MADRID.- Banco Santander España va a comenzar a ejecutar en septiembre el recorte de
1.150 sucursales anunciado para reducir los solapamientos provocados
por la integración de Banco Popular. El banco tiene programado el cierre
en los dos próximos meses de unas 700 sucursales, según fuentes
sindicales. El resto de cierres, hasta llegar a los 1.150 previstos, se
acometerán entre noviembre y diciembre, según Expansión.
Las
mayores redundancias se encuentran en Navarra, donde echará la persiana
al 42% de sus oficinas. Le sigue de cerca La Rioja, cuya red pasará de
30 a 11 sucursales. La tercera comunidad autónoma más afectada será
Castilla-La Mancha, con 61 cierres previstos, el 35% de su red actual.
En
capitales de provincia, las más afectadas serán Ávila y Soria, cuyo
número de sucursales va a reducirse prácticamente a la mitad.
La
incidencia en las grandes capitales será moderada. En Madrid, el banco
va a clausurar 131 oficinas (18% de la red) y en Barcelona, 91
sucursales (22% de la red).
Este proceso de ajuste es el más
significativo realizado por Santander durante la crisis. Acompaña al
Expediente de Regulación de Empleo (ERE) firmado por la dirección con
los sindicatos el 17 de junio, que afectará a 3.223 empleados, casi un
10% de la plantilla. Se quiere cubrir íntegramente con prejubilaciones y
bajas incentivadas.
ERE
Los
trabajadores ya han empezado a apuntarse a este ERE. El plazo para los
trabajadores de Servicios Centrales y Centro Corporativo ya expiró, pero
todavía no se han publicado cifras oficiales. Para la plantilla que
trabaja en la red comercial, que son el grueso de los afectados, el
plazo para adherirse expira el 15 de noviembre.
Las condiciones pactadas
son más favorables que en otras entidades competidoras. Los empleados
mayores de 59 años pueden prejubilarse con hasta el 80% del sueldo
pensionable. En el ERE aplicado por CaixaBank este año, el banco recibió
mil adhesiones más de las necesarias para cubrir la cifra de salidas.
Santander
España culminó a mediados de julio sin incidencias significativas la
migración tecnológica de los datos bancarios de los 3,5 millones de
clientes de Popular a la plataforma de Santander, según fuentes
sindicales.
Para minimizar riesgos, Santander ejecutó el proceso en ocho
oleadas. Comenzó en Galicia y acabó con la integración de las
sucursales de Andalucía. Este hito marca el final de cualquier proceso
de fusión bancaria y supuso la desaparición definitiva de Popular tras
93 años de historia.
Para
impulsar la maquinaria comercial, Santander ha traído a Madrid al hasta
ahora director financiero de la filial británica, Antonio Román. A
partir del 16 de septiembre ejercerá como director de banca comercial,
un puesto de nueva creación. Reportará directamente al consejero
delegado, Rami Aboukhair. Su misión consistirá en minimizar la pérdida
de negocio que se suele producir los primeros meses de una integración.
Santander
va por delante de lo anunciado en la obtención de sinergias con la
operación de Popular.
La prueba es que en primavera elevó de 500 a 750
millones de euros los ahorros de costes previstos con la compra. Los
analistas consideran que cumplirá sin problemas el objetivo de
rentabilidad del 13%, 14% anunciado cuando se acometió la adquisición.
El
único factor que podría estropear estos números sería una sentencia
contraria a la banca por parte del Tribunal de Justicia de la UE en
relación con el IRPH hipotecario.
Santander es el segundo banco más
expuesto a este riesgo después de CaixaBank, con una cartera afectada
valorada en 4.300 millones. No tiene ninguna provisión realizada porque
considera que es un riesgo remoto. Se espera el fallo para finales de
año.
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