En el momento
del inicio de las negociaciones para poder formar gobierno los mensajes
de los dos principales partidos no pueden ser más contradictorios. Los
portavoces del PP y PSOE están en las antípodas. Los populares confían
en poder formar gobierno y aseguran que se ven con responsables del PSOE
para tratar de incluir en el acuerdo las cuestiones fundamentales que
afectan a España. Los socialistas responden que no existen más
encuentros que los casuales o los de cortesía y que en ellos no se
incluye ninguna propuesta ni de gran coalición ni de grandes reformas.
Con
este panorama comienza una semana en la que se evidencia que el
proceso de negociación con el resto de partidos va a ser al
ralentí. El presidente del Gobierno, con la excusa de que hay pocos
días operativos porque tiene que preparar la cumbre de la OTAN, solo
se encontrará con los líderes de Coalición Canaria. Su única
representante en el Congreso de los Diputados ya ha anticipado que
en esta ocasión votarán a favor de la investidura de Mariano
Rajoy.
No hay ningún otro dato relevante que se pueda añadir a
la agenda de las negociaciones de esta semana, pues la reunión
decisiva con el líder del partido socialista se pospone hasta
conocer lo que decida el Comité Confederal del próximo sábado. La
idea, a día de hoy, de la dirección socialista es dejar que el
presidente del Gobierno en funciones intente la formación de un
nuevo Ejecutivo. Si no lo logra volverá a ser su momento. Porque no
quieren que se celebren unas nuevas elecciones. De Pablo Iglesias,
pese a que no se fían de él, esperan que en esta ocasión no
entorpeciera el acuerdo.
Lo importante para los socialistas
es hacer que se salga de la situación actual, por lo que han
aconsejado al PP que negocie con los nacionalistas y Ciudadanos.
La suma de todos ellos daría 6 diputados más de los necesarios para
gobernar. Pero para las reformas fundamentales sería necesario
contar también con los socialistas. Desde una oposición
responsable no descartan poder colaborar. Tendrían tiempo para
reajustar las piezas del partido que han quedado tan dañadas al menos
en las circunscripciones más importantes de cara a los votos como
son Madrid, Andalucía, Extremadura y Cataluña.
Lo tienen claro,
ahora es el tiempo de Rajoy que tiene previsto incluir a todos los
grupos políticos con representación en el Congreso con la
excepción de Bildu en su ronda de contactos. Pero insisten, no
descartan que Rajoy no pueda formar Gobierno.
A la espera de
que, tras la constitución de las Cortes, el Rey le encargue la
formación de Gobierno, el presidente quiere transmitir a sus
socios comunitarios, al mundo y a los mercados una imagen de
normalidad.
Los primeros contactos formales, además de los
encuentros informales que ya mantienen, deben servir para sondear
la disposición de los partidos nacionalistas al diálogo y su
nivel de exigencias para alcanzar un acuerdo con el PP.
Después
de todo lo sucedido durante la pasada legislatura no será
sencillo. Pero las dudas no se van a despejar esta semana en la que
tiene previsto reunirse nada más que con los representantes de
Coalición Canaria. Para resolver alguna incógnita habrá que esperar
a lo que suceda a partir de la próxima.
(*) Periodista
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