Estoy muy contento de la iniciativa "Guanyem Barcelona" (Ganemos
Barcelona) que han lanzado, de cara a las elecciones municipales, un
grupo de personas muy significadas y significativas de la izquierda y
los movimientos sociales de Barcelona, con Ada Colau como cara visible, y
que pretendende impulsar "esta Plataforma ciudadana para construir una
candidatura de confluencia, con vocación ganadora, de mayorías", una
confluencia que no puede ser "una coalición ni una mera sopa de letras",
con el objetivo de "rescatar la democracia de los poderes que la
mantienen secuestrada".
Creo que marca el camino para cambiar las cosas,
si es que de verdad queremos cambiar las cosas, sin espejismos
institucionales (no basta con ganar la mayoría en las instituciones,
aunque sea imprescindible) ni idealismos neopuristas que desprecien el
papel de las institucioens públicas. ¿Puede ser este un modelo para
otros lugares, como por ejemplo Murcia, región y municipios? A mi me
gustaría que lo fuera. Cuando lanzamos Convocatoria por el cambio en la Región, hace más de un año, pretendíamos iniciar un proceso de este tipo
pero aún estamos lejos de verlo realizado cuando queda menos de otro año
para las elecciones locales y regionales de mayo próximo.
Los recelos,
las dudas, la falta de decisión, los cálculos partidarios, etc., que
acompañan en la izquierda toda acción política ha llevado a estancar el
proceso. Pero, ¿tenemos una alternativa a la confluencia de voluntades y
de personas, acompañada del respaldo de las organizaciones políticas y
sociales interesadas en el cambio? Si alguien la tiene me gustaría
oirla, conocerla, debatirla. Con sinceridad, no me parece que exista.
Y entonces ¿qué nos quedaría? Nos quedaría la presentación de varias listas con diferentes candidatos y programas muy semejantes, discutidas y decididas igualmente en procesos muy democráticos, con primarias abiertas, etc., pero que, absurda e incomprensiblemente, se presentarían separadas y serían todas objeto del castigo previsto en la ley electoral de la Región para distorsionar legalmente la voluntad de los ciudadanos, y en la forma de elección de las Juntas Vecinales, que permitiría al PP, después de gobernar despóticamente la Región y sus municipios por veinte años, permitiendo y auspiciando el saqueo de lo público y la expropiación de las instituciones a los ciudadanos, tener nuevas opciones a seguir gobernando con mayoría absoluta, que depende ahora de que se le confronte con alternativas capaces de movilizar la ilusión de los ciudadanos para desalojarlos del poder con un proyecto de "reapropiación de las instituciones para ponerlas al servicio de las mayorías y del bienestar común".
Y entonces ¿qué nos quedaría? Nos quedaría la presentación de varias listas con diferentes candidatos y programas muy semejantes, discutidas y decididas igualmente en procesos muy democráticos, con primarias abiertas, etc., pero que, absurda e incomprensiblemente, se presentarían separadas y serían todas objeto del castigo previsto en la ley electoral de la Región para distorsionar legalmente la voluntad de los ciudadanos, y en la forma de elección de las Juntas Vecinales, que permitiría al PP, después de gobernar despóticamente la Región y sus municipios por veinte años, permitiendo y auspiciando el saqueo de lo público y la expropiación de las instituciones a los ciudadanos, tener nuevas opciones a seguir gobernando con mayoría absoluta, que depende ahora de que se le confronte con alternativas capaces de movilizar la ilusión de los ciudadanos para desalojarlos del poder con un proyecto de "reapropiación de las instituciones para ponerlas al servicio de las mayorías y del bienestar común".
Sin querer desanimar a los amigos y compañeros de Podemos, lo mejor que ha pasado en la política nacional en mucho tiempo, no son ellos sólos/as suficientes, como no lo es ni lo ha sido Izquierda Unida, siendo también necesaria, ni otros partidos más modestos y también comprometidos con la democracia radical y el cambio de modelo socio-económico y ambiental. O lo hacemos juntos, con completo protagonismo de los ciudadanos y no de los propios partidos, o estaremos colaborando -si, es duro decirlo, pero así es, colaborando- a que el PP revalide cuatro años más el gobierno de la Región para ponerlo al servicio de las oligarquías de siempre que tanto daño están haciendo a lo público y al bienestar de todos.
Si alguien piensa que ahora lo
importante es organizarnos mejor y no tener prisas por cambiar las
mayorías en las instituciones, estaría cometiendo un grave error que
pagaríamos todos. Ni la privatización de los servicios públicos, ni los
desahucios, ni la desnutrición infantil y la pobreza, ni la renta
básica, la dependencia y los servicios sociales que se están
desmantelando, ni las medidas para acabar con la corrupción y el modelo
especulativo de hacer región y ciudad, ni el desprecio por la cultura y
los creadores, ni el cambio de modelo energético y de consumo, ni la
expulsión de la ciudadanía de las decisiones que les afectan, etc.,
etc., pueden esperar cuatro años más de gobiernos conservadores y
depredadores.
Personalmente no desisto de este empeño de confluencia
pero se hace a veces duro, y reconozco que a veces cometemos errores,
mostramos insufiencias, y llegamos a sentirnos cansados ante las
dificultades que hay que ir venciendo sin descanso. Pero no tiro la toalla: de verdad creo que no tenemos alternativa y que
seríamos torpes e irresponsables si fracasáramos, y a nadie podríamos
culpar llegado el momento por ello mas que a nosotros mismos. ¿Queremos
cambiar la Región, pasar la terrible página que aun estamos viviendo,
Ganar Murcia, a la manera que lo plantea Ada Colau y sus compañeros?
Pues este es el momento de tomar decisiones audaces y empezar a hacerlo
posible. Luego será muy tarde.
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