MADRID.- Uno de los ocho peritos que han intervenido este miércoles 
en el juicio contra la excúpula de la Caja de Ahorros del Mediterráneo 
(CAM) reconoció que las operaciones de titulización efectuadas en 
Irlanda supusieron "escapar" del control de la Comisión Nacional del 
Mercado de Valores (CNMV).
Así lo indicó el perito Germán
 López, en alusión a la política de titulizaciones para obtener 
liquidez, inicialmente planteada para España y que finalmente terminó 
llevándose a cabo entre Irlanda y Reino Unido a través de fondos 
privados, operaciones definidas por la propia inspección del Banco de 
España en enero de 2012 como "carentes de sentido".
brecha "material y significativa" que, en su opinión, 
"afectó a la imagen fiel de la entidad" y que se habría producido por el
 modo en el que fueron emplazados en la contabilidad una serie de 
deterioros de activos financieros.
Por su parte, el 
exinspector del Banco de España Rubén Manso, trató de explicar la 
diferencia entre los estados financieros intermedios y las cuentas 
auditadas, y recalcó que las cifras facilitadas por la dirección de la 
CAM mostraban errores que debieron ser corregidos, pero que "no 
alteraban la imagen fiel" de la caja.
En el transcurso de
 la sesión, Manso se refirió además a los quince millones de euros 
recibidos por la antigua cúpula de la CAM, acerca de los cuales aseguró 
que todos los peritos coincidieron en que no se podía tener en cuenta la
 totalidad de esa cifra, sino sólo "una cantidad mucho más pequeña".
Versión
 que contrastó con el discurso de los peritos judiciales Ángel Regúlez y
 Sergio García, que recordaron que el ex director general de la CAM y 
ahora acusado, Roberto López Abad, recibió 5,5 millones de euros antes 
de la intervención por parte del Banco de España por su prejubilación a 
pesar de haberse acogido al Expediente de Regulación de Empleo (ERE).
Como
 sucediera en la víspera, tanto éstos como los expertos propuestos por 
las partes incurrieron en opiniones contradictorias acerca de algunas de
 las operaciones dudosas a ojos de la Fiscalía, que solicita para los 
ocho exdirectivos penas de hasta siete años de prisión por presunta 
estafa continuada y falsedad en las cuentas anuales del 2010 y del 
primer semestre de 2011.
En relación a las 
titulizaciones, los técnicos designados durante la instrucción 
reiteraron que "en ningún caso" podrían haber sido dadas de baja del 
balance, una actividad que permitió arrojar unos supuestos beneficios 
ficticios de 65 millones de euros en lugar de las pérdidas millonarias 
descubiertas tras la reexpresión efectuada en 2011.
Tras 
más de seis horas, la presidenta del tribunal, la juez Ángela Murillo, 
suspendió la sesión hasta este jueves, jornada en la que proseguirá un 
juicio previsto que finalice el próximo 21 de julio. 
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