Con los ojos humedecidos recibí la noticia del fallo del Tribunal
Constitucional sobre la famosa disposición adicional octava del ley del
suelo de 2001, por la que se desprotegían 11.500 hectáreas de espacios
protegidos en nuestra región, entre ellos la Marina de Cope. Habíamos
ganado y esto no ocurre todos los días.
Once años de espera, de trabajo y sacrificios, once años de una lucha
colectiva como nunca había habido en la defensa de nuestro patrimonio
natural, once años que merecen una pequeña reflexión, pues la sombra y
las lecciones de Cope son muy alargadas.
Como ha ocurrido en tantas otras ocasiones, Ecologistas en Acción,
tras intentar sin resultado y conjuntamente con ANSE una negociación de
última hora con los diputados del PP Lourdes Méndez y Alberto Garre para
que retiraran la mencionada disposición adicional, decidió activar
públicamente este asunto por varias vías, una de ellas el Tribunal
Constitucional. Rápidamente muchos profesionales del medio ambiente se
unieron a la idea de forma prácticamente espontánea.
En pocas semanas
teníamos una primera contabilidad detallada sobre la desprotección, pues
afectaba a toda la red de espacios naturales construida desde 1992, y
en unos meses disponíamos de un primer informe ecológico sobre los
valores naturales desprotegidos y un análisis de varios abogados
ambientalistas sobre las debilidades legales de la disposición. Sin
estas aportaciones técnicas, científicas y jurídicas hubiera sido
imposible avanzar en este camino.
Nos faltaba el instrumento para poder
materializar el recurso en el Constitucional, en concreto cincuenta
diputados o senadores que lo pudieran apoyar. Esta opción nos la podía
ofrecer el PSOE en el parlamento nacional. Los contactos con Cristina
Narbona, entonces secretaria de Medio Ambiente de dicho partido, fueron
fructíferos de inmediato. Su sensibilidad y competencia fue manifiesta
desde el primer momento. Las reuniones en Madrid con ella, con su
secretario De la Torre y el letrado Luciano Parejo acabaron rápidamente
en un sólido recurso, apoyado por sesenta y cinco diputados socialistas,
que fue admitido a trámite sin discusión en el Tribunal Constitucional.
Nuestro reconocimiento hacia Cristina Narbona y todo su equipo.
Después sucedieron las primeras Marchas Por el Litoral, organizadas
entonces por la Plataforma en Defensa del Litoral y posteriormente por
Murcia No se Vende, que logra convocar a decenas de miles de murcianos
en una de las manifestaciones más numerosas que ha acogido nuestra
ciudad. Se constituye la Iniciativa Ciudadana y Profesional para la
Defensa Jurídica del Litoral (Prolitoral) para mantener vivos todos los
recursos en la prolongada tramitación del macroproyecto urbanizador de
Marina de Cope, entre otras tareas técnicas.
En esta larga década de
burbuja inmobiliaria y de infraestructuras innecesarias se suceden los
conflictos ambientales: Autopista Cartagena-Vera, Puerto Mayor, Lo Pollo
y Novo Cartago, Cerrichera, Calblanque, Portmán, el teletransporte
urbanístico, Gorguel, algunos desgraciadamente consolidados, otros
ganados y con los actores del entuerto sometidos a juicio y varios de
ellos aún vivos y en su fase final. No obstante el megaproyecto
urbanizador de Marina de Cope suscitó todo tipo de respuestas, incluida
una iniciativa legislativa popular promovida por IU-Los Verdes que de
nuevo fue abortada por el PP en la asamblea regional, y fueron muchas
las personas que se unieron en la defensa de su estado natural hasta el
momento presente con el proyecto Marina Nos Interesa y el último informe
sobre los valores naturales de la Marina de Cope y los posibles efectos
de la urbanización, en el que he tenido la oportunidad de colaborar.
Tres son las lecciones que podemos aprender de este largo y tortuoso conflicto ambiental:
1- Todos estos años, D. Ramón Luis Valcárcel ha demostrado ser un magnífico constructor de fracasos.
Especialmente en lo que respecta a su modelo inmobiliario y de
infraestructuras, como él mismo reconoce abiertamente. Optó, por pereza
mental e incapacidad, por el camino trillado y equivocado y esto nos ha
supuesto perder un tiempo y unos recursos económicos preciosos para
diseñar y construir otra Región de Murcia, más innovadora, justa y
sostenible. Además, en esta locura urbanizadora hemos desacreditado en
extremo nuestro sistema democrático, salpicándolo de una pléyade de
casos de corrupción cuya factura está aún sin pagar. La sombra de Marina
de Cope se cierne sobre otros proyectos de similares características
que también están abocados al fracaso, por sus debilidades ambientales y
económicas y por la prepotencia de sus promotores, que desprecian lo
que ignoran, como es el caso del Macropuerto de El Gorguel.
2- La Marina de Cope tendrá su tercera oportunidad para un desarrollo verdaderamente sostenible.
Cuarenta años después de evitar un proyecto de central nuclear, se
vuelve a frenar otro macroproyecto incompatible con sus valores
físico-naturales. Ya es hora de interpretar con inteligencia el papel de
los segmentos de costa que quedan sin urbanizar, en un contexto de
protección de la naturaleza e integración territorial más amplio, donde
acoger otras ofertas de ocio y esparcimiento más reducidas, blandas y
distintas a las convencionales.
3- La realidad económica y social de nuestra región también la construimos desde las organizaciones sociales,
con nuestra actividad y ejerciendo en lo posible el estado de derecho.
Así lo demuestran, por ejemplo, el movimiento actual contra los
desahucios o los colectivos ecologistas en su larga trayectoria. Hago
desde aquí un llamamiento a todos los ciudadanos: elijan la injusticia
social o ambiental que más les indigne, que por desgracia hay donde
escoger, organícense y luchen contra ella, se incorporarán a una
guerrilla extensa, prolongada e incruenta que en ocasiones nos da una
alegría. Marina de Cope de nuevo protegida, a pesar de la rabieta del
Sr. Valcárcel.
(*) Profesor de Ecología y miembro de Ecologistas en Acción de la Región Murciana
Creo que es fácil hablar desde el puesto de profesor en la Universidad, a mi me gustaría que explicase que alternativas tiene Murcia a futuro, ¿vamos a vivir realmente del medio ambiente? no lo creo y si es así vaya futuro nos espera, aunque eso no te preocupa si eres profesor universitario
ResponderEliminarLos murcianos han vivido en la última década y van a seguir viviendo de vender resorts (sólo hay que ver cómo están, que son como fábricas en ruínas). Así que no hay por qué preocuparse de que Murcia registre un 26% de paro. Lo verdaderamente preocupante es que sea, precisamente la agricultura, y no el ladrillo, el único sector murciano que medianamente se está salvando de la Gran Recesión. Algo funciona mal en Murcia, algo pero muy gordo, tan gordo que no deja que circule el oxígeno por los sesos.
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