MADRID.- El nuevo secretario-portavoz del Episcopado, Luis Javier Argüello, no se esconde en maniobras clericales y contesta a todas las cuestiones que se le plantean, incluso las más complicadas. Por ejemplo, pide que se conjugue "razón y sentimiento" para abordar el tema catalán y el de cambio de sexo o reconoce abiertamente que los seminarios españoles se van a cerrar para los gays, según El Mundo.
En
el caso del tema catalán o de cambio de sexo, a juicio del secretario
de los obispos "se ha elevado a categoría jurídica el sentimiento". Y
ante eso, se pregunta retóricamente: "¿Sólo el sexo sentido puede ser
suficiente para algo tan serio como el cambio de sexo?" Y, por supuesto,
se responde que "en asuntos tan serios, hay que conjugar el respeto a
los sentimientos de las personas y la racionalidad".
Ese mismo
argumento hay que aplicarlo, según Argüello, a las tensiones que estamos
viviendo como pueblo y, refiriéndose implícitamente al procés,
se vuelve a preguntar retóricamente: "¿Es el sentimiento la única
categoría a tener en cuenta a la hora de cambiar la configuración del
Estado?".
Evidentemente que no, porque "cuando hablamos de diálogo,
hacemos referencia al 'logos' o razón, que tiene que conjugarse siempre
con el sentimiento".
En el tema del eventual acceso de los
homosexuales a los seminarios españoles, Argüello fue todavía más
contundente y, desde la amplia experiencia que le da el haber sido,
durante muchos años, formador y rector del seminario de Valladolid,
sostiene que "la Iglesia tiene derecho a seleccionar sus candidatos y a
elegir su perfil".
Por
eso, entre las cualidades que exige a los candidatos a curas (a pesar
de le penuria vocacional por la que está atravesando) es que "se
reconozcan y sean enteramente varones y, por tanto, heterosexuales" y,
además, que "quieran ser célibes".
Dos requisitos que impone, por otra parte, el Vaticano y que, como tales, van a figurar en la próxima aprobación de la Ratio fundamentalis institutionis sacerdotalis en España, que se concretará en un plan de formación que va a regir próximamente en todos los seminarios españoles.
Horas
más tarde, Argüello ha enviado un audio en el que pide disculpas por
sus palabras "desafortunadas" y se disculpa "si ha podido molestar a
algunas personas".
"No puedo ni quiero decir que los varones
homosexuales no sean perfectamente varones", explica el secretario de
los obispos, que ha pedido que se circunscriba su declaración a la
pregunta que se hacía en la rueda de prensa, sobre el sacerdocio: "La
Iglesia pide que los candidatos sean varones y que su orientación no sea
la atracción por el mismo sexo", ha aclarado.
Exención del IBI
Por otro lado, los obispos insisten en que no piensan renunciar a la exención del IBI,
ni siquiera ante la amenaza de que este u otro Gobierno les obligue a
ello. Se escudan, como dice el vicesecretario de Asuntos económicos, Fernando Giménez Barriocanal,
en que la ley de mecenazgo se lo permite a la Iglesia y a otras muchas
organizaciones no lucrativas, porque "están aportando valor a la
sociedad".
Ofrecen también los prelados españoles diálogo, tanto
en este tema como en el de la "reforma educativa que se ha filtrado" y
que les tiene preocupados "no sólo por la clase de Religión y por la
enseñanza concertada, sino por el tema más amplio de la educación en
España en todas sus dimensiones".
A este respecto, el portavoz
episcopal pide al Ejecutivo que sea consecuente "con el diálogo y el
pacto educativo que pedía, cuando estaba en la oposición". La Iglesia,
que mantiene siempre lo mismo, "quiere diálogo y pacto educativo", que
no esté al albur de los cambios de Gobierno, porque "el corazón de este
pacto está en la Constitución" y, por eso, reclama "que lo que ahí se dice se respete y se cumpla"
Eso
es lo que la CEE va a plantear en la próxima reunión que el secretario
general va a mantener con la ministra de Educación, sin olvidar, por
supuesto, la defensa de la clase de Religión como derecho de los padres,
recogido en los Acuerdos Iglesia-Estado, y que contribuye a una formación humanista.
Por
su parte, el gerente del episcopado, Fernando Giménez Barriocanal,
presentó un año más las cuentas de la Iglesia, estimando que va a
recibir 256 millones de euros a través de la asignación tributaria, lo que representa un 2,3% de incremento con respecto al año anterior.
El
grueso de este dinero se destina a pagar el salario y la seguridad
social del clero. Los curas, que cotizan por el salario mínimo
interprofesional, reciben al jubilarse unos 600 euros, que las diócesis
complementan, "para que puedan seguir siendo unos buenos mileuristas",
explicó el portavoz, Luis Argüello.