domingo, 3 de agosto de 2025

Cinco razones para no jubilarse / Jaume Masdeu *


Desde el punto de vista del jubilado, las pensiones en España tienen dos grandes ventajas: una es gozar de una de las tasas de sustitución más elevadas de Europa y la segunda, su indexación automática con la inflación. Bajo la denominación de tasa de sustitución, lo que emerge es la proporción entre la pensión inicial y el último salario percibido antes del pase al retiro. 

En el caso español es un 75%, una cifra muy por encima del 58% de media de la Unión Europea, según los datos de Eurostat. Un porcentaje que sirve para evaluar por un lado la generosidad del sistema, al establecer la proporción de ingresos según cada trayectoria laboral; y por otro también la sostenibilidad el mismo, porque a mayor recompensa, mayor esfuerzo requerirá soportarlo.

Se puede argumentar que una pensión de jubilación media de 1.505 euros al mes, como es la actual, no es precisamente una panacea, pero lo que establece la tasa de sustitución no es el nivel de lo que se percibe sino su relación con el salario anterior, y en el caso español es muy elevado en la comparativa con otros países.

La segunda gran ventaja para los pensionistas es la garantía de que no pierden poder adquisitivo. La última reforma que indexó las pensiones con la inflación lo garantiza, y hay que recordar que se ha mantenido contra viento y marea, incluso, en el segundo año de aplicación de la norma, cuando el IPC aumentó por encima del 8%, y las pensiones se incrementaron en este porcentaje en 2023.

Es algo que no ha pasado con los salarios que han perdido poder adquisitivo con la espiral inflacionista y solo ahora empiezan a recuperarse. Es el caso del primer semestre de este año, en que los nuevos convenios firmados han supuesto un aumento del doble de la inflación. No está mal, o dicho de otra manera, ya era hora. Los nuevos convenios en 2025 supusieron una subida del 4%, mientras que la inflación en junio se quedó en el 2%.

Otra derivada es analizar si el sistema es sostenible a largo plazo. Lo cierto es que la última reforma de las pensiones, que jugó claramente a aumentar los ingresos más que, como había impulsado la reforma anterior del PP del 2013, de recortar los gastos, solo consiguió el aval de Bruselas con la instauración de una cláusula automática que aumente las cotizaciones si hay riesgo de insostenibilidad. Cláusula, insistimos, automática, porque esto es lo que tenía valor para Bruselas, que si se sobrepasan unos parámetros, se activa, no hay opción para soslayarla.

la sostenibilidad de las pensiones aprobó su primer examen por la mínima y con polémica

El sistema pasó en mayo su primer examen, y aprobó por la mínima y con polémica incluida, pero aprobó y en enero no será necesario aumentar las cotizaciones. Por la mínima porque la Airef, el examinador, le dio un aprobado raspado; y con polémica, porque añadió críticas a la fórmula utilizada para la evaluación, que considera que no juzga adecuadamente la sostenibilidad del sistema.

Situado el terreno de juego y las perspectivas de sostenibilidad del sistema, entremos a analizar cinco razones para no jubilarse, o para ser más precisos, cinco razones para planteárselo. Todo arranca con un Gobierno que está multiplicando los incentivos para alargar la vida laboral.

Enfrentado a un envejecimiento de la población, al pase de la jubilación de la numerosa y mejor remunerada generación del baby boom y a un sistema que, indexa las pensiones con los precios, el Gobierno multiplica los cantos de sirena para que los trabajadores alarguen su vida laboral. Lo está haciendo, por un lado, levantando obstáculos a la jubilación anticipada, y por otro, con incentivos para retrasar el pase al retiro. 

Los primeros resultados ya se aprecian con la edad media de jubilación que ya supera los 65 años. Sin embargo, no es suficiente, y por eso hay más incentivos en marcha. Son las recompensas para seguir trabajando más allá de la edad a que el trabajador tenga derecho al retiro. Cinco razones a examinar.

  • 1 - No perder dinero con la jubilación anticipada 

Jubilarse con antelación puede ser tentador, deseado, esperado, y seguramente merecido, pero tiene un precio, una reducción en la pensión que se percibirá. En 2025, la jubilación está fijada en 66 años y ocho meses. A partir de esta edad se recibirá el 100% de la pensión que corresponda. Sin embargo, si se ha cotizado 38 años y tres meses no es necesario esperar, se podrá jubilar a los 65 años. Si no se llega a estos parámetros habrá una reducción de la paga que se recibirá, y se podrá solicitar a partir de los 64 años y ocho meses en la anticipada voluntaria, y de los 61 años en el caso de la forzosa.

  • 2 - La jubilación demorada

Aquí es donde el Gobierno ha empezado a mostrarse generoso para estimular que la población activa trabaje más años. Básicamente, por cada año que se retrasa el pase al retiro se suma un 4% de aumento de la pensión y/o se cobra una cantidad a tanto alzado. Dos opciones entre las que se puede elegir o bien combinarlas. Una última modificación permite el cálculo del aumento de incentivo de forma semestral, con un 2%.

  • 3 - La jubilación activa 

Es una de las modalidades que permite compatibilizar la pensión con un trabajo asalariado o por cuenta propia. Una condición es que haya transcurrido un año después de haber cumplido la edad de jubilación, y a partir de ese momento se empieza por cobrar un 45% de la pensión, un porcentaje que va aumentando progresivamente hasta el 100% al cabo de cinco años. Es decir, se cobra el salario, porque se está trabajando, y también un parte sustancial, y en aumento gradual, de la pensión. Una modificación en abril le ha añadido que es compatible con los incentivos de demora de la jubilación demorada.

  • 4 - La jubilación reversible

Aquí se trata de repensárselo una vez ya jubilado, es decir, volver del retiro a ejercer un trabajo a tiempo parcial. Se combina la percepción del salario con el de la pensión, y con una prima extra. La jubilación flexible que ya está en vigor ofrece incentivos limitados, que se quieren aumentar con unos cambios actualmente en negociación. Es la denominada jubilación reversible. Lo que se está discutiendo es adoptar una prima de la pensión de hasta el 20%, aunque con limitaciones, la prima se pierde una vez se deja de trabajar, no se permite acumularla. Como indicábamos, está en fase de negociación y hoy mismo se celebra una reunión de la mesa de diálogo social dedicada a este tema.

  • 5  - La jubilación parcial

En esta fórmula, el trabajador reduce su jornada laboral y de manera proporcional su suelo, que se completará con el mismo porcentaje de la pensión. En el caso de la jubilación parcial con contrato de relevo, se puede anticipar el pase al retiro tres años antes de la edad a la que correspondería al trabajador. Hay condiciones como que en un primer año solo puede reducirse la jornada entre un 20% y un 33%, y a partir del segundo entre el 25% y el 75%. Al trabajador relevista, el que sustituye la parte de jornada que el jubilado no lleva a cabo, debe tener un contrato indefinido y a jornada completa.

 

(*) Periodista 

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