignorar la cuenta salvo que
la mirase para comprobar que le habían llegado las cuantiosas remesas.
Mintió al ciudadano. Mintió a la audiencia. Mintió al país entero.
Digan lo que digan los tribunales, un personaje así no merece ser presidente del gobierno.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED
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