LUXEMBURGO.- La mayor parte de los errores al
gastar el presupuesto de la Unión Europea se da en los pagos de las
ayudas de cohesión -destinadas a reducir la brecha entre las regiones-,
donde la tasa de error es del 5 %, frente al 2,6 % de media, informó
este martes el Tribunal de Cuentas comunitario.
La
auditoría del presupuesto de la UE de 2018 revela que el nivel general
de irregularidades detectadas en el gasto comunitario se mantiene en una
cota similar al 2,4 % del año anterior e inferior a la de 2016 (3,1 %).
El nivel de error varía, sin embargo, entre las distintas
partidas que se reparten los 156.700 millones de euros del presupuesto.
La
más cuantiosa es la de Recursos Naturales (48 %), que incluye los
fondos agrícolas, donde la tasa de error fue del 2,4 %, seguida de la de
Cohesión, con un 20 % de los fondos y un 5 % de errores, y la destinada
a Competitividad, con un 15 % de la dotación y un 2 % de error.
El
Tribunal de Cuentas achaca el mayor ratio de fallo en Cohesión a que se
declaran gastos o proyectos que en realidad no son elegibles para
recibir financiación comunitaria, así como al incumplimiento de las
normas europeas de licitaciones públicas o ayudas de Estado.
A
esto se suma que "algunos países añaden todavía más condiciones
nacionales a las ya complejas reglas" que fija la UE para acceder a los
fondos, explicó el presidente del Tribunal, Klaus-Heiner Lehne.
La
institución, sin embargo, no vincula la cifra de error más alta con
problemas para hacer cumplir la ley en los países de destino, que
tradicionalmente han sido los del Este y las regiones más pobres de
Europa Occidental.
"No es algo que veamos solo en uno o
dos Estados miembros, es generalizado", explicó el director del
informe, Lazaros Lazarou, al señalar, sin embargo, que el Tribunal ha
encontrado más errores de los detectados por la Comisión Europea o los
propios países.
"No podemos decir dónde está la razón.
Si es un tema de competencias, de hacer la vista gorda, de que la
Comisión no hace suficiente supervisión... Sería una combinación", dijo.
En
todo caso, los auditores europeos recuerdan que el nivel de errores no
es un indicador de fraude, ineficacia o despilfarro en el gasto, sino
que refleja los fondos que no deberían haberse pagado porque no se
usaron totalmente conforme a las normas europeas.
De
ahí que el Tribunal insista en que deben simplificarse las reglas y
reducirse la burocracia, al tiempo que se mejoran los sistemas de
control, por ejemplo, con auditorías digitales, según explicó su
presidente.
De los más de 700 casos analizados por la
corte, solo 9 han sido remitidos a la Oficina Europea de Lucha contra el
Fraude por ser sospechosos.
Por otra parte, en 2018
los compromisos pendientes de pago -dinero que se prometió y aún está
por abonar- alcanzaron un nuevo récord de 281.200 millones de euros, por
lo que el Tribunal llama a la Comisión a tomar medidas para evitar que
esto eleve demasiado las necesidades de pago en el nuevo marco
financiero 2021-2027.
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