CARTAGENA.- Uno de los policías detenidos por el crimen de Cala Cortina asegura en una conversación telefónica con otro de los implicados que un tercero le sugiere que hablen entre ellos "para ponernos de acuerdo" a
la hora de contestar ante el Grupo de Homicidios de la Policía Nacional
sobre los hechos acontecidos el mes de marzo, cuando se halló flotando
en el mar el cuerpo de Diego Pérez en Cala Cortina.
Así
se desprende de la grabación realizada a los policías a la que ha
tenido acceso la COPE, en la que uno de los
policías señala que "no se enteran de que va la historia y van dando palo de ciego y no sé para qué".
En
la conversación entre estos dos policías, el primero le pregunta si hay
que ir hasta Murcia e indica que a él no le han llamado, "a mi F. me ha
dicho que van llamando y que hablemos para ver lo que hemos dicho para
ponernos de acuerdo, pero esto es una 'gilipollez'".
Tras pasar el
caso a Homicidios de Murcia, el compañero le explica que al resto de
compañeros, L. y J., le han preguntado si estuvieron con el fallecido,
lo que les pareció, si vieron a alguien sospechoso "y nada más". Ante lo
que el otro policía exclama, "qué cosas", y añade, "estoy pensado que si tienen que preguntarnos algo que nos lo pregunten aquí --en Cartagena--".
Al tiempo que se pregunta que por qué traspasan el caso a Murcia, "porque aquí no saben nada, para sacar algo más de chicha que la que están sacando en Cartagena", dice el otro, "como aquí no rascan bola y si viene alguien de Madrid y piensa que le interesa, pues se lo lleva".
Según el otro policía, "la cosa está clara, un tío zumbao perdido, yonqui, con antecedentes y todo, pienso que es un ajuste de cuentas".
La historia, dice el otro, "es que fuimos para una llamada que como
mucho era una falta y se lo han cargado, entonces no tiene nada que ver
con lo nuestro, eso tiene que ser otra historia que había por detrás".
Pues
si nos llaman, contesta el otro policía, "habrá que ir todo el mundo".
Si tampoco hay más, dice el compañero, "es tenernos para arriba y para
abajo".
Finalmente, el policía le pregunta a quién más van a
llamar y éste le dice, "entiendo que a vosotros que estuvisteis en la
segunda llamada", y el 54, contesta el otro, "pero a ese ya le han
tomado declaración", apunta el primero que concluye indicando, "mañana cuando tome café ya os cuento con más detalle".
La
primera llamada de la víctima a la sala del '091' es para requerir la
presencia policial en su domicilio, en el barrio cartagenero de Las
Seiscientas, ya que hay unos individuos, "gente", con intención de
agredirle.
"Una gente me quiere pegar dos tiros porque le cogí
unas bicicletas sin darme cuenta y están en la calle, que la Policía
venga para mi casa", alerta Diego a la Sala, pasando ésta el parte a la
patrulla de guardia.
Una vez que la patrulla hace el servicio
informa a la Sala de la situación. Diego les manifiesta que había robado
dos bicicletas y sus propietarios iban a matarlo, a lo que uno de los
agentes le traslada a la Sala que "cuando nos hemos enterado que era por
eso les hemos dicho de todo y se ha ido a su casa".
A lo que la
Sala del '091' contesta: "es que me ha vuelto a llamar y dice que están
ahí con escopetas", a lo que el agente le dice que "en la otra parte no
había nada", pero que "no asome la cabeza, que no sea tonto". Pero,
continúa, si les robó las bicicletas "pues no está mal, es lo legal si
ahora han ido a cobrarse justicia, Dios lo ampare en su gloria".
La Sala le replica al agente que no sabe qué credibilidad darle al "zumbao" ese y
que incluso le pueden proporcionar algún chaleco policial, mientras que
el agente le comenta, al respecto, que "tenía un libro e iba leyendo
por si lo mataban, para que Dios le acogiera en su seno; tenía un poco
de miedo", a lo que la Sala le contesta irónicamente "voy a consultarlo con la almohada a ver qué hago".
En
otra de las llamadas entre la Sala del '091' y el agente, éste le dice
que le han aconsejado a Diego que "se tranquilice un poco; no hay
problema".
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