MADRID.-Las
empresas amortizan cada año decenas de miles de los puestos mejor
pagados de sus plantillas, en su mayoría por jubilación y en un proceso
que se intensificará con el retiro de los ‘babyboomers’, mientras la
creación de empleo se concentra en el inframileurismo, según un análisis de Público.
El proceso de devaluación salarial
iniciado con las reformas laborales de principios de esta década se
está cronificando en España, donde la tendencia a amortizar puestos de
trabajo bien pagados y a crear empleo precario y mal remunerado, especialmente entre los jóvenes, que ha caracterizado el lustro de recuperación
de las variables macroeconómicas se está convirtiendo en una constante
que lleva camino de intensificarse a corto plazo con la inminente
jubilación de los babyboomers, los trabajadores nacidos a partir de finales de los años 50 que ocupan buena parte de los puestos del primer grupo.
Los últimos datos sobre la movilidad en el mercado de trabajo
de la Agencia Tributaria constatan cómo esas tendencias se han
instalado en el tejido empresarial español: el cuatrienio transcurrido
entre los cierres de 2014 y 2018, en plenos brotes verdes,
terminó con 2,29 millones más de trabajadores que cobraban hasta dos SMI
(Salario Mínimo Interprofesional) y con 196.200 menos cuya remuneración
superaba ese nivel.
Es decir, que la creación de empleo se concentra en los
empleos con una remuneración por debajo del mileurismo (descontadas las
cotizaciones y la tributación en el IRPF) mientras los que superan ese
listón son menos cada año.
Ese balance de nuevos inframileuristas coincide prácticamente con el aumento del empleo en ese periodo, según los datos de la EPA (Encuesta de Población Activa) del INE (Instituto Nacional de Estadística), que cifra el incremento de los ocupados en ese periodo en 1,983 o 1,995 millones de personas, según se utilice como referencia la media de trimestres o las series trimestrales, y el de asalariados en 1,948 o 1,97 respectivamente.
Ese balance de nuevos inframileuristas coincide prácticamente con el aumento del empleo en ese periodo, según los datos de la EPA (Encuesta de Población Activa) del INE (Instituto Nacional de Estadística), que cifra el incremento de los ocupados en ese periodo en 1,983 o 1,995 millones de personas, según se utilice como referencia la media de trimestres o las series trimestrales, y el de asalariados en 1,948 o 1,97 respectivamente.
“Se va a intensificar y va a ser una debacle”
“Da la impresión de que este proceso se va a intensificar y va a tener un crecimiento constante con la jubilación de los babyboomers a partir de 2025 y hasta 2045”, advierte Antonio González,
coordinador de la Secretaría de Empleo de UGT, que apunta que “si esa
va a ser la actitud de las empresas, va a provocar una debacle” al
desequilibrar el sistema de pensiones tras gastar su fondo de maniobra, la hucha.
“La devaluación salarial ha hecho su trabajo, con la pérdida de
empleos estables para reincorporarse en otros peor pagados, pero la
causa fundamental es el tipo de empleo, su calidad”, señala Mari Cruz Vicente,
secretaria de Acción Sindical de CCOO, para quien “el hecho de que la
gente joven entre en el mercado laboral con salarios tan bajos no se
debe a que no se les aplique el SMI, sino a que al cabo del mes no
trabajan el tiempo suficiente como para ganarlo en un país en el que el
92% de los contratos son eventuales, la mayoría de horas y de días”.
Esa evolución de los salarios entre la congelación y el retroceso, en la que han resultado claves el abaratamiento del despido -con una reducción de costes superior al 60%
desde las reformas- y el debilitamiento de la negociación colectiva
-que ha hecho que más de la mitad de los asalariados trabaje sin la
protección de un convenio-, ha acabado traduciéndose en fenómenos como
el aumento de los trabajadores pobres, a los que el sueldo no les da para vivir.
Los registros del IRPF que hace públicos la Agencia Tributaria apuntan en la misma dirección: con casi un millón y medio más tanto de ocupados como de asalariados
entre 2014 y 2017. Aunque el salario medio de quienes hacen la
declaración de IRPF creció un 6,5% en esos tres años al pasar de 21.867
euros brutos anuales a 23.305, el volumen total de declarantes aumentó
en poco más de 650.000.
Eso, coinciden González y Vicente, vendría a indicar que más de la
mitad de quienes han logrado emplearse en ese periodo lo hacen por una
remuneración inferior al mínimo exento de declaración, que es de 22.000 euros brutos de un pagador o de 12.643 cuando se haya tenido más de un empleador.
Aumentan los sueldos bajos sin reponer los altos
Esa tendencia a la devaluación salarial que reflejan los datos sobre
movilidad laboral de la Agencia Tributaria, atenuada en 2018 por la
subida del SMI y las recomendaciones alcistas
de la Mesa de la Negociación Colectiva pero que todavía no registran
las mejoras de este año en ambos aspectos, mantiene dos constantes en el
tránsito de 2014 a 2015, de 2015 a 2016, de 2016 a 2017 y de 2017 a
2018.
Por una parte, apenas el 1,5% de los salarios que reciben los
trabajadores menores de 35 años que cambian de bloque, mayoritariamente
por su acceso al mundo laboral, superan los dos SMI en el mejor de los casos.
Y, por otra, la reposición de los sueldos que se pierden es
baja en los tramos salariales medios, con menos de uno de cada seis el
año pasado en el mejor registro del periodo, y más escasa todavía en los
superiores, con apenas uno de cada quince en 2018. Las mermas se
concentran en los tramos de edades más avanzadas.
Esas tendencias, por otro lado, entrañan riesgos para la sostenibilidad del sistema de pensiones
mientras no sea reformado, ya que acceden al retiro trabajadores con
carreras de cotización largas y basadas en salarios elevados mientras
entran en el mercado laboral otros que generan menos recursos.
“El grueso del empleo que se ha creado es precario”
“Hay un componente natural en el hecho de que los jóvenes entren en
el mercado laboral con sueldos bajos, pero otra cosa muy distinta es lo
que está pasando en España, donde está habiendo un proceso de
sustitución de los trabajadores con salarios altos, a muchos de los
cuales se está echando de las empresas antes de la edad de jubilación y contra su voluntad”, apunta González.
En la gran empresa, y especialmente en la banca, conlleva también un aumento del gasto en desempleo, por los dos años previos a la jubilación anticipada de los ERE, que no acaba de ser compensado por medidas como la cláusula Telefónica.
“Las empresas deberían asumir como mínimo los gastos que provocan pagando las cotizaciones
hasta la edad ordinaria de jubilación en todos los casos”, sugiere el
coordinador de la Secretaría de Empleo de UGT, para quien “si van a
causar un daño tendrán que repararlo, porque de lo contrario este se
socializa y pasa a soportarlo el interés general en lugar de quien lo
provoca”.
Vicente, por su parte, destaca que “el grueso del empleo que se ha creado estos años está en la temporalidad
y en la precariedad”, en un escenario en el que “los jóvenes acceden a
contratos de formación y de prácticas en el mejor de los casos, porque
la mayoría son becarios o eventuales que no están contratados para toda
la jornada”. De ahí que, como revelan los datos de la Agencia
Tributaria, los ingresos de buena parte de ellos no superen el mínimo
exento del IRPF.
No hay comentarios:
Publicar un comentario