La herencia de Valcárcel, una dura carga para los murcianos / Patricio Hernández *
El
presidente murciano, Ramón Luis Valcárcel, ha hecho su propio balance
sumario de 19 años de gobierno en la región, antes de su anunciada
dimisión la próxima primavera para "irse" al europarlamento. Ha dicho:
"Hice lo que pude, y lo que me dejaron hacer" (La Opinión,21/09/2013)
Es una declaración falsamente humilde que esconde una gran soberbia: él
-viene a decir- ha trabajado al máximo y el límite de su trabajo se lo
impusieron otros desde fuera. Nada de autocrítica, ningún reproche que
hacerse a si mismo. Otra vez los problemas no resueltos o agravados
tienen sólo responsables exteriores.
Dada la prensa que
tenemos, tan poco crítica y tan condicionada por el poder político y
económico, no podemos esperar gran cosa (en términos de rigor y
objetividad del análisis) de la evaluación pública de la larga etapa de
gestión de quien ha gozado personalmente de la mayoría absoluta más
amplia de todos los gobiernos regionales y por un período más dilatado
(sólo Pujol, que llegó a sumar 23 años al frente de la Generalitat
gobernó más tiempo, pero no dispuso nunca de tan amplia mayoría),
circunstancias que es difícil que vuelvan a darse en nuestra historia.
Pero hay datos incontestables que nos permiten hacer nuestro propio
balance crítico, del que sale una imagen muy poco favorable para este
político "en fuga", que llegó al poder al final de una crisis (1995) y
sale en medio de otra aún mayor que ya dura cinco años.
Contra
lo que el aún presidente quisiera aceptar, su figura va a quedar
asociada al ciclo de economía especulativa que conocemos como el "boom
del ladrillo" o burbuja inmobiliaria, que duró una década (1997-2007) y a
los años de crisis (con dos recesiones) que siguieron a su pinchazo y
de la que aún no hemos salido (2007-2013).
El período del boom
inmobiliario fue especialmente intenso en la región, que hizo una
disparatada apuesta por la construcción asociada a un modelo irracional
de turismo residencial (los famosos resort y campos de golf), para lo
que se legisló ad hoc (ley del suelo de la región). El resultado ha sido
la mayor explosión de corrupción política nunca conocido ( que sólo
hasta 2010, según un estudio de la Universidad de La Laguna, alcanzaró
al 57,8% de los municipios de la región, siete veces el porcentaje medio
nacional),y las mayores agresiones a nuestro patrimonio natural
(desprotección de espacio naturales, recalificaciones masivas de suelo),
con el corolario de la mayor crisis social que ha asolado a la sociedad
murciana y en cuyo acmé o pico parece que vivimos en este momento.
De los muchos parámetro mediambientales que podríamos seguir, me quedo
con uno sintético que es quizás el más elocuente: la "huella ecológica".
Copio un párrafo de Julia Martínez y Miguel Angel Esteve y Antonio
Soler, en el Informe del Foro Ciudadano sobre el Otro Estado de la
región, en 2010:
"En el año 1995 la Huella Ecológica de la
población regional era de 27.730 Km2, 2,45 veces la superficie regional.
En 2001, la huella ecológica ascendió a 32.957 km2, casi tres veces la
superficie regional". " En 2004, la huella ecológica se incrementó a
4,47 veces la extensión regional (OSE, 2008), situándose en la mitad
superior del rango en el conjunto de las provincias españolas.
Por tanto, en el periodo 2001-2004, su tasa de aumento se ha acelerado
respecto al periodo 1995-2001, pasando de 871 a 5.869 km2/año, casi
siete veces más."
Y concluyen que "el crecimiento económico de la Región de Murcia en años recientes ha tenido lugar a base de dilapidar más
recursos y producir más contaminación por unidad de PIB, lo que no
parece una opción muy inteligente"
En un artículo que publiqué
en La Verdad ("Valcárcel y los atormentados, 04/01/2013) ofrecí algunos
datos sobre la magnitud inusitada y terrible de la crisis social en
Murcia:
"Estamos hablando de los 215.600 parados de la EPA
regional (cuando llegó Valcárcel al gobierno en 1995, en otra crisis,
eran 98.300); de las 77.000 familias con todos sus miembros en paro; del
35,9% de población de la región que está en riesgo de pobreza y
exclusión (530.000 personas según el indicador europeo AROPE); de casi
la mitad de los murcianos (47,7%) que viven en situación de precariedad
(familias cuyos ingresos en su conjunto son iguales o inferiores a
12.000 euros brutos al año, según los cálculos de Gestha); de las
familias en procedimiento de desahucio que no paran de crecer y que sólo
en los primeros nueve meses de este año [2012] eran ya 865; de la mitad
de los jóvenes activos sin empleo; de las bajas pensiones regionales
que ahora soportan cargas familiares; etc."
De forma que las
cifras que encontró Valcárcel en 1995 y la de 2013, cuando se dispone a
abandonar el buque que ha pilotado, no resisten comparación: quizás las
dos más elocuentes sean la cifra del desempleo (según la EPA, en el
primer trimestre de 1995 era del 26,34%, y en el segundo trimestre de
2013 es del 29,13%), y la renta per cápita (que era el 82,7% de la
española en 1995, ha pasado al 82,2% en 2012).
Hay otro dato
significativo, el aumento disparatado del endeudamiento regional. Tomo
este párrafo de un artículo del diputado regional socialista Alfonso
Navarro ( "Deuda eres tú", La Opinión, 23/09/2013):
"La deuda
de la Región de Murcia se ha incrementado, desde el año 2007 hasta el
segundo trimestre de 2013, un 725%, es decir, se ha multiplicado por
siete. Durante estos años ha pasado de suponer un 2,4% de nuestro
Producto Interior Bruto, en 2007, a un 17,4% en 2013.
En
términos absolutos, en 2008, con un presupuesto de la Comunidad de 5.048
millones de euros, nuestra deuda alcanzaba los 750, un 15% del
presupuesto de ese año. A mitad de 2013, y con un presupuesto de 4.400
millones de euros para este año, la deuda se eleva por encima de los
4.800, superando el presupuesto existente para todo el ejercicio."
Añadamos, para terminar, dos elementos adicionales: la grave erosión de
nuestro bienestar social (por vez primera en nuestra historia regional,
están empeorando los servicios públicos y recortándose derechos social
adquiridos), con aumento de las desigualdades internas (aumenta la
distancia en términos de riqueza real entre los que más y menos tienen),
y la falta de horizonte que hoy tiene la región para salir del marasmo
al que ha sido llevada, que arroja mucha incertidumbre sobre nuestro
futuro colectivo.
Resumamos la caracterización de la "herencia" que nos dejan los años de Valcárcel:
-somos más pobres en relación al resto de los españoles
-ha aumentado la injusticia en el reparto de la riqueza
-hay una mayoría de la población para la que ha empeorado su situación
social (en términos de paro, pobreza y precariedad), con más personas en
riesgo de exclusión
-están perdiendo calidad y universalidad los servicios públicos básicos
-hemos destruido una enorme cantidad de recursos naturales no
renovables y aumentado drásticamente nuestro impacto sobre el medio
natural de la región
-tenemos más casos acumulados de corrupción política que en toda la historia.
-ha aumentado meteóricamnete la deuda pública regional
-no hemos sentado las bases un modelo económico que desarrollar alternativo al que ha fracasado
O
sea, que el presidente Valcárcel se va a ir pero la herencia que nos va
a dejar es insoportable y enormemente negativa. Varías generaciones de
murcianos van a pagar las consecuencias de los errores y los
despropósitos, de tanta insensatez autocomplaciente en la que hemos
vivido estos años.
(*) Presidente del Foro Ciudadano de la Región de Murcia.
Chapeau. Sólo una reflexión: al terminar de leer el demoledor balance, uno vuelve al principio porque siente que falta un dato. Las mayorías absolutas de este señor han sido no sólo las mayores, sino crecientes, la última ya en plena crisis, de forma que lo que queda es el enigma del divorcio absoluto entre la realidad que vive(sufre) la gente y su respuesta. Entre realidad y respuesta hay pasos intermedios como percepción o diagnóstico, y ahí es dónde queda un trabajo inmenso.
ResponderEliminarY ahora que es posible un cambio en la cúpula del partido ya que Valcarcel se va y Cámara está hasta el cuello de corrupción sus consejeros, concejales, politicuchos con acceso a los cajones del dinero público están acelerando el saqueo de las arcas públicas para llegar a las elecciones de su despedida con las alforjas llenas.
ResponderEliminarNo entiendo cómo no se le pide responsabilidad a este tipo de personas por su mala gestión como mínimo y cómo puede ser que no se sancione la ineptitud absoluta y la corrupción con penas económicas y cárcel
ResponderEliminarEn la administración no se trabaja por el interés general sino por el interés de los partidos y de los intereses personales. hasta que esto no se sancione ni cambie y los que trabajan dentro no sean valientes y lo denuncie cada vez que suceda todo seguirá igual. Se acepta la corrupción como algo inevitable pero es una verguenza que debería ser sancionada social y jurídicamente
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