La inminente llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados 
Unidos tras su victoria electoral ha desatado todas las alarmas en 
Europa, por más que los primeros gobernantes europeos aparenten cierta 
calma y cortesía. Tras las que se esconde una profunda inquietud por el 
agresivo talante del presidente electo Trump y sus proclamas de 
desprecio a la UE y la OTAN durante la pasada campaña electoral.
De ello hablaron anoche los ministros de Asuntos Exteriores de la UE 
en un encuentro informal. Y del riesgo Trump hablarán también en Berlín 
el próximo día 18 el presidente Obama en la compañía de los primeros 
gobernantes de Alemania, Inglaterra, Francia, Italia y España, en la que
 será la última visita oficial del presidente Obama a Europa. Y que se 
acuerde la ‘premier’ de Gran Bretaña, Teresa May, ahora tan entusiasta 
del Brexit, de su predecesor en el cargo hace ya muchos años el 
‘apaciguador’ Chamberlain.
La primera en dar un público aviso sobre el peligro Trump fue la 
canciller Angela Merkel quien tras conocerse su victoria electoral 
ofreció colaboración a Trump al tiempo que se reafirmó en sus 
convicciones en la defensa de la democracia y la libertad y subrayó la 
importancia de la relación trasatlántica, dejando ver así su 
preocupación por el futuro inmediato de las relaciones de USA con la UE y
 la OTAN. Sobre todo a sabiendas de la mutua simpatía entre Trump y 
Putin.
En esa línea se han pronunciado: el presidente de la Comisión Europea
 Jean Claude Juncker, quien ha pedido a Trump la máxima claridad sobre 
el futuro de las relaciones de los EE.UU. y la UE; y el secretario 
general de la OTAN Jens Stoltemberg quien le ha dicho a Trump que ‘ir en
 solitario -en políticas de Defensa- no es una opción’ ni para USA ni 
para Europa. Declaración de Stoltemberg con la que -en un artículo 
publicado en The Observer- el hoy secretario general de la 
Alianza Atlántica respondía las palabras de Trump donde dijo que la OTAN
 es una organización ‘obsoleta’ que sobre todo pagan los americanos, lo 
que es verdad.
Todo lo que Trump despotricó contra Europa y la OTAN en campaña 
electoral y que entonces sonó a disparates de un candidato ‘exótico’ o 
demencial -al que todos daban por perdedor- se ha convertido de la noche
 a la mañana en palabras y doctrinas del presidente electo de los 
Estados Unidos. Y esta nueva realidad es la que ahora ha colocado en 
alerta y en guardia a Europa frente al terremoto Trump sobre el que 
nadie sabe a ciencia cierta hasta donde está dispuesto a llegar con sus 
radicales y controvertidas promesas.
De momento ayer, y mientras continuaban broncas manifestaciones 
contra Trump en varias ciudades de los EE.UU., el presidente electo 
anunciaba que piensa deportar a todos los inmigrantes ilegales que 
tengan problemas con la Justicia o antecedentes penales. Lo que podría 
afectar hasta cerca de tres millones de personas lo que ya está 
provocando una gran inquietud entre el conjunto de los inmigrantes sin 
papeles que superan los 11 millones. Aunque también Obama hizo 
deportaciones similares.
Es decir que Trump va en serio, aunque recorte en algo sus promesas y
 sus postulados y la UE y la OTAN también se lo están tomando en serio y
 con razón, por aquello de ‘más vale prevenir que lamentar’. Sobre todo 
porque ciertas cuestiones como el comercio internacional y la defensa 
son para los europeos cuestiones fundamentales que no conviene 
menospreciar. Basta ver el dramático y emotivo primer aniversario de los
 atentados yihadista de París que ayer conmemoraron, entre otros, la 
masacre de la sala Bataclán.
(*) Periodista

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