MADRID.-  El consumo abundante de agua durante los días
 previos y la realización de una tabla de estiramientos variada antes de
 las procesiones son algunas de las claves para espectadores, costaleros
 y el resto de miembros cofrades de cara a evitar lesiones durante la 
Semana Santa.
   Así lo explican los miembros del Colegio Profesional de 
Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM), que señalan que beber
 gran cantidad de agua desde las jornadas anteriores a la celebración de
 la profesión en la que se va a participar "evitar roturas fibrilares".
   Además, apuestan por que se realicen en los instantes previos a la
 salida del paso una serie de estiramientos que se centren en zonas como
 "el cuello, los brazos, las manos, las abdominales y las piernas.
   En concreto lo que más se ha de trabajar son los
 cuádriceps y los gemelos, ya que es donde más fuerza se hace a la hora
 de levantar y arriar un paso. El calentamiento es 
"fundamental" porque, con él, se evita la posibilidad de sufrir "tirones
 y contracturas".
Las procesiones suelen extenderse durante seis o 
siete horas, de las cuales cada miembro de una cuadrilla puede estar entre tres y media y cuatro horas debajo del paso. No obstante, los 
relevos permiten que cada uno de ellos no cargue con el peso más de una 
hora.
  El miembro del Grupo de Trabajo de Aparato Locomotor 
de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) y 
también costalero, el doctor Pablo Panero, señala que un cuadro de contracturas musculares se produce "por un mal reparto de
 la carga". Además, explica que, por culpa de ellas, se adoptan posturas
 inadecuadas "que añaden sobrecargas" a la lesión original.
   El experto, que advierte de que el problema se agrava si el 
costalero sufre lesiones previas, como "hernias de disco o algún tipo de
 artritis", sostiene que ante estas lesiones lo indicado es "la 
aplicación de calor", aunque apuesta por el frío si el costalero está 
afectado "por un cuadro inflamatorio". De cualquier forma, recomienda la
 visita al fisioterapeuta, ya que es "la persona más indicada" para 
tratar estos problemas.
   Por último, el especialista en Podología, el doctor Claudio Domínguez, expone la importancia del buen 
cuidado de los pies, algo que aconseja también para las personas que no 
pertenecen a las cofradías o hermandades pero que asisten a las 
procesiones como espectadores.
   Así, apuesta por un lavado exhaustivo de los pies "con jabón ácido
 y agua tibia", además de hidratarlos "con crema untuosa". También es 
importante "cortarse las uñas horizontalmente, utilizar calcetines que 
no aprieten y calzado de piel o de tejidos naturales", afirma.
   Ya en la procesión, Domínguez manifiesta que se debe evitar estar 
de pie "en periodos prolongados de tiempo", aunque si no es posible 
basta con cambiar los apoyos. Por último, prohíbe que los asistentes a 
las procesiones se quiten los zapatos, algo que "puede desprender la 
piel de las ampollas".
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