La desaparición de su compañera de vida, con quien se casó en 1953, tras siete años de noviazgo y con quien compartía siete nietos, supuso un muy duro mazazo para el gran Raimundo.
Raimundo contaba cuando, recién casado, fue invitado a París por René Soulier (un corredor francés de media distancia), “fue un tiempo maravilloso, mi mujer tenía 22 años y yo 28, así que hazte una idea”, comentaba riendo. Soulier se había presentado unos años antes en el Rincón de Pepe con otro amigo, -“iba en un todoterreno, el primero que yo había visto”-.
Cuando, años después, Raimundo se casó con Encarnación y se les ocurrió ir a París de viaje de novios, Soulier los alojó en su casa: “Lo que iba a ser cosa de unos pocos días, duró más de un mes, Soulier no nos dejaba venirnos, todos los días inventaba un nuevo viaje, una nueva excursión por Francia” (…).
Encarna acompañó a Raimundo en sus recorridos por todos los pueblos de la Región, recopilando recetas en cada lugar.
"Me recorrí la Región por cada pueblo o aldea buscando a esa mujer de cada sitio que lo mismo atiende a un parto que te hace una tarta o un guiso, desde gallina en pepitoria a perdices con habichuelas. Luego yo adaptaba esa receta y la hacía a mi gusto. Mi mujer, cuando al acostarme me quedaba mirando al infinito, decía «mañana plato nuevo».
Sobre su esposa decía: «Le debo mucho a mi mujer, con la que llevo casado desde el 53 y antes estuvimos siete años de novios».
Tanto Raimundo como su mujer, Encarna Molina, dieron de comer a personalidades nacionales e internacionales.
Ernest Hemingway, el célebre autor de "Ciudadano Kane", disfrutó de dos paletillas de cabrito y dos botellas de vino tinto en su visita al Rincón de Pepe, contaba Raimundo.
Recordaba a Orson Welles "que siempre pedía paletilla de cordero lechal
asado a la murciana, se comía dos y de postre decía que le pusiese otra".
«A Franco le di de comer tres o cuatro veces y, aunque venía con cocinero, ese día descansaba. Doña Sofía no era vegetariana. En una ocasión, después de una comida me pidió tres medias docenas de caballitos», contaba.
Su biógrafo, periodista y gran crítico gastronómico, Ismael Galiana Romero, calificó a Raimundo “como uno de los dos más grandes prescriptores de la gastronomía de la Región”.
Su amistad con el famoso chef francés Paul Bocuse resultó en un intercambio de secretos culinarios.
La Universidad de Murcia le nombró en 2016 'doctor honoris causa' por
poner a Murcia en el mapa de la gastronomía nacional e internacional.
El fallecimiento del chef ha provocado este martes muchas
reacciones de los murcianos, que celebraban uno de los días
grandes de la ciudad, el Bando de la Huerta.
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