Había una vez un rey cuyo país tenía un pollastre de collons.
Tanto es así que sus atentos súbditos, gracias a la labor de la
Radiotelevisión nacional (RTVE), decidieron obsequiarle con una bonita
macedonia de collons de 10 minutos que, arrancando en Catalunya, terminara en los toros.
En bendito barullo, la televisión pública tuvo a bien mezclar el
discurso –“inadmisible”, “inaceptable”, etc etc— pronunciado tras lo de
Catalunya con las palabras del Borbón tras lo de Catalunya, de forma que
los atentos súbditos no podían saber cuál de los dos discursos se
refería a la aplicación de un artículo de la Constitución llamado 155
y cuál a un atentado perpetrado en Las Ramblas. Y así hasta que al fin
el rey aparecía visitando a un herido en un hospital. Entonces quedaba
ya todo claro.
Cabe reseñar que, en dicho obsequio público, elaborado con el capital
que su pueblo cedía al bien común, aparecía también el emérito
campechano en Sevilla, la emérita silente en algún asunto de
beneficencia, el desfile de las Fuerzas Armadas de este año de la
victoria de 2017 y españolísimas estampas que iban a concluir en tres
perlas del collar de quien tú sabes: La primera, bajo el título “ovación
en Las Ventas”; la segunda, llamada “Nuevo centro Botín”; y la tercera,
ya con el emérito, “Apoyo a la Fiesta Nacional”.
Como forma de agradecimiento a su dedicación, la macedonia de collons
finalizaba con un bonito “Fin de semana en Astún” cuyo vídeo recogía la
imprescindible pregunta del reportero: “¿Cómo está la nieve,
majestad?”.
Pasados esos 10 minutos, el rey homenajeado pasó a hablar. Y como de costumbre, sesudos analistas chuparon las cáscaras.
(*) Periodista
No hay comentarios:
Publicar un comentario