Se cumple ahora un año desde la publicación de la Encuesta de
Población Activa (EPA) que marcó el momento de cambio de rumbo, para
mejor, en el mercado laboral español. Esta mañana el INE dará a conocer
los datos correspondientes al segundo trimestre del año. Es una EPA muy
esperada ya que es la última antes de las elecciones generales que puede
brindar resultados dignos de explotación política optimista, ya que la
del tercer trimestre suele ser, por razones estacionales, menor proclive
a las fantasías políticas.
El segundo trimestre siempre es bueno para la estadística laboral.
Pero hay diferencias entre que sea bueno a secas, muy bueno o
excepcional. El segundo trimestre del año pasado, con 402.400 nuevos
empleos en el trimestre, de los cuales 154.000 en la hostelería, fue
realmente muy bueno. Ahora, en el año 2015, cabe esperar que sea
excepcional, mejor aún que el de hace un año. Hay razones para ello.
Medios oficiales han anticipado días atrás algunas cifras en torno al
medio millón de nuevos puestos de trabajo creados a lo largo del segundo
trimestre.
La primera de las razones que apoyan un buen dato de empleo en este
segundo trimestre del año es la mejoría en la evolución del PIB, ya que
en el año 2014 este crecía a un ritmo anual del 1,1% y en la actualidad
lo hace a ritmo del orden del 3%. Mucho se ha dicho sobre el impacto
benéfico que la reforma laboral de estos últimos años, con su capacidad
para permitir un mayor grado de flexibilidad en la creación de empleo,
ha tenido en la mejora de las oportunidades de colocación, proceso que
además ha ido acompañado por una estabilidad en los costes laborales que
también ha facilitado las decisiones empresariales a la hora de generar
nuevos puestos de trabajo. Por lo tanto, la mayor intensidad en el
crecimiento del PIB es un argumento sólido que permite esperar unas
cifras más favorables este año que en el mismo periodo del año 2014.
Una razón complementaria a la anterior es el notable aumento de la
demanda que se está produciendo este año en algunos sectores de la
economía: el turismo afronta una temporada aún más pletórica que la
anterior en cuanto a afluencia de turistas extranjeros, el consumo
privado está creciendo a tasas muy superiores a las de los años
anteriores, las exportaciones de algunos sectores como el del automóvil y
el de bienes de equipo registran una expansión considerable… Frente a
estos factores favorables, la agricultura presenta esta vez un perfil
menos favorable que en ejercicio anteriores ya que las malas cosechas
han mermado el potencial productivo de algunos cultivos importantes.
La trayectoria del empleo durante el trimestre, en todo caso, ha
estado anticipada por el retroceso del paro registrado, que ha
descendido en el trimestre en torno a 330.000 personas, cifra algo más
baja que la del mismo periodo del pasado año, cuando el descenso fue de
unas 350.000 personas. Con todo, el paro está descendiendo a ritmos del
7% anual. La tasa de paro se mantiene, sin embargo, todavía a niveles
muy elevados, claramente por encima del 20%, pero la tendencia puede
consolidarse durante los próximos trimestres si no se produce un cambio
drástico en la economía, tanto en la española como en el ámbito
económico en el que se mueven las empresas españolas. La reciente crisis
de la zona euro, con Grecia como argumento principal, no parece haber
tenido efectos negativos aunque las expectativas de cambio político en
España pueden haber contribuido al freno de algunas inversiones.
La sensación generalizada es la de un compás de espera que no ha
debido afectar de forma considerable a los flujos de inversión. En todo
caso, los motores de la economía en estos tres últimos meses (turismo,
consumo privado y fortaleza exportadora) se han mantenido firmes e
incluso con creciente fortaleza.
(*) Periodista y economista
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