CARTAGENA.- La Guardia Civil ha realizado una campaña en
la que se ha intensificado la vigilancia de pecios y se han
inspeccionado clubes de buceo, zonas aledañas a puertos deportivos y
embarcaciones de pesca.
Con esta campaña, realizada en el marco del 'Plan para la Defensa
del Patrimonio Histórico español', según informa el Instituto Armado, se
pretende evitar el expolio de pecios y detectar la posesión o venta
ilegal de bienes arqueológicos subacuáticos.
Entre los bienes que se pueden extraer del medio subacuático destaca la
Benemérita las piezas de cerámica, armas, monedas, objetos cotidianos de
la vida a bordo e instrumentos de navegación.
Para ello, se ha llevado a cabo la segunda fase de la 'Operación
Ánfora' desde los días 20 al 30 de junio, que ha contado con efectivos de la Guardia Civil pertenecientes a las unidades
subacuática, fiscal y marítima.
Se han realizado inspecciones de establecimientos y
clubes de buceo; inspecciones de pecios y embarcaciones.
De las infracciones administrativas
detectadas, ninguna ha sido relativa a la normativa de protección del
Patrimonio Histórico, siendo en su mayoría afectas a la Ley de Marina
Mercante.
Una de las vertientes de la operación se ha centrado en evitar el
expolio conocido como de "pequeña escala", según explica el Instituto
Armado, cuyos casos varían desde los descubrimientos accidentales de
pescadores que en su trabajo diario recuperan en sus redes objetos
procedentes del fondo marino, normalmente fragmentos cerámicos de
ánforas, útiles de navegación (catalejos, sextantes y otros) e incluso
anclas o cañones.
Por otra parte, la Guardia Civil señala que "se intentará
controlar a los buceadores aficionados que se quedan para sí los objetos
que encuentran" y a aquellos otros buceadores dedicados específicamente
a la "búsqueda ilícita" de estos materiales, que "en ocasiones incluso
se apoyan en estudios documentales para la localización de pecios o
estudio de piezas, para su posterior comercialización".
"Este tipo de actividades causan daños irreparables en los
yacimientos, ya que no son extraídos con metodología arqueológica,
descontextualizando los objetos que son extraídos sin ningún tipo de
control, y ocasionando la pérdida de información histórica", avisa la
Benemérita que, con este tipo de operaciones, trata "de paliar el daño
sufrido durante muchos años en el patrimonio arqueológico subacuático de
la costa española".
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