Ana Pastor ha sido elegida presidenta del Congreso de los Diputados
gracias a los votos del PP y C’s y a la abstención de Convergencia que
se asegura así Grupo parlamentario porque Rajoy y Rivera controlaban la
mayoría de la Mesa de la Cámara con cinco puestos definitivos.
Sin duda es una victoria política de Rajoy -que controla el Congreso y
el Senado- pero que no garantiza su investidura como Presidente del
Gobierno porque Pedro Sánchez continúa con su absurdo bloqueo de la
situación. El que le hizo perder al PSOE la presidencia del Congreso que
hubiera sido para Patxi López si Sánchez hubiera aceptado de una vez
por todas la abstención socialista en favor del Gobierno del PP.
Pero la obsesión por el ‘no es no’ a Rajoy, con la que Sánchez
pretende conservar la secretaría general del PSOE, recurriendo al sector
más radical y pro Podemos de los socialistas, ha llevado al PSOE a
despreciar el liderazgo del Congreso en una legislatura donde el
presidente de la Cámara será determinante por la ausencia de mayorías
absolutas, lo que dará al poder Legislativo un protagonismo que nunca
tuvo frente al Ejecutivo desde el inicio de la transición.
Es decir, Sánchez ha tirado la presidencia del Congreso por la
ventana del PSOE y sigue atrincherado en el ‘no’ sin que nadie, ni
siquiera en su partido, sabe a dónde conduce. Porque si el PSOE no
anuncia su apoyo o abstención a la investidura de Rajoy el presidente
del PP no acudirá a la Cámara para divertir a los diputados de la
izquierda camino de unas terceras elecciones que se convertirían en un
gran desastre nacional.
(*) Periodista
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