MADRID.- España es el país del mundo en el que este verano ondearán más banderas azules, pero no todas las comunidades autónomas han salido bien paradas en el reparto de esos distintivos: la Región de Murcia ha perdido 19 de las 40 banderas que tenía el año pasado, todas las que estaban en las playas del Mar Menor, a pesar de que los parámetros sobre la calidad de sus aguas arrojan este mes de mayo sus mejores resultados de los últimos años, publica El País.
El verano pasado, el Mar Menor vivió una situación crítica.
Después de tres décadas “sometido a presiones” procedentes, sobre todo,
de la presión urbanística y el cambio de modelo agrícola, el sistema de
equilibrio y autorregulación que tradicionalmente habían caracterizado
al ecosistema lagunar “dijeron no puedo más”.
Así lo explica el
catedrático de Ecología Ángel Pérez Ruzafa, uno de los mayores expertos
de España en relación con el Mar Menor y miembro del comité científico
que actualmente trabaja para su recuperación.
Ese “no puedo más” desembocó en una situación de
eutrofización: el agua acumuló una cantidad inusual de nutrientes que
hicieron proliferar las algas, bajaron los niveles de oxígeno y
afectaron a la biodiversidad del ecosistema. Para turistas y bañistas,
ese proceso se tradujo en que el Mar Menor se convirtió en una especie de sopa verde fangosa
y nada apetecible para el baño. “No se trata de un problema de
toxicidad o de riesgo para la salud, el agua seguía siendo apta para el
baño, pero de mal aspecto”, explica Pérez Ruzafa.
Para revertir esa situación, se han restringido los vertidos agrícolas
y se han comenzado a instalar filtros verdes artificiales, entre otras
medidas, que han permitido una “evolución en positivo”: las últimas
mediciones, del día 4 de mayo, arrojan niveles de turbieza del agua por
debajo de los dos puntos (en el verano llegaron a rozar los siete), el
nivel más bajo de la serie histórica.
¿Qué ha pasado entonces para que un mar en mejores
condiciones pierda sus banderas? A bordo de un barco para comprobar en
persona la transparencia del agua, el presidente de la comunidad
autónoma, Fernando López Miras, da una explicación: la Asociación para
la Educación Ambiental y del Consumidor (Adeac), que concede estas
distinciones, realizó sus auditorías durante la pasada temporada
estival. “Estoy seguro de que si las mediciones las hubieran hecho hoy
mismo, no habríamos perdido ni una de las banderas”, asegura.
Según la guía que esta asociación elabora sobre cómo se
otorgan las distinciones de 2017, disponible en su página web, "para que
la playa pueda ser galardonada por el Jurado Internacional, es
necesario que Adeac la haya visitado durante la temporada de baños
anterior y se haya emitido el informe pertinente".
"El Mar Menor tiene
un problema. Por causas naturales y causas humanas, la cantidad de
materia orgánica que hay en el agua ha aumentado. Y eso el año pasado
produjo una situación insatisfactoria", explicó en la Cadena SER el presidente de la asociación
que concede las banderas en España, José Ramón Sánchez. Aseguró que en
las reuniones anteriores a la presentación del informe, se estudiaron
los cambios que se han producido este invierno, pero justificó que
siempre se usan mediciones estivales.
"El mes de agosto de este año se
parecerá más al mes de agosto del año pasado que al de marzo de 2017",
defendió sobre la posibilidad de que se hayan quedado viejos los datos.
"¿Disgusto? Sí. Pero cuando uno es alcohólico, el primer paso para
solucionar el problema es reconocer que se tiene un problema",
recomendó.
"No nos hagamos trampas al solitario. Esto nos afecta a
todos. Como bandera azul no podemos arriesgarnos a que venga una
inspección internacional y vea que está como estaba el año pasado la
mancha verde y se lleve las banderas a mitad de verano", justificó
Sánchez. Si este año se ha remediado de verdad el problema
medioambiental, recuerda, el Mar Menor podrá recuperar sus banderas.
Sin embargo, pese a las explicaciones de la asociación, las
quejas sobre lo “injusto” que es este sistema de baremos se repite en
los cuatro municipios bañados por el Mar Menor. El alcalde de Cartagena,
José López (pierde seis banderas azules y mantiene cinco en las playas
que dan al Mediterráneo); el de San Javier, José Miguel Luengo (pierde
cinco y mantiene una); la de San Pedro del Pinatar, Visitación Martínez
(mantiene una de las tres que tenía), y la concejala de Playas de Los
Alcázares, María Teresa Olmos (pierde sus seis banderas) insisten en que
la retirada de banderas no refleja la situación actual de la laguna y
confían en mantener los buenos datos turísticos que vivieron durante la
semana santa.
¿Cómo repercutirá en el turismo esta desaparición de
banderas azules? Para la presidenta de la Asociación de Hosteleros de la
Costa Cálida, María del Mar Martínez, es difícil de calcular porque,
aunque una noticia de este tipo “siempre tiene un impacto negativo”, los
turistas están cada vez más informados y tienen acceso, por ejemplo, a
redes sociales en las que pueden ver en tiempo real el estado de las
playas.
“La retirada de las banderas no representa la realidad de
las playas del Mar Menor a día de hoy, y las reservas de cara al verano
están en niveles más altos que el año pasado. Esperamos que la ocupación
aumente entre un 8% y un 10%”, ha asegurado.
El presidente de la Federación Regional de Empresarios de
Hostelería y Turismo, Jesús Jiménez, también se muestra optimista y cree
que la temporada será buena. “La retirada de banderas no es una buena
noticia, pero tampoco es un desastre. La calidad del agua es mejor que
el año pasado y ahora solo queda trabajar en positivo y revertir el daño
hecho”.
Y ambos insisten en que la preocupación del sector no es
tanto por la ausencia de banderas azules, sino por la recuperación real
del Mar Menor, ya que ese es el factor que realmente repercutirá en el turismo a largo plazo.
Por el momento, los hoteles de la zona no han notado un
efecto negativo de la noticia. El jefe de recepción del hotel 525 de Los
Alcázares, Gorka Puente, asegura que a estas alturas las reservas del
establecimiento mejoran las del año pasado en las mismas fechas. El
complejo Aldeas de Taray de La Manga está ya al 90% de ocupación de cara
al verano, explica su responsable de reservas, Francisca Cánovas.
Entre los ciudadanos, la percepción es similar. “De este
invierno hasta ahora ha mejorado bastante, no es para lanzar las
campanas al vuelo, no es lo que había hace 20 años, pero el agua está
transparente, el verano pasado te metías en la orilla y no te veías ni
los pies”, asegura Juan Pablo Sánchez, que sale habitualmente a navegar
con su barco por la zona de Los Nietos. “Ahora está clara, el verano
pasado, nos volvimos a casa porque no te podías ni meter”, dice María
Soler, que tiene en La Manga su segunda residencia, con el agua a la rodilla, buen indicador de que este año sí tiene intención de bañarse.
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