TOTANA.- La alcaldesa de Totana, Isabel María Sánchez,
ha presentado este lunes una moción al pleno de marzo para dedicar una
calle o espacio público en esta ciudad al ex presidente del Gobierno,
Adolfo Suárez, "por su contribución al desarrollo de la democracia y las
libertades públicas en España".
Según se recoge en la moción, el ex presidente del Gobierno,
Adolfo Suárez González, fue un actor "relevante e imprescindible en la
Transición española y primer presidente de la democracia; y falleció a
los 81 años en Madrid tras más de una década de padecer alzhéimer, que
acabó causándole un deterioro irreversible y determinante".
La figura de Suárez, nacido en Cebreros (Ávila) en 1932,
"permanecerá en adelante asociada a un prestigio y reconocimiento
personal y político del que en realidad no siempre gozó. Se retiró
definitivamente de la política en 1991 tras el contundente fracaso
electoral del CDS", según recuerdan las mismas fuentes.
El primer presidente de la democracia fue designado por el Rey el 2
de julio de 1976 para sentar las bases de un cambio de régimen
pacífico, sustentado en la articulación de un sistema de libertades, un
nuevo modelo de convivencia social y un nuevo modelo de Estado; fruto
del trabajo de muchos pero ciertamente con su impulso.
En la moción se dice que la muerte de Adolfo Suárez es "el
desenlace de un gran político que, junto al Rey Juan Carlos I,
desarrolló el régimen democrático que vivimos y disfrutamos. Fue un
hombre de principios y valores hondos que dejó un gran legado político
como padre y conductor de la Transición".
"Lo hizo con apoyos numerosos e intensos de muchas personas,
ciertamente, pero puede decirse con seguridad que, sin su visión e
ímpetu, no se habría logrado el régimen actual, que, con todos sus
defectos, es el más profundamente democrático, estable y duradero de
toda nuestra historia", añade.
Suárez, al frente de un grupo de hombres jóvenes provenientes de
la sociedad civil, "entendió el reto, afrontó los riesgos con audacia y
organizó el tránsito mediante la Ley de Reforma Política, que enterró el
pasado, y un proceso constituyente que consagró las virtudes del
consenso, que a su vez era fruto del deseo unánime de no reproducir los
errores que nos habían llevado a la Guerra Civil", añade la moción.
Entre los hitos de su mandato, la moción recuerda que estuvieron
los Pactos de la Moncloa, "fundamentales para evitar que el malestar
provocado por la calamitosa situación económica diera al traste con la
transición política"; la Ley de Amnistía de 1977; la trascendental Ley
de Reforma Política; la legalización del PCE, y, por supuesto, la
Constitución y el Estado de las Autonomías.
Poco después de lograda la Constitución de 1978, la moción remarca
que "Suárez se convirtió en un estorbo para las fuerzas emergentes y
los políticos que aspiraban a vertebrar por su cuenta el sistema
parlamentario". Su dimisión, a finales de enero de 1981, para no
entorpecer el desarrollo democrático según sus propias palabras "fue la
consecuencia lógica de su profundo desgaste y de la emergencia de la
propia normalidad".
"En un escenario complejo, de convulsión económica y política,
consiguió superar una moción de censura del PSOE y someterse a una
cuestión de confianza", añade.
La envergadura personal de Adolfo Suárez "alcanzó el cenit durante
el Golpe de Estado del 23-F, cuando junto al general Manuel Gutiérrez
Mellado resistió en pie y sin doblegarse la embestida militar que
pretendió humillar al sistema representativo", destaca la moción.
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