Estaba cantado. Han sido muchos años, muchos, de políticos
socialistas que llegaban pobres, o sin fortuna, y salían millonarios. Y
no sólo Felipe González pasó del seiscientos al coche con chófer, yate,
palacio en Marruecos. No. Han sido muchos los que se han enriquecido a
cuenta de pertenecer al aparato socialista. Y ahora, cuando han pasado
casi cuarenta años de la muerte de Franco, y otros tantos de democracia,
pues las generaciones que ahora votan, que tienen cultura y nada que
agradecer a los abuelos, dicen basta de enchufes, de negocios a cuenta
de la política, y de privilegios que han llevado a la actual situación.
La
última encuesta del CIS ha puesto en tinta negra lo que todo el mundo
sabía. Que por muchos mítines de Pedro Sánchez, por muchas apariciones
en Moncloa de la lozana andaluza, Susana Díaz, los socialistas son cada
vez contemplados como un partido que, durante cuarenta años, ha
acumulado fama de beneficiar a sus políticos con sueldos y privilegios
que el aparato repartía siempre entre sus miembros. Y por el camino los
sucesivos gobiernos socialistas han regado de millones de parados el
panorama nacional.
La
izquierda, o del centro, que antes votaba al pesoe, parece que marcha a
la opción de los jóvenes de la Universidad Complutense que inventaron
Podemos de la noche a la mañana, y sin un programa político concreto, se
han convertido en la segunda opción detrás del pepé. Si los populares
estaban tras la jugada de apoyar a los nuevos politólogos para dividir
al pesoe, parece que lo han conseguido, aunque la jugada les puede salir
adversa si continúan perdiendo apoyos, como está sucediendo día a día.
Lo
que debería preocupar, tanto a pesoe como a pepé es el apartado 19a,
donde indica la intención de voto más simpatía. Podemos se lleva un
21,1, frente a 15,4 y 16,6 a populares y socialistas. Lo que está claro
es que ya entrado en campaña electoral los resultados de la encuesta son
toda una amenaza al bipartidismo reinante.
Cada día que pasa se conocen
más escándalos de ambos partidos que resultan insoportables para una
ciudadanía que se ha quitado la venda, y no está dispuesta a seguir
votando a un bipartidismo que ha anegado de corrupción la vida política.
Me da en la nariz que, por mucho que escarben en la vida de los líderes
de Podemos, los próximos resultados del CIS serán de infarto. Y ya es
demasiado tarde para rectificar, claro.
(*) Periodista y editor de www.muyconfidencial.com
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