Me enteré
de la existencia del “Magic Bus” o Autobús Mágico
en los años setenta, a través de la revista “Ajo Blanco”,
que hacía la ruta por tierra a Katmandú desde Londres y Amsterdam,
y estuve a punto de sacarme un pasaje por cien dólares. Desde
entonces he soñado muchas veces con ese viaje terrestre, a pesar de
que he viajado tres veces a India por avión.
El Autobús Mágico atravesaba países que eran muy interesantes:
Turquía, Líbano, Irán, Irak, Afganistán, Pakistán y parte de
la India. Otros viajaban en una
furgoneta típica de la
época, la “Volkswagen
Kombi” de 1967,
decorada
al estilo hippy. El
viaje duraba tres semanas y recorría un número infinito de
kilómetros, y de pinchazos. Hoy en día hay muchos autobuses
turísticos que tienen el nombre de “Magic Bus” pero no es
lo mismo.
RUTA
Estambul era el centro de partida hacia Asia, y era el lugar
de contacto entre jóvenes de diversos países. En Irán todas las
chicas tenían que ponerse el velo ‘chador’ para no ofender a las
costumbres islámicas del país. En Afganistán tenían la mejor
marihuana del mundo y los jóvenes fumadores aprovechaban la
oportunidad. A mi nunca me ha gustado fumar ni tabaco. Al entrar en
la India, comían gratis en el Templo Dorado de Amritsar, que
era la meca de los guerreros ‘Sijs’.
Katmandú, además de libertad, hachís y carretera,
evoca montañas. Demasiadas cosas para Katmandú, sobre todo para una
Katmandú que ya murió. Porque hoy en día el barrio
‘Thamel” es como una galería comercial para
occidentales saturados de Asia, de ‘trekkings’ y de
montañas, y en vez de a hachís huele a hamburguesas y patatas
fritas.
Hoy en día la carretera hasta Katmandú está
cortada en Afganistán, donde parece que se hayan concentrado
todas las desgracias del planeta, por no hablar de Pakistán, Siria o
Irak, y la capital nepalí es tan grande que hasta las montañas
parecen muy lejanas. Ni se ven, ocultas entre colinas llenas de
favelas, tráfico, humo y polvo en suspensión.
BUSCADORES
Según el famoso escritor carioca Paulo Coelho, los jóvenes
viajeros olvidaban su vida durante un tiempo escuchando siempre lo
mismo: “hijo mío, tienes que ir a la universidad, cortarte el
pelo, no avergüences a tus padres porque los demás van a decir que
te hemos dado una pésima educación, lo que tú escuchas no
es música, ya es hora de que te busques un trabajo, o sigue el
ejemplo de tu hermano (o hermana), que es más joven que tú, y
ya tiene dinero suficiente para sus caprichos, y no necesita pedirnos
nada a nosotros.”
Lejos de la eterna cantinela de la familia, eran personas libres,
y Europa un lugar seguro; estaban contentos, porque de viaje
se aprende todo lo necesario para el resto de la vida, siempre
que no tengan que explicárselo a sus padres: “Papá, sé que
quieres que tenga un título, pero es algo que puedo conseguir en
cualquier momento de la vida, lo que necesito ahora es experiencia,
es vivir.”
No había padre que entendiese esa
lógica, y no quedaba más remedio que juntar algún dinero, vender
alguna cosa, y salir de casa cuando estuviesen durmiendo. Yo no me
atreví a tanto.
EL SENDERO HIPPY
El Sendero Hippy (también conocido como “the
overland”) es el nombre dado al viaje emprendido por los
miembros de la subcultura hippy y otras entre la década de 1950 y
la década de 1970 desde Europa, por tierra y hacia el sur de Asia,
principalmente India y Nepal. El sendero hippy era una forma
de turismo alternativo, y uno de los elementos clave era viajar
lo más barato posible, sobre todo para extender la longitud de
tiempo fuera de casa.
En cada parada importante del sendero hippy, había hoteles,
restaurantes y cafés que atendían casi exclusivamente a los
occidentales fumadores de marihuana, que hacían conexiones entre sí
mientras viajaban al este y al oeste. Los hippies tendían a pasar
más tiempo interactuando con la población local que los turistas
tradicionales.
Los viajes típicamente comenzaban desde las ciudades de Europa
occidental, a menudo Londres, Ámsterdam o Atenas. Muchos
ciudadanos de los Estados Unidos viajaron en aviones de “Icelandic
Airlines” a Luxemburgo. La mayoría de los viajes pasaban a
través de Estambul, donde las rutas se dividieron.
La habitual ruta del norte pasaba a través de Teherán, Herat,
Kandahar, Kabul, Peshawar y Lahore a India. Otra ruta alternativa
era desde Turquía a través de Siria, Jordania e
Irak a Irán y Pakistán. Todos los viajeros tenían que cruzar
la frontera entre Pakistán e India en Ganda Singh Wala (o más
tarde en Wagah). Delhi, Benarés, Goa, Katmandú, o Bangkok
fueron los destinos habituales en el este.
Katmandú todavía tiene un camino, Jhochhen Tole, apodado
“Freak Street”, en conmemoración de los muchos miles de
hippies que pasaron por allí. A veces también se llevaba a cabo el
recorrido adicional al sur de la India, la playa de Kovalam en
Trivandrum (Kerala) y algunos hacia Sri Lanka (entonces
Ceilán) y Australia.
MÉTODOS DE VIAJE
Con el fin de mantener los costos bajos, los viajes se realizaban
mediante autostop, o autobuses baratos y privados que viajaron
por la ruta. También hubo trenes que viajaban una parte del
camino, sobre todo en Europa del Este a través de Turquía
(con una conexión de ferry a través del lago Van) y hacia
Teherán o al este a Mashhad, Irán. A partir de estas ciudades,
el transporte público o privado, se podría obtener para el resto
del viaje.
La mayor parte de los viajeros eran europeos occidentales,
norteamericanos, australianos y japoneses. Ideas y experiencias
fueron intercambiadas en albergues conocidos, hoteles y otros puntos
de encuentro en el camino, como el “Pudding
Shop” en Estambul, ‘Sigi's’
en la calle ‘Chicken’ en Kabul, o el “Amir Kabir”
de Teherán. Muchas personas utilizaron mochilas y, si bien la
mayoría de viajeros eran jóvenes, personas mayores y familias de
vez en cuando viajaron por la ruta. Unos cuantos condujeron toda la
distancia en su propio vehículo.
DECADENCIA
El sendero hippy llegó a su fin a finales de la
década de 1970, con los cambios políticos en países
anteriormente hospitalarios. Irán votó en referéndum
nacional para convertirse en una República Islámica el 1 de
abril de 1979, y para aprobar una nueva constitución
teocrática-republicana, y la invasión soviética de Afganistán
cerró la ruta por tierra a viajeros occidentales. Líbano ya
había caído en la guerra civil, y Chitral y Cachemira se
hicieron menos atractivos debido a las tensiones en la zona.
Los organizadores de viajes ‘Sundowners’ y ‘Topdeck’
fueron pioneros en una ruta a través de Baluchistán.
‘Topdeck’ continuó sus viajes a lo largo de la guerra
entre Irán e Irak, y los conflictos posteriores, pero hizo su último
viaje en 1998.
Los viajes en avión se estaban volviendo más asequibles, y Goa
se convirtió en el principal centro de la escena hippy, en torno a
la aldea de Anjuna, donde los hippies habían estado
alquilando casas durante muchos años, antes de construir hoteles
para dar cabida a la afluencia masiva de turistas en la década de
1980.
VERSIONES MODERNAS
En septiembre de 2007, Ozbus se embarcó en un servicio de
corta duración entre Londres y Sídney en la ruta del sendero
hippie. En 2008, la “Oddisey Overland Company” comenzó
una serie de expediciones entre Europa y Asia, incluyendo la antigua
Ruta de la Seda al norte de Irán, a través del Tíbet a
Katmandú. Con una relajación de la inmigración en Irán, la
ruta se ha convertido de nuevo en algo factible, aunque el actual
conflicto en Irak, Afganistán y partes de Pakistán hacen difícil
la ruta.
En la década del 2000, debido al aumento de aerolíneas de bajo
costo y vuelos de bajo costo desde Europa, nuevos caminos se han
formado y han acompañado el camino hippy inicial. Los ejemplos
incluyen senderos hacia el norte de África y otros destinos
accesibles por aerolíneas de bajo costo. Además, existe la famosa
“Banana Pancake Trail” al sureste de Asia.
“BANANA PANCAKE TRAIL”
La “Banana Pancake Trail” o Ruta
de la Tortita o Panqueque de Banana es el nombre
que se le da a las rutas más turísticas por el Sureste Asiático,
en especial a las habitualmente utilizadas por mochileros o
viajeros de bajo presupuesto. Si bien no tiene un estricto
recorrido geográficamente establecido, se utiliza como una metáfora
del conjunto de los sitios más populares visitados por los
turistas occidentales en el Sureste asiático.
La “Banana Pancake Trail”
puede definirse como el circuito que vincula los enclaves urbanos
para mochileros, los centros turísticos costeros y
continentales, y las principales atracciones dentro del Sureste
Asiático.
Las rutas de turismo mochilero por el Sureste Asiático suelen
asociarse a Tony Wheeler, quien escribió “Southeast Asia
on a Shoestring” (Sureste de Asia con muy poco
dinero) en 1977 para luego comenzar a publicar las famosas guías
de viaje “Lonely Planet”, que se volverían muy
populares. Muchos viajeros suelen denominar a esa publicación en
particular como “la biblia de los mochileros”. Con la
creciente popularidad de “Lonely Planet”, los mochileros
comenzaron a trazar rutas similares basadas en las recomendaciones de
las guías de viajes.
Así se creó informalmente en la zona la llamada “Ruta del
Panqueque de Banana”, en torno a los vendedores que ofrecían
este alimento, que no es habitual en la cocina regional, sino que
empezó a venderse para satisfacer la demanda de los turistas
occidentales. En muchos albergues de mochileros de la región suelen
servirse tortitas o panqueques de banana para el desayuno. El propio
Wheeler admitió que no hay duda de que las guías “Lonely
Planet” fueron responsables de la creación de la “Banana
Pancake Trail”.
(*) Periodista
Estaba leyendo sobre este tema, previamente a leer el libro de Coelho, y me ha resultado muy interesante.
ResponderEliminarEnhorabuena por el artículo.