Para ello se han soltado en los últimos años más de 30 millones de insectos útiles, lo que ha supuesto un coste superior a los 800.000 euros.
En este sentido, el director general de Modernización de Explotaciones y Capacitación Agraria, Ángel García Lidón ha señalado que "la superficie de este cultivo tradicional se había reducido hace unos años de forma significativa debido, entre otras causas, al problema fitosanitario ocasionado por la sucesión de distintas virosis, entre las que destaca el virus del bronceado del tomate, transmitido por el trips Frankiniella occidentalis".
Y es que, el elevado grado de infección al que estaban sometidas estas plantaciones, ha añadido, "mermó la calidad de los frutos y en consecuencia la cáscara producida vio reducido su valor comercial".
Por otro lado, la Consejería diseñó en 2005 un programa para la mejora fitosanitaria de este cultivo, que incluía, entre otras actuaciones, la suelta del depredador Orius laevigatus, que se alimenta de las poblaciones de trips. Además se llevaron a cabo otras experiencias para el control de orugas y especialmente de Ostrinia, para la que se emplean distintas técnicas como las de trampeo masivo, confusión sexual e insecticidas biológicos.
Al hilo, García Lidón ha resaltado que "se han superado con creces las expectativas iniciales, ya que en poco tiempo se ha conseguido una mejora significativa de las plantaciones de pimiento de bola y se ha duplicado la productividad".
Igualmente, el responsable regional ha explicado que "el rendimiento por hectárea en cáscara ha pasado de los 1.000 a los 2.000 kilos de media, aunque existen plantaciones que han alcanzado hasta los 3.500 kilos".
Durante la campaña de este año la Consejería ha soltado más de seis millones de insectos en la superficie total de cultivo de la Región, con un coste aproximado de 120.000 euros.
"La drástica reducción del número de plantas afectadas por el virus del bronceado del tomate, que ha pasado del 60 por ciento al dos por ciento en la última campaña, el más bajo alcanzado en las dos últimas décadas", ha indicado el director general.
El responsable autonómico ha destacado asimismo "la extraordinaria calidad de la cáscara obtenida, que no presenta decoloraciones, residuos de plaguicidas, ni podredumbres o daños por insectos, lo que supone un valor añadido para la producción de pimentón y hace que sea muy demandada para la obtención de productos de calidad".
"El éxito del programa 'Agricultura Limpia' supone la salvación de este cultivo tradicional del pimiento de bola para pimentón, el mantenimiento de un elevado número de puestos de trabajo y la obtención de un producto con una calidad diferenciada respecto de otras producciones importadas desde países africanos", ha concluido.