Compañeras, compañeros:
Hace
algunos años, los que siempre han mandado en España nos dijeron con
arrogancia que si queríamos cambiar las cosas, dejáramos de protestar,
montáramos un partido y nos presentáramos a las elecciones. Hoy, tan
solo cinco años después de crear esta herramienta que es Podemos, vamos a
poder empezar a cumplir el objetivo con el que nacimos: mejorar la vida
de la gente desde el Gobierno de nuestro país.
En
estos momentos, en los que la esperanza late en los corazones de
millones de personas progresistas en España, quiero dirigir estas líneas
a toda la militancia de Podemos, con un objetivo muy sencillo: daros
las gracias.
Durante estos días escucharéis a
muchos opinadores atribuir las causas del acuerdo que hemos alcanzado
con el PSOE para formar el primer Gobierno de coalición de nuestra
democracia a la astucia de tal dirigente o al talento de tal asesor.
Nada más lejos de la realidad. Este acuerdo ha sido posible gracias a
vosotros y a vosotras, al esfuerzo cotidiano de miles de personas
anónimas que nunca bajasteis los brazos y que habéis seguido empujando,
frente a las enormes resistencias de quienes trabajan para que nada
cambie, con el fin de lograr un Gobierno que defienda a la gente.
Sé que
os habéis reunido semana tras semana durante años, con pocos recursos,
contra viento y marea. Sé que habéis aguantado muchos golpes y muchas
decepciones, que habéis pasado por momentos muy difíciles, que os habéis
partido la cara en vuestros centros de trabajo, en vuestros grupos de
amigos, en vuestras famil ias, para defender a Podemos.
Hoy siento un
inmenso orgullo al poder deciros que todo ese esfuerzo que habéis hecho
ha merecido la pena. Porque nunca es el talento de unos cuantos, sino la
perseverancia de los de abajo, el motor que hace avanzar la historia.
Ahora
vendrán nuevos y grandes desafíos. Tenemos por delante la tarea
histórica e ilusionante de participar en un Gobierno que equilibre la
balanza en favor de la mayoría. Y, al mismo tiempo, tenemos también por
delante la tarea de fortalecer nuestra organización y nuestros círculos.
Hoy, más que nunca, es necesario echar raíces y construir una
herramienta fuerte y sólida, que esté presente en cada barrio y en cada
pueblo, que sea capaz de doblar el brazo a los poderosos y de producir
transformaciones profundas que hagan avanzar a nuestro país hacia la
justicia social, la mejor vacuna frente a quienes pretenden enfrentar al
penúltimo contra el último para que sigan ganando los de siempre.
Ninguna
de estas tareas será fácil. Los partidos de la derecha y los brazos
mediáticos del poder económico van a golpearnos muy duro a cada paso que
demos, por pequeño que sea. Vamos a gobernar en minoría dentro de un
Ejecutivo compartido con el PSOE, en el que nos encontraremos muchos
límites y contradicciones, y en el que tendremos que ceder en muchas
cosas. Y, de nuevo, habrá quienes inviertan muchos millones de euros y
muchas horas de televisión en tratar de desmoralizarnos, de frustrarnos y
de convencernos de que no se puede.
Pero a partir
de ahora, cada vez que os digan que no se puede, compañeras y
compañeros, recordad estos momentos. Recordad que los avances que más
merecen la pena no se consiguen a la primera. Recordad que el cielo se
toma con perseverancia. Recordad que cuando la gente de Podemos se mueve
y empuja, claro que se puede.
(*) Líder de Podemos
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