MADRID/PAMPLONA.- El saxofonista, profesor y compositor Pedro Iturralde Ochoa, decano del jazz
en España, ha fallecido hoy en Madrid a la edad de 91 años, informaron fuentes de la SGAE. Iturralde, saxofonista, clarinetista, compositor y maestro, fue una figura imprescindible del jazz español. Un creador que decía que nació músico y que fue pionero de la fusión jazz-flamenco. La música española ha dado contadísimas leyendas de jazz. Las dos que
siempre vienen a la cabeza son la del pianista catalán Tele Montoliú y la del
saxofonista, clarinetista y compositor navarro Pedro Iturralde
El navarro de Falces, que fue el primer catedrático de saxofón en el Real
Conservatorio de Música de Madrid, se inició en la música de la mano de
su padre y subió por primera vez a un escenario con 9 años.
Fue un músico precoz y un viajero incansable, pero sobre todo,
decano del jazz en España y pionero en su fusión con el flamenco. Tenía
la medalla de oro de la SGAE.
Iturralde fue profesor del Conservatorio de Madrid y colaborador de
la Orquesta Sinfónica de RTVE. En 1992 recibió el premio a la Creación
Musical, Literaria y Plástica de la Comunidad de Madrid.
El músico, considerado una de las grandes figuras del jazz español, alternó a lo largo de su vida las tareas pedagógicas con la interpretación del jazz.
Nació el 13 de julio de 1929 en Falces,
el pueblo en el que "debutó" con 8 años tocando en la banda municipal y
luego con la orquesta "de baile", en la que tuvo la inmensa suerte de
que su director tuviera un archivo de discos en los que escuchó por
primera vez a Duke Ellington o Coleman Hawkins. Una leyenda del jazz con
un gran legado que se ve plasmado en las diferentes generaciones de
saxofonistas navarros. El músico ha creado escuela en esta comunidad y
sus influencias han traspasado fronteras.
En 1965, Iturralde grabó el disco 'Jazz Flamenco', en el que colaboró con el guitarrista Paco de Lucía;
y en 1968 colaboró con el pianista Hawpton Hawes para grabar, junto a
su cuarteto, 'Pedro Iturralde Quartet Featuring Hawpton Hawes'. En 1972
se trasladó a Estados Unidos para estudiar en el Berklee College of
Music, de Boston, por el que fue becado.
En ese mismo año le fue concedido el primer premio en un concurso de
composición, en la ciudad de Mónaco, con la pieza 'Like Coltrane'.
En 1978 ganó de nuevo un premio, esta vez el segundo premio de
composición, en el Festival de Mónaco, con la composición 'Toy'.
Iturralde colaboró con la Orquesta Nacional de España y con la Orquesta
Sinfónica de RTVE, así como con la Orquesta de Cámara de Víctor Martín,
al margen de sus actuaciones clásicas, a dúo, con el pianista Agustín
Serrano.
Asimismo, destacaron sus apariciones junto al Cuarteto de Saxofones,
con el que grabó el disco 'Sax a Pel', en 1994; o junto al L'Ensemble de
Saxofones de Lyon. También cabe resaltar su labor como compositor de
bandas sonoras de películas, entre las cuales podemos reseñar su
dirección musical y composición en la película 'El viaje a ninguna
parte', de Fernando Fernán Gómez.
Recibió además el Premio del Ministerio de Cultura
a la edición más destacada en la contribución a la pedagogía por la
obra "324 escalas para la improvisación de Jazz", y en 2007 el Premio a Toda Una vida de
la Academia de las Artes y las Ciencias de la Música. Fue Medalla de
Oro de las Bellas Artes, Medalla de Honor de la SGAE y en 2016 Medalla
de Oro al Mérito del Trabajo.
Iturralde nació en Falces (Navarra) el 13 de julio de 1929 y se
inició en la música gracias a su padre, molinero de profesión quién le
regaló su primer saxofón y le abrió las puertas de la orquestina
local. Debutó en los escenarios con 8 años tocando en la banda
municipal, con 15 le contrataron en un café-orquesta de Logroño, donde
compaginó sus estudios de violín y piano con actuaciones en las que
acompañaba a cupletistas, a los 17 ya poseía una técnica impecable y a
los 18 debutó profesionalmente en Bilbao.
Desde ahí su carrera se extendió al extranjero, dando conciertos en Europa y América. En 1949 compuso una de sus obras más famosa: La pequeña Czarda, para saxo y piano.
Una estancia de un año en Atenas, de 1958 a 1959, le sirvió de
inspiración para componer su 'Suite Hellenique'. En 1966, Joachim E.
Berendt, enterado de los experimentos de Iturralde con las músicas
populares griegas y el jazz, le propone actuar en el Festival de Jazz de
Berlín incorporando una guitarra flamenca a su entonces quinteto. Así lo hizo y a la hora de grabar esa nueva fusión de estilos pensó primero en Paco de Antequera.
A mediados de los sesenta se instaló en Madrid. En apenas un año
completó la carrera de saxofón en el Conservatorio Superior de Música de
Madrid, donde también estudió clarinete, violín, flauta, piano y
armonía. Además dominaba las guitarras eléctrica y española.
Iturralde viajó a EE UU en 1972 para perfeccionar sus conocimientos y
en Boston concluyó sus estudios de composición gracias a una beca en el
Berklee College of Music de Boston, donde tocó con la All Star Faculty
Big Band, hasta integrar otra big band con la que actuó en
distintas bases militares norteamericanas. Tocó en escenarios tan
dispares como el Teatro Real de Madrid, el Palacio Bellas Artes de
Bruselas o la sala madrileña de jazz Clamores.
En ese mismo año le fue concedido el primer premio en un
concurso de composición, en la ciudad de Mónaco, con la pieza 'Like
Coltrane'. En 1978 ganó de nuevo un galardón, esta vez el
segundo premio de composición, en el Festival de Mónaco, con la
composición 'Toy'. En 2005, grabó un doble álbum con su actuación en el
Festival de Jazz de Vitoria.
Etapa en Madrid
Pero una etapa decisiva fue la de sus diez años en el Whisky Jazz
Club de Madrid, donde actuó con los más grandes de género como Gerry Mulligan, Lee Konitz, Donal Byrd o Hapton Hawes.
Allí conoció al gran Tele Montoliu. Problemas de
salud le obligaron a abandonar los escenarios y concentró su actividad
en la docencia en el Conservatorio. Llegó a ser Catedrático del Real
Conservatorio Superior de Música de Madrid hasta su jubilación, en 1994,
aunque era algo que, en principio no se había planteado.
Iturralde atribuía su buena salud a que sólo bebía un poco de Cointreau
porque le venía bien para la garganta. Por lo demás, ni tabaco ni drogas
ni abuso de licores, al contrario que la imagen del mito romántico del
jazzman construido a partir de las adicciones de Charlie Parker y Chet
Baker.
Fusión jazz y flamenco
Su ambición y talento le llevaron a fusionar el jazz y el flamenco, innovando con un nuevo género que dio a conocer con el disco Jazz flamenco (1967), que grabó con un entonces jovencísimo Paco de Lucía (todavía Paco de Algeciras). Luego vendrían sus homenajes a los maestros Enrique Granados, Joaquín Turina o Manuel de Falla.
Iturralde y su inseparable cuarteto (que le acompañó desde los años
80) combinaron también el jazz con otras músicas como la clásica,
interpretando obras con la Orquesta Nacional de España, la Orquesta
Ligera de Televisión Española, la Orquesta de Cámara de Víctor Martí, o
las sinfónicas de RTVE.
También acompañó a figuras como Serrat, (Material Sensible, 1989), Luis Eduardo Aute o Miguel Ríos.
En el verano de 1989, junto a Tele Montoliú y Donna Hightower, ofreció
un concierto de jazz en el teatro romano de Mérida, con una selección de
temas "jazz-fusión".
También compuso bandas sonoras, entre las que destaca la de la película Viaje a ninguna parte (1986), de Fernando Fernán-Gómez.
Respecto a su pasión, la música, Iturralde siempre ha dejado claro su versatilidad y amplitud de miras: "Soy músico de jazz, he sido músico sinfónico y profesor... A mí me gustaba y me gusta la música clásica,
la romántica, Bach, por ejemplo. Desde joven, yo he tocado acompañando
actuaciones de todo tipo como, por ejemplo, en el año 1947, cuando toqué
en Sanfermines con la peña La Jarana. Además de
saxofón y clarinete, que es por lo que más se me conoce, de joven
también estudié piano, violín y guitarra. Y, formando parte de una
orquesta, viajé a Lisboa, Tánger, Casablanca, Argel y Túnez... Allí
conocí la canción francesa y el jazz. Eso sí, en la mili, que me tocó en
Navarra, preferí no formar parte de la banda. Posteriormente me saqué
la carrera de saxofón por libre en Madrid, fui jefe de orquesta en el
hotel Plaza y de ahí me fui a Beirut, donde estuve dos años y medio, y
posteriormente a Atenas. Luego trabajé con una orquesta en las bases
americanas de Francia y Alemania, hasta que decidí quedarme en Madrid en
el Whisky jazz club, donde puede tocar con los músicos americanos más
importantes. También creé la plaza de saxofón clásico en el
Conservatorio y toqué con numerosas orquestas sinfónicas. Por lo tanto,
soy músico de jazz, sí, pero también más cosas...", relataba en una
entrevista.
El Gobierno de Navarra ha transmitido sus condolencias
por la muerte del músico y compositor navarro Pedro Iturralde, "uno de
los referentes del jazz", premio Príncipe de Viana de la Cultura y
premio Francisco de Javier.
Para el Gobierno, Iturralde "ha sido un pionero, figura clave del jazz y maestro que deja un enorme legado musical".
El músico, considerado una de las grandes figuras del jazz estatal, alternó a lo largo de su vida las tareas pedagógicas con la interpretación del jazz.
Iturralde, que ha acumulado los principales reconocimientos de su tierra, Navarra,
siempre los ha acogido, como apuntaba en 2014, al ser protagonista de
un homenaje brindado por la Coral de Cámara de Navarra, con "gratitud y
humildad".
Una figura llena de
vitalidad, que según apuntaba él mismo, era algo "genético, sobre todo
por la parte de mi padre, Wenceslao, que fue músico nato y molinero de
profesión, pero también cazador y pelotari. Se pasó la vida andando y
bebiendo agua, que le encantaba, y no estuvo nunca enfermo. Vivió una
vida muy sana y murió a los 88 al llevarlo por primera vez a Urgencias".
A partir de las primeras notas dadas con nueve años, en la Banda
Municipal de Falces, el saxofonista más célebre que ha dado el jazz
español se fue haciendo su propio camino con el empuje de su tenacidad y
de su talento innato. Paso a paso hasta llegar a los conciertos
internacionales, a ser el jefe de la banda de músicos del Hotel Plaza de
Madrid, cuando en la Gran Vía abundaban los locales dedicados a las big
bands, a ser el inventor del jazz flamenco y a ocupar la primera cátedra de Safoxón en España, en el Conservatorio de Música de Madrid.
Con este instrumento llegó a la maestría. Sin embargo, defendía el clarinete. «Me gusta. Suena muy bien. Tiene
un timbre muy diferente al saxo, y el timbre es en el jazz algo
fundamental. Me sirve también para recordar en el escenario el viejo
dixieland».
Desde el norte de África al norte de Europa, pasando por Estados Unidos y
por los cruceros, Iturralde ha impregnado numerosos escenarios con su
estilo muy próximo al hard bop. «He pasado más tiempo fuera que dentro
de España. De Navarra me marché a un café cantante de Logroño. Luego a otro en Burgos, y más tarde con una orquesta catalana a Túnez y Argelia, cuando todavía era Francia.
Más tarde me salió una oferta muy buena en Líbano, que entonces
llamaban la Suiza de Oriente Medio. Estuve un año en Ankara, que no me
gustó. Toqué en un barco y volví a España».
Empezó a tocar en clubes de jazz donde solían ir los soldados de la base
estadounidense de Torrejón de Ardoz, como él decía, en su «day off». «Me di cuenta de lo que había cambiado España y me quedé».